Me lo contaron en Lisboa quienes llegaban desde Lanzarote. Los ciudadanos de allí habían enviado miles de ellas, desde todos los rincones, de todos los colores, a casa de José Saramago y Pilar del Río, a su biblioteca de Tías. Y la isla se quedó sin flores.

Pilar sugirió que tenían más dueños y cuando el cuerpo de José iba a ser trasladado a Lisboa pidió que aquellas flores fueran de nuevo repartidas: por los trece cementerios de Lanzarote, para rendir homenaje a tantos otros individuos, a tantos otros lugares de silencio.

En Lisboa, donde llegamos nosotros el sábado a primera hora, descubrí que el duelo es una parte necesaria del proceso de la despedida.

El gobierno de Portugal había decidido que los ciudadanos darían el adios al escritor en la casa del Ayuntamiento, un palacete con salones y columnas.  Fue en una estancia del primer piso, al que se llegaba por una gran escalera bajo las cúpulas, rodeado por más y más flores. En la sala, Pilar, serena, abrazaba a quien se acercaba preguntando por ella, dando tanto calor como el que recibía.

Cientos de ciudadanos anónimos, pasaron por el lugar. Algunos lo conocieron, otros muchos habían establecido una relación íntima de confidencias, de relatos mutuos, a través de sus libros. Ese es el vínculo que crean los escritores con quienes leen sus obras.

Quienes pasaban frente a él lo hacían en silencio, con gestos íntimos, solemnes, de despedida frente al escritor.

Ví un hombre mayor, del campo, pastor, que se detuvo frente al rostro de Saramago. Andaba con dificultad apoyando su cuerpo sobre un bastón de madera retorcida. Llevaba un clavel rojo que apretaba contra su pecho. Miró a los ojos al escritor, inclinó la barbilla en señal de respeto, apretó más fuerte el clavel contra su cuerpo, se inclinó con dificultad y colocó en el suelo, a los pies del féretro aquella flor de la que habla Olga. Otros tantos le siguieron después, durante horas.

Ví también dos policías uniformados, grandes, como imponentes gotas de agua, detenerse allí. Se quitaron la boina al únísono, bajaron la barbilla, se la colocaron de nuevo y marcharon.

Ví a dos estudiantes universitarias. Una de ellas se quedó en un segundo plano ensimismada, pero la otra se acercó a él, abrió una página, y leyó con voz suave, casi de suspiro, un fragmento de A Viagem do Elefante. Tras ellas, una mujer cargaba con un Cello. Caminaba despacio y se detuvo unos segundos, acarició discretamente la funda del instrumento y siguió su camino desapareciendo entre la gente.

En esas 48 horas se produjeron imágenes de gran simbolismo. Como el paso de Mario Soares y su abrazo a Pilar, o como cuando habló la Vicepresidenta española, de la Vega: «Saramago quería que los justos fueran más fuertes y los fuertes más justos». Y los aplausos de la gente que aguardaba fuera y lo seguía por una gran pantalla, retumbaron en las paredes del palacio. O como cuando llegó la pequeña comitiva de gala de cinco personas, unas horas antes. Venían de Azinhaga, y quizá, por su atuendo, de otro tiempo.

Ellos con chaquetilla verde, pantalón marrón y gorra uniformada y ella con un vestido blanco sobre otra falda también verde, y con una banda de gala en la cabeza que le caía por los hombros. Sostenían un estandarte y se colocaron durante toda la mañana custodiando al escritor. Si no se tratase de Portugal podría el lector imaginar que Fellini estaba disponiendo el espacio.

El duelo, decía, es una parte del proceso necesario de la despedida. Con él fotografiamos el adios, y gracias a él, materializamos lo inexorable. Por eso tanta gente necesita mirar el  rostro de la persona a la que despide, dirigirse a él, de humano a humano. Ví allí a muchos que podrían atestiguarlo.

Terminada la mañana del domingo terminó el viaje del elefante, como bautizó Marisa Márquez a esta despedida en Lisboa. Bueno, no terminó del todo.

