¿Que será lo que tiene el 3D que a tantos fascina? Googlebooks ha sido el último en subirse a la tecnología anaglifa de efecto 3d -la que necesita gafas de rojo/cian-. El buscador de libros y revistas ha incorporado una opción en su página para poder ver las portadas de viejas revistas y libros en 3 dimensiones. Solo necesitas recuperar tus viejas gafas de cartón bicolor.

 

No conseguirás ver en 3d a los Beatles

 El efecto, eso sí, es un tanto ficticio. Google no convierte las imágenes en 3dimensiones reales -con profundidad- sino que simula que la portada del libro o la revista está doblada. Según explica arturogoga, el efecto habría sido lanzado con motivo del April´s Fools (conocido como Día de los Inocentes, ??Pez de Abril?, entre otros, en varios países -explica)

Pero broma o nó, no deja de ser una curiosidad que sube a google -por lo menos hoy- al tren de las 3dimensiones. Y tu mismo puedes comprobar el efecto en diversas portadas y libros.

 

Portada de Life dedicada a los Beatles con la opción 3d activada.

 

 

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Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen – Washington. En 1992, Francis Fukuyama publicó un libro que llevaba el que podría ser el mejor título utilizado nunca: «El fin de la historia y el último hombre». En él, defendía la tesis de que el final de la Guerra Fría representaba el triunfo de la democracia liberal como «la forma definitiva de gobierno humano». Recientemente, Sergey Brin, co-fundador de Google y caballero reflexivo, se atrevía a disentir. La Gran Muralla de China se interponía.

Google, como debe usted saber, ha abandonado el territorio soberano de China y ha trasladado sus operaciones a Hong Kong. La compañía adoptó esta medida después de haber sido pirateada en China por personas que aparentemente pretendían espiar el correo electrónico de disidentes chinos. Los que conocen a Brin, no obstante, afirman que la piratería informática fue sólo la gota que colmó el vaso. Sobre todo, estaba cansado de respetar las políticas censoras de China que, según dijo durante una breve entrevista en The Wall Street Journal, se habían vuelto progresivamente más severas tras las Olimpiadas de 2008. En cuanto el mundo desvió la atención, China se dejó de contemplaciones.

Para Brin, esto supuso una especie de decepción personal. ?l es inmigrante ruso e hijo de un caballero que sufrió bajo el antiguo régimen comunista. Es una de esas personas que pensó que el aperturismo de China hacia las empresas estadounidenses liberalizaría el país. Por encima de todo, Internet iba a obrar milagros. Era la máquina liberalizadora definitiva — un medio de comunicación que en virtud de su naturaleza misma podría evadir a los censores con sus antediluvianos y torpes rotuladores rojos. Bill Clinton, que no era especialmente ingenuo, dio con el cliché en la diana cuando en el 2000 se burlaba de la tentativa de China de controlar la red: «Buena suerte. Eso es como acolchar la muralla clavando gelatina». Mire ahora: la gelatina cubre la muralla.

Tal vez más a mi favor, la nota optimista puesta por Fukuyama entre otros ha sido contundentemente cuestionada, por no decir refutada, por los chinos. Su versión de progreso, destacan ellos, no es la nuestra. La libre expresión de ideas conduce al caos. La disidencia es traición. China es demasiado ingobernable para no ser administrada con dureza y sin piedad. Internet no debería ser una fuerza de liberalización. Debe ser una fuerza utilizada para promover la conformidad. Que florezcan mil flores intelectuales – mientras den flores idénticas.

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Lo que resulta especialmente escalofriante de la postura de China es que no se anda con remilgos. Desde Pekín no llegan equívocos endulzados o problemas de conciencia – la afirmación numantina de que no hay ninguna censura o, como en la antigua Unión Soviética, la insistencia en que todas aquellas personas de aspecto severo que se veían por la calle en realidad estaban pletóricas de felicidad. Por el contrario, los chinos dicen que su sistema es suyo – lo tomas o lo dejas. Brin y Google optaron por dejarlo.

Cito ahora el informe de la situación de los derechos humanos en China este año elaborado por el Departamento de Estado: «El 8 de febrero, Li Qiaoming fue presuntamente golpeado hasta morir en un centro de detención… Los alguaciles afirmaron inicialmente que falleció tras chocar accidentalmente contra una pared durante una partida ‘del escondite'».

Cito algo más: «En marzo Li Wenyan falleció bajo custodia… El rotativo oficial Xinhuá cita a un alto funcionario de prisiones afirmando que Li murió mientras sufría ‘una pesadilla'».