El ser humano tarda nueve meses en nacer. En una invertida cuenta atrás, como en El año de la muerte de Ricardo Reis, deben, por tanto, ser nueve los meses en los que se despida a alguien. Nos lo explicó ya en el avión, el domingo por la tarde, María del Río, la hermana de Pilar.

A partir del día 18 de junio los próximos días 18 de cada mes, servirán para recordar. Cualquier comida con familiares ese día, reunión con amigos, o íntima celebración unipersonal, servirá de pequeño homenaje al escritor. Si quieres participar retrátala de alguna manera: con una foto, con un dibujo, o con unas líneas. Quizá algún día esas conversaciones puedan editarse y formen parte de este adiós.

La despedida será larga, de nueve meses, pero es que aquel día la isla se quedó sin flores.

UNETE AL GRUPO DE FACEBOOK «HOMENAJE A JOS? SARAMAGO, EL ESCRITOR,  EL HOMBRE, TODOS LOS 18 DE MES»

Mensajes en facebook para Pilar y su familia (aquí y aquí).

 

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Saramago
(Foto: Flickr/Eulerpaisao)

No sólo Portugal y España han «llorado» la muerte del Premio Nobel. Medios de comunicación de todo el planeta recogieron la noticia de su fallecimiento en portada, especialmente en las ediciones digitales, o como noticia. Periódicos, radios y televisiones de Iberoamérica, EEUU, Europa e incluso Oriente Medio recuerdan la figura y la obra de José Saramago.

En RTVE han recopilado las portadas que dedicaron al escritor las ediciones digitales de los medios españoles, portugueses, venezolanos, mejicanos, italianos, argentinos, etc…

En EEUU, el New York Times describe su obra como una mezcla de experimentación surrealista con algo de pragmatismo sardónico de campesino. El Washington Post incluye una larga necrológica sobre Saramago, Los Angeles Times menciona, por su parte que exploró los temas históricos desde ángulos nada convencionales y a la sociedad a través de eventos imaginativos e inexplicables». La CNN informó también del fallecimiento, al igual que el Huffington Post, el diario digital más importante del país. La NPR le llama «intelectual voraz»

En el Reino Unido, The Guardian le dedica una página y habla de Saramago como del escritor portugues más importante de su generación. El Irish Times también se hizo eco del fallecimiento.

En Rusia, el diario Pravda le recuerda con una frase: «la voz del pueblo nunca será silenciada.

Y en Italia, el diario la Repúbblica también dio un espacio importante a la noticia en su portada en papel.

La prensa árabe internacional también ha informado de su fallecimiento, destacando su apoyo a la causa palestina. Al Jazeera recordó las posturas políticas del escritor y la comparación que hizo entre los territorios palestinos ocupados y el campo de concentración nazi de Auschwitz. En parecidos terminos se expresan otros medios como el diario Al Hayat o Asharq Al Ausat.

En Brasil, en medios como O Folha de Sao Paulo o Estado de Minas fue la noticia más importante de la portada de la edición impresa. Y medios como la agencia china Xinhua, el diario Pakistan News o el indio Calcutta Telegraph han incluído información sobre Saramago.

Por su parte el diario digital La información.com ha realizado una «nube de tags»  o palabras para mostrar en una sola ilustración qué han dicho y destacado los medios españoles en su perfiles sobre el escritor portugués.

Saramago en portadas de Brasil
(Foto: Flickr/Haroldo Kennedy)

Decenas de personas alzaron sus libros…

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Fue un domingo soleado. En el Ayuntamiento de la ciudad se daba el último adiós a un escritor portugués, Premio Nobel de Literatura. Miles de personas desfilaron ante la capilla ardiente. A las once entró la violonchelista, vestida de rojo. ??Rojo, como era él?, contó la viuda que había dicho la intérprete. Sonó Bach.

En la calle la multitud aplaudía y sollozaba. Una mujer alzó un libro del escritor fallecido. Fue un gesto espontáneo. Al instante, otros le imitaron y así brotaron en lo alto decenas de títulos del difunto acompañados de claveles rojos.

Un hombre de aspecto humilde elevó un ejemplar de tapas amarillas; una ráfaga de viento aireó sus páginas y dejó al descubierto huellas de una conversación imaginaria entre lector y autor a través de apuntes en los márgenes, líneas subrayadas, hojas desgastadas. Cuando los organizadores del funeral se llevaron el féretro al cementerio, libros y flores se agitaron en lo alto al compás de una tristeza colectiva. Los allí presentes lo vivieron con mucha emoción.

Llegó el lunes. Los lectores estuvieron todo el día apagados, cabizbajos. Pero hubo una mujer, quizá llamada Pilar, que salió a la calle con un clavel rojo porque sentía necesidad de seguir rindiendo homenaje al escritor. Al doblar una esquina se cruzó con un chico que, al verla con la flor, sacó un ensayo sobre la lucidez.

No se conocen aún los pormenores del contagio, pero lo cierto es que dos horas más tarde miles de personas mostraban claveles y libros del escritor portugués en sus trayectos de casa al trabajo o del trabajo a casa, en el metro, en las cafeterías o terrazas. Al reconocerse, los porteadores se sonreían y proseguían su camino. Algunos incluso se detenían a conversar unos segundos:

«Qué bien que compartamos nuestra pasión por estas novelas», decían unos; «qué pena que el autor nos haya dejado», comentaban otros.

El fenómeno se extendió por los cinco continentes. Un periodista preguntó a una persona cualquiera con un libro alzado qué clase de contraseña era aquella, y esa persona contestó que se trataba de un modo de recordar al escritor y de compartir con él su indignación ante la ceguera, la desigualdad, la injusticia y el incumplimiento de los derechos humanos. ??Soy una ciudadana responsable y como tal me indigno ante el mundo actual?, señaló.

Un periódico tituló al día siguiente ??Libros y claveles alzados incitan a la rebelión? y para sorpresa de muchos, el manto de flores y libros crecería aún más, inundaría pueblos, urbes, montañas, valles y playas.

Las fotos efectuadas por los astronautas de la nave Spring detectaron un incremento de tonos rojizos en la mayor parte del globo terráqueo y llamaron a la Casa Blanca para alertar.

A la vista de los acontecimientos, el propio presidente del gobierno decidió colocarse un clavel rojo en la solapa de su chaqueta para declarar en público su admiración por la literatura del Premio Nobel portugués. ??¿Y también cree que es hora de que este mundo cambie??, le preguntó alguien. Sorprendido, contestó: ??No lo sé, no lo había pensado hasta ahora?.

La historia sigue. In memoriam.

Un artículo publicado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) pone a España como ejemplo para el mundo en política de promoción de la energía solar. Explican y alaban los innovadores sistemas usados por el gobierno durante los últimos años para llevar al país a dar un salto cualitativo tecnológicamente y ser punteros en este tipo de energía renovable en el planeta.

Un planta de energia solar
(Foto: Flickr/Medioamabiente y energía)

El análisis que apareció en el Tecnology Review, publicación que edita el prestigioso MIT, y repasa tanto el modelo de subvenciones como el tipo de plantas y placas fotovoltaicas que se han desarrollado en diversas zonas del país. Consideran que esta política energética ha permitido una gran innovación tecnológica para España, colocándonos este campo por delante de EEUU.

En concreto se destaca la actividad de la Plataforma Solar de Almería que de ser una pequeña oficina casi aislada ha pasado a ser el mayor centro de investigación, desarrollo y ensayos de Europa dedicado a las tecnologías solares de concentración. [visto aqui]

Esta misma publicación ha incluído a Abengoa entre las «compañías a seguir» en cuanto a la promoción de energías renovables y electricidad. Y destacan que la empresa española ha firmado un acuerdo en Arizona para construir una planta de 280-megawatiso cerca de Phoenix.

Siempre que fallece alguien queda un vacío. Pero cuando la persona que muere es alguien que había entregado su vida a la justicia, a defender a los indefensos, a mirar desafiante a las desigualdades, el vacío es enorme.

Hoy, los débiles somos un poco más débiles. Saramago deja silencio en el territorio de la esperanza pero ese silencio tendrá que luchar con su legado:

«Se llega a un punto en que no hay nada mas que la esperanza, y entonces descubrimos que lo tenemos todo.»