Podría citar más. Pero la idea es que esto es China y es donde las empresas estadounidenses han elegido hacer negocios. Entiendo las limitaciones y los imperativos – la amoralidad de los negocios, las virtudes de la rentabilidad, la creencia en que el capital accionarial tiene prioridad sobre los derechos humanos, el considerable tamaño de ése enorme mercado y cómo, mira por dónde, si se pudiera abrir una planta en China podría hacer que ese país se pareciera un poco más a Suiza.

Esta hipocresía flagrante es el motivo de que virtualmente ninguna empresa estadounidense se haya unido a Google – ni Microsoft ni Yahoo – o anunciado que no puede hacer negocios en un lugar en el que la gente es secuestrada por la policía y ejecutada sin al menos un juicio de cara a la opinión pública. Los negocios, como todos sabemos gracias a las películas de «El Padrino», son los negocios.

Puede que al final Internet termine mejorando realmente las condiciones de vida en China y puede que los chinos sucumban a las presiones externas y liberalicen su sistema. Pero Google, que abandonó admirablemente el mayor mercado de telefonía móvil del mundo – ése y no su motor de búsqueda era el premio gordo – ha demostrado en el ínterin que el precio de hacer negocios en China no es su divisa sobrevalorada sino sus infravalorados derechos humanos. En este sentido, la historia no ha terminado. Junto a unas cuantas empresas estadounidenses, simplemente se ha mudado a la costa.

Richard Cohen
© 2009, Washington Post Writers Group
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Sección en convenio con el Washington Post

Más de 350 economistas de todo el mundo, Jeffrey Sachs y Joseph Stiglitz entre ellos, y figuras del mundo de la cultura e incluso la Iglesia apoyan la creación de un impuesto sobre las transacciones financieras. Lo han llamado la tasa Robin Hood. La recaudación serviría para que el sector financiero compensara a la sociedad por haber causado la peor crisis económica en 80 años. Y, también, para combatir la pobreza y salvaguardar el medio ambiente en los países en desarrollo.

 

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La campaña ha sido lanzada desde el Reino Unido y su eslógan es «conviritiendo una crisis bancaria en una oportunidad para el mundo». Contempla un pequeño impuesto 0,05% que se aplicaría a las transacciones que realizan las entidades financieras entre sí. Está inspirada en la Tasa Tobin, y se calcula que podría generar miles de millones de euros para paliar los efectos de la crisis económica y combatir la pobreza dentro y fuera de Europa

Es una iniciativa que apoyan ONG´s como Intermon Oxfam, Unicef, Comic Relief... Ha contado con la colaboración del actor Bill Nighy, del directo Richard Curtis y recientemente ha sido apoyada por Sienna Miller. La campaña se ha articulado en torno a un potente estrategia multimedia que incluye perfiles en Facebook y Twitter, canal en Youtube, cuenta de fotos en Flickr… 

Un activista de la Robin Hood Tax
(Foto: Flickr/seastoxfam)

Pero además ha logrado convencer a otras figuras no tan habituales de estas iniciativas. Economistas prestigiosos como Joseph Stiglitz, Jeffrey Sachs, Pascal Petit o Dani Rodrik han rubricado su apoyo en carta abierta, que en n España han secundado catedráticos de economía como José Antonio Alonso, José Carlos Fariñas, Fernando Luengo, Joan Martinez-Alier o Carmen Sarasúa. Y recientemente la Tasa Robin Hood ha recibido el apoyo del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.

El propio Sachs explica en este video de Youtube sus motivos para apoyar la tasa Robin Hood.

 

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 Interesantísima columna de Albert Castillón en La Vanguardia:

«…Hasta en la Zarzuela se bajan de la red contenidos que oficialmente son ilegales. […] Lo de la Zarzuela lo contaba un hacker informático, quiza el mejor nacido en Catalunya, [..]

?l es propietario de una de las páginas que ésta ley podría clausurar con orden judicial en tan solo tres días por facilitar descargas ilegales. La respuesta de este hacker catalán ha sido publicar todas las descargas ilegales que se han hecho desde Ministerios o Presidencia del Gobierno en el último mes. Y son más de 50. Desde los ordenadores del Ministerio de Cultura se han descargado ilegalmente dos discos enteros de músicos ingleses y una serie de televisión sin pagar sus correspondientes derechos.

Desde el Ministerio de Fomento e Industria se han bajado programas para grabar cd´s o dvd´s sin pagar el software. Aunque quien ha realizado más descargas ilegales, más de veinte, es el Ministerio de Defensa. Se han bajado de todo: peliculas, música, revistas, videojuegos, e incluso números de serie para piratear programas.

También los ordenadores del Ministerio citado han servido para descargarse calendarios eróticos y centenares de fotografías de una famosa modelo del Play-Boy. Según nos demuestra este hacker, Presidencia de Gobierno también ha hecho lo propio…. [lee esta columna completa aquí]

En 1927 el artista aleman Fritz Kahn realizó una serie de ilustraciones tituladas ??Der Mensch als Industriepalast» (El hombre como un fábrica) donde explicaba el cuerpo humano y sus funciones como si se tratase de un parque industrial. Casi 85 años después años, Henning Lederer ha realizado una versión animada de este cartel clásico. (Fuente: Blogzine)

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El otro día Intereconomía tv, a través de un vídeo manipulado, trataba de hacer ver que los informativos de TVE se comportan de forma excesivamente incisiva.

La memoria, -y día a día Telemadrid- nos recuerda el tipo de televisión pública que le gusta al PP. Pero no pensaba yo, sin embargo, que el partido haría suya la tesis del canal ultraconservador -añadiendo un par de cosas de su propia cosecha-, sin por lo menos revisar previamente el material del que habla.

«…Los representantes del PP Dimas Cuevas y Pedro Agramunt han reprochado a Oliart que las entrevistas a dirigentes del PSOE sean «complacientes» y que las realizadas a responsables del PP se conviertan en «interrogatorios» [sigue]

??… A Manuel Chaves no se le preguntó en Los Desayunos por las empresas de su hija [FALSO], mientras que a Mariano Rajoy se le insistió en el caso Gürtel [HABRIAN PREFERIDO QUE NO SE HICIERA, CLARO]. Se entrevista a Leire Pajín y no se le pregunta por el caso de transfuguismo de Benidorm en el que está implicada su madre [FALSO] » [sigue]

A continuación aporto, por una cuestión de justicia poética, las dos entrevistas a las que se refirió el PP. Porque antes de protestar conviene revisar.

¿A PAJIN NUNCA SE LE PREGUNTO POR SU MADRE? Pues sí. En el minuto uno y no de una forma precisamente sutil. Recordemos que pocas horas antes la madre había decidido abandonar el psoe:

«…Ayer fue su cumpleaños, si no me equivoco y sabiendo que la teníamos hoy aquí se me ocurrió pensar si la habría llamado su madre para felicitarla» […] ¿Han hablado de lo que está ocurriendo, y en las últimas horas en Benidorm, de esa moción de censura y de lo que ha ocurrido sobre todo en este final?…»

 

¿NUNCA SE LE PREGUNTO A CHAVES POR SU HIJA? Pues sí. Si se hizo. Desde el minuto 12:16 al 14:30. Obsérvese además el texto con el que el que fue rotulado. La pregunta:

 «…  Dicen [en el PP] que se investiga el caso Gurtel pero no esa subvención que recibió una empresa en la que trabaja su hija por parte de la Junta de Andalucía. ¿Hay un trato desigual? ¿Se investiga más a unos que a otros?…» [Ana Pastor volvió a preguntar después si Chaves había hablado del caso de su hija con el PP]

Poco después, además, se le pregunta por su patrimonio con un…»sorprende su corto patrimonio»

Pero ¿importa la verdad? ¿Se trata solo de enredar?

Una start-up de Londres, The Newspaper Club, se ha lanzado al mercado con una idea de negocio que puede ayudar a la prensa en tiempos de crisis: permitir a cualquiera imprimir su propio periódico… alquilando las rotativas de las grandes cabeceras, mientras están paradas. Lo hacen a bajo precio y pretenden atraer a ciudadanos, micromedios locales, organizadores de eventos o bloggers y páginas web.

 

Russel Davies y un grupo de amigos se dieron cuenta, según han contado a la BBC, que las rotativas comerciales que imprimen las grandes cabeceras de la prensa están inactivas buena parte del día, hasta que el periódico está terminado. Negociaron un precio para imprimir un pequeño medio que habían preparado y al darse cuentade lo «barato» que resultó -uno 364 euros por 300 copias-, han creado una empresa para ofrecer este servicio a un publico mayor.

El modelo que proponen son pequeños periódicos de 12 páginas. Ofrecen un programa para diseñar el medio, pero también aceptan otros modelos o lo personalizan. Ya han impreso periódicos de «pequeños acontecimientos» como bodas o competiciones, pero también de páginas web. De hecho algunos como el editor de Wired en el Reino Unido creen que se podría estar creando una industria -la de medios on line que se imprimen- sobre las cenizas de la tradicional.