José Saramago

José Saramago era un hombre solemne y generoso. Hablaba con el gesto serio aunque estuviera contando una broma o una ironía. Me llevó un tiempo entenderlo. Las primeras veces que le vi me imponía mucho. Después me di cuenta de que no era tan serio, sino que hablaba serio. Y que era un hombre joven, aunque su aspecto indicara lo contrario.

En el salón de mi casa tengo una foto que me envió hace tiempo. En ella aparecemos el Premio Nobel y yo charlando en una sala del Círculo de Bellas Artes. Debajo de la foto, una dedicatoria: ??Gracias por tu valentía y tu compromiso. José Saramago?. La instantánea muestra el momento en que nos conocimos. Abril de 2004. Yo estaba a punto de presentar en el Círculo mi primer libro. De repente irrumpió en la sala la periodista y traductora Pilar del Río, esposa del Premio Nobel. Después, se asomó el escritor, avanzó unos pasos hacia nosotros, me apretó la mano y me dijo: ??Tú me contaste la guerra de Irak a través de la radio?. Fue sin duda un comentario muy generoso.

Decían Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir que siempre había que ayudar a los jóvenes y estar cerca de ellos, porque eran el futuro. Creo que Saramago pensaba lo mismo. Aunque en realidad, como digo, él mismo era muy joven, mucho más de lo que su aspecto representaba. Amaba la actividad, la escritura, el compromiso, la reflexión, el rigor, la filosofía, a Pilar; le gustaba la gente con ganas de vivir y de actuar. La última vez que lo vi fue en Lanzarote, cuando se acercó a saludar a la activista saharaui Aminatu Haidar.

Poco antes habíamos estado juntos en su casa de Madrid. Tomamos un té, charlamos de las diferencias narrativas entre la literatura y el cine, hablamos del poder de la palabra como herramienta para el cambio, para la expresión, para el arte. De la necesidad de la acción y de la intervención por parte de la sociedad civil. Estaba serio, como siempre.

Nos quedamos un rato en silencio y luego José dijo que se sentía joven por dentro. Que cuando se miraba todas las mañanas en el espejo y veía a ese señor mayor se preguntaba: ??¿Quién es este tipo? No lo conozco.?

??Yo siento que tengo sesenta y pocos años, no he pasado de ahí. Sin embargo el espejo me muestra a un viejo de ochenta y siete??. Lo comentó con solemnidad, muy serio. Pero se rió un poco por dentro. Pilar se lo dijo: «Qué bromista, José».

Y al Nobel se le escapó una media sonrisa por las comisuras de la boca.

??No, es verdad, siento una fuerza y unas ganas que no se corresponden con el aspecto del hombre del espejo?, añadió, otra vez serio.

La magnífica obra literaria de José queda; se ha ido el autor, un hombre generoso y joven.

Los jóvenes lloramos por ello.

El Premio Nobel de Literatura portugues falleció en Lanzarote a los 87 años de edad. La Fundación José Saramago confirmó la noticia en su portada con una página en negro con el mensaje en español y portugués:

Hoy viernes 18 de Junio, José Saramago ha fallecido a las 12:30 horas en su domicilio de Lanzarote, a los 87 años de edad, a consecuencia de un fallo multiorgánico después de una larga enfermedad.

El escritor murió acompañado de su familia, despidiéndose de una forma serena y plácida.

Fundación José Saramago

Saramago nunca eludió la muerte. En una entrevista en TVE, el escritor recordó la historia de cómo su abuelo, cuando estaba a punto de morir, se abrazó llorando a los árboles para despedirse. El periodista le preguntó a quien se abrazaría él: «Si me muero en Lanzarote, tenemos árboles. Pero no me veo levantándome de la cama para repetir lo que hizo mi abuelo, porque repetirlo sería insultar su memoria»

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Nació el 16 de noviembre de 1922 en el caserío de Azinhaga (municipio de Golegã, en el distrito protugues del Ribatejo), cerca del río Tajo, a 120 km al noreste de Lisboa. Jose Saramago ha sido definido como el más grande autor en lengua portuguesa. Ha fallecido este 18 de junio de 2010.

El diploma del Premio Nobel de Literatura para SaramagoEn 1998 recibió el máximo galardón de la Literatura mundial: el Premio Nobel. Lo recogió en la ceremonia oficial que tuvo lugar en Estocolmo el 7 de dicembre y pronunció su discurso de aceptación, titulado  «Cómo los personajes se convirtieron en maestros y el autor en su aprendiz». En la web oficial de los Premios Nobel pueden escucharse las palabras de José Saramago leídas por él mismo en portugues. [ESCUCHAR]

Algunas imágenes de la entrega del Premio en la capital suece fueron colgadas en Youtube por la Fundación José Saramago en un video homenaje hecho por el Partido Comunista Portugues a la trayectoria del escritor.

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Cuando a finales de 2008 públicó su novela «El viaje del Elefante» la dedicatoria fue «A Pilar -su compañera- que no dejó que yo muriera». El escritor y la periodista española recordaron para el programa de TV «Las mañanas de Cuatro» cómo surgió su primer encuentro y su historia de amor.

 

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Saramago nunca eludió la muerte. En una entrevista en TVE, el escritor recordó la historia de cómo su abuelo, cuando estaba a punto de morir, se abrazó llorando a los árboles para despedirse. El periodista le preguntó a quien se abrazaría él: «Si me muero en Lanzarote, tenemos árboles. Pero no me veo levantándome de la cama para repetir lo que hizo mi abuelo, porque repetirlo sería insultar su memoria»

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Fue investido Doctor Honoris Causa por varias universidades a lo largo de su vida. Entre ellas la Autonoma de Madrid en marzo de 2007.

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Siempre estuvo al tanto de las grandes causas sociales. Con esta palabras homenajeó a las Madres de la Plaza de Mayo argentinas.

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Nunca se escondió, ni rehuyó los temas candentes. En un programa de TVE explicó las causas que a su juicio provocan la crisis de la inmigración en la que se ve inmerso Occidente: «La Historia a veces quiere rectificarse a sí mismas. Durante siglo los europeos fuimos a Africa para explotar, robar, saquear y ahora es Africa la que está subiendo a Europa… aunque no para explotar, robar o saquear, sino para trabajar».

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Algunas de sus obras fueron llevadas al cine. La más reciente es «A Ciegas», la adaptación de «Ensayo sobre la Ceguera», que dirigió Fernando Meirelles. Saramago asistió a una de las primera proyecciones del film y se mostró entusiasmado. Su emocionada reacción al terminar es la mejor crítica.

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En Youtube puede verse también «A flor mais grande do mondo», un corto de animación escrito por Saramago para niños… y adultos.

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En los últimos meses, España ha sido objeto de un interes inusitado por parte de la prensa internacional. El corresponsal de The New Statesman explica en radiocable.com que el motivo no ha tenido que ver con la presidencia rotatoria de la UE sino con la crisis. Tras Grecia, considera David Mathiesen, todos quieren saber qué otro país puede sufrir las consecuencias más graves de la crisis y «hay mucha preocupación de la capacidad de España para pagar su deuda en el futuro».

David Mathiesen

David Mathiesen explica que el problema de España es tanto por la deuda pública como privada y ya sea desde EEUU como desde Europa se cuestiona nuestra capacidad para hacerle frente. Asegura que «dudo que la mayor parte de la gente y los columnistas sepan que España es presidente de la UE». Pero destaca que la economía española es muy importante en el contexto europeo y por eso está en el «punto de enfoque».

El corresponsal también apunta que la crisis está siendo especialmente dura en España porque la economía estaba basada en dos pilares: la construcción y… el turismo. Y este es un aspecto que se ha resentido en toda Europa: «la gente puede ahorrar de sus vacaciones. De la educación de sus niños, sus hipotecas, seguridad médica es lo último. Pero lo primero que se corta son las vacaciones». Por ello considera normal que a España le afecten los recortes de los demás europeos que no vienen de turismo o si lo hacen, gastan menos.