Entre sus primeros clientes figuran la BBC, la revista Wired, la radio Last.fm e incluso la editorial Penguin que imprimió con ellos un primer borrador del  quinto capítulo de «Guía para un autoestopista en la galaxia».

La página web del Newspaper Club aún está en fase Beta (en pruebas), pero mantienen un blog en el que dan más detalles de su proyecto y actividades.

The Newspaper Club
(Foto: Flickr/TomT)

Habrán observado los usuarios de telefonía móvil en España que, de un tiempo para acá, cuando alguien deja un mensaje en tu buzón de voz, llega una transcripción del mismo por sms.

El servicio es de una compañía británica. Cuando nació, tuvo su polémica pues se descubrió que a pesar de que se anunciaba como un servicio completamente automatizado, resultó que tenía intervención humana, como destapó la BBC. Es decir que alguien escuchaba los mensajes y los transcribía. Suponed el debate en torno a la privacidad que se montó.

El caso es que sus procedimientos han debido cambiar. Puedo dar fé de que ahora la transcripción o la hace una máquina o la hace alguien de reputación más que festiva.

Como muestra un ejemplo de mensaje que me llegó esta semana por sms. Pensé que se habían equivocado: ¿almacen? ¿marihuana?…hasta que escuché el mensaje original:

 

Esta es la transcripción libre de SpinVox, que me llegó, -como se ve en la foto- y que decía:
«Fernando Montero, aquí al almacén (?) , como estas? Nada quería a ver si nos vemos. Te quería comentar tema de la Marihuana para saber como estas. Si tu estás por aquí estoy aburrido en la Semana Santa, dame un toque que yo estoy aquí clavado y no malamente. Un abrazo grande»

Cuando en realidad el mensaje de voz que me dejaron grabado fue: «Fernando, compañero, aquí Hernán Zin, ¿Como estás?. Nada, quería ver si nos vemos. Te quería comentar el tema del programa y bueno, aparte de ver como estás y todo. Si estás por aquí en esta aburridísima Semana Santa dame un toque que yo voy a estar aquí clavado, inhumanamente. Un abrazo grande ¿eh?

 

Es deseable que esta tecnología no se la hayan vendido también al pentágono para su lucha contra el terrorismo. Está un poco verde, como la marihuana del almacén.

El corresponsal en España de Radio Nederland analiza en radiocable.com la politización de la judicatura en España. Robbert Bosschart considera que el problema nace de la transición que no se atrevió a «meter mano a la justicia». Esto ha provocado que los jueces estén «claramente de parte de un partido u otro». Y avisa que visto desde el extranjero, la causa abierta contra Garzón es un «esperpento» y el Supremo está «dejando en muy mal lugar a España«.

Robbert Bosschart

Robbert Bosschart cree que con la llegada de la democracia a España lo que se hizo fue «corporatizar todo el poder que antes ejercía Franco sobre la judicatura que pasó a manos de los jueces» y además se «politizó muchísimo el nombramiento de los jueces que iban a decidir sobre los demás jueces». Esto ha hecho que hubiera muy poca renovación en la judicatura española.

Algunas decisiones judiciales recientes como la causa contra Garzón o los detalles del caso Gürtel han evidenciado que en España «los jueces están claramente caracterizados por estar de parte de un partido o de parte de otro partido y a estas alturas parece bastante claro que sobre todo en las altas esferas de la judicatura predomina el numero de jueces que piensa exactamente igual que el Partido Popular».

El corresponsal de los Países Bajos considera que el caso Garzón es una «caza de brujas», pero cree que quienes lo están haciendo no se dan cuenta del «esperpento, del espectáculo que están dando ante el mundo».

 

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En los años 20 y 30 muchos directores y exhibidores fueron obligados a eliminar escenas consideradas «escandalosas» de las películas de la época. Entonces la censura contemplaba penas de arresto para los infractores. Sin embargo 90 años depués algunas de esas «imágenes prohibidas» han resurgido. En Youtube puede verse un montaje que se hizo para el 72 Hour Film Festival in Frederick, Maryland.

Los clips fueron encontrado en una película de nitrato de 35mm encontrada un antiguo teatro de Pennsylvania….  El video que las ha rescatado se hace una pregunta: «Acabarán pareciendo nuestras modernas formas de censura y estándares morales tan ridículos a las audiencias del futuro?» (Fuente: Neatorama)