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[9-2-2010] Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: ??Da la impresión de que por fin España empieza a entender la naturaleza de su problema. Lo decía esta mañana en la Cadena SER José Maria Ridao. Debe ser consecuencia del susto que nos está entrando al comprobar la inquietud que despertamos en el exterior, en Europa y fuera de ella.

Pero parece que finalmente estamos interiorizando que lo que nos pasa tiene altura, anchura y profundidad. Esta crisis es la historia de un fallo óptico general. El Gobierno se ha equivocado durante  demasiado tiempo. Creía que lo que nos ocurría era parte de la epidemia general. Y no veía que, al mismo tiempo, nos afectaban muy serias dolencias propias.

Pero no era el único equivocado. Inducida por rivalidades políticas, la ciudadanía aceptó otro error: que nuestro problema solo era el Gobierno. Sin querer observar que se estaban manifestando enfermedades crónicas, viejas y muy severas, del organismo nacional. Y es que esto da miedo.

Si el problema de un país democrático es su gobierno no ocurre nada muy grave. Se cambia de gobierno y en paz. Por eso se abraza cualquier simpleza, y por eso progresan los cazadores políticos furtivos. Pero es mas serio. El Gobierno de Zapatero no es el problema de España. A lo más que puede aspirar es a ser uno de sus problemas, o a haber permitido que algunas averías se complicaran.

Lo importante es que nuestro país ha  crecido mal, hipertrofiado en algunos miembros y atrofiado en otros. Que se ha adormilado en los años de prosperidad y que ha quedado rezagado en educación, tecnología, investigación. Que no ha parado de llorar, de reclamar y de pedir, que ya sólo sabe de derechos y no de deberes.

En los últimos años, España sólo ha recogido laureles y aplausos y ha debilitado su vieja musculatura de nación dura y austera. El Gobierno es un problema, pero nuestra actitud es otro problema si no entiende que debe cambiar de una manera radical.»

 

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

El personaje de Hiro Nakamura en «Heroes» se encuentra en pleno Times Square y la cámara gira en torno a él mostrando al fondo carteles, tráfico y edificios de Nueva York mientras él alza los brazos. El plano es espectacular… pero no es real, al menos no del todo. Se ha grabado con una tecnología llamada Stargate Virtual Studios Backlot que permite incrustar grabaciones auténticas en decorados y localizaciones virtuales con una calidad que hace casi imposible saber qué es real y qué no lo es.

 

Otras muchas series como «Anatomia de Grey» o «Betty La fea» ya han recurrido a este sistema de efectos especiales que permite que se pueda rodar en casi cualquier tipo de localización ya sea para planos muy complicados y caros u otros simples. Algunas de las secuencias son totalmente inmersivas grabadas en su totalidad en pantalla verde. Otras se hacen como extensiones que se casan en la fotografía y se montan luego en la escena.

En la demo de Stargate Virtual Studios se puede comprobar cómo funciona la técnica y las posibilidades que tiene. Ademas disponen de una biblioteca de localizaciones virtuales que permite «rodar» en Times Square, sobrevolando la Estatua de la Libertad, en las escaleras del Capitolio de Washington, a los pies de la Torre Eiffel o la catedral de Notre Dame en Paris, en la Plaza Roja de Moscú o en el desierto de Marruecos. (Fuente: Mira)

Hoy he conocido al resto de los activistas que participaron en la acción de Copenhague. Ha sido un momento fantástico. He pedido que firmasen la camiseta  y después que me dejaran hacerme una fotografía junto a ellos. Nunca he sido muy mitómano, pero no todos los días se conoce a los Jefes de Estado de Greenpeace. Los cuatro de Copenhague. Aquellos que le enseñaron al mundo que una cosa es hablar y otra muy diferente, actuar.

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Rueda de prensa donde detallan la acción

 

Hoy habla Iñaki Gabilondo sobre La Confianza:

«los que nos están examinando con enorme severidad habían perdido por completo nuestra confianza, cuando fracasaron como fracasaron durante la crisis. […]

«no podemos comprender cómo, cuando y por qué, la nube de incompetentes, personas e instituciones que la crisis desenmascaró han vuelto a la palestra, tan ufanos y aureolados de autoridad. Ni podemos entender qué le ha pasado a nuestra memoria.?

La sociedad ya ha decidido, en efecto. Ha decidido que esas organizaciones tienen razón y que, como sugieren, hacen falta «cambios estructurales».
La sociedad también ha decidido otras cosas: que el gobierno es culpable por analizar mal la crisis. Que todos los demás son inocentes. Y no solo eso. En este momento la sociedad también está decidiendo que el gobierno es culpable por no sacarnos correcta y velozmente de ella. Aunque si eso es compatible o no con los derechos sociales es algo que, según parece, es irrelevante.

Bien. Pues hablemos de empleo: ¿es solo responsabilidad del gobierno la creación de empleo? ¿No tienen nada que ver las Comunidades Autónomas? ¿No es quizá también responsabilidad de las empresas? ¿De las industrias del país?

Hablemos también de deuda pública: ¿Ha dilapidado el gobierno la herencia del PP? ¿seguro? :

Madrid (PP)  es con mucha distancia la ciudad más endeudada de España. (6.945 millones) Valencia (PP) tiene el segundo ayuntamiento que más debe, pero la cifra es nueve veces menor que la que tiene la capital (767 millones de euros) [las cifras aqui]

No importa si el gobierno fue el único que advirtió en la oposición de la burbuja, o de los especuladores, o de los peligros del capital internacional.  Importa que es culpable.

Sin ánimo de restarle responsabilidad al gobierno, -pues como todo el mundo sabe Zapatero es la reencarnación de Belcebú-, sería conveniente repartir justicia. Sería conveniente mirar también a Los Otros.

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[8-2-2010] Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Hablemos en confianza sobre la confianza. Decimos que España no inspira confianza, que el Gobierno no inspira confianza, que Zapatero no inspira confianza, y lo entendemos. Lo que no entendemos es por qué unos pierden la confianza que inspiraron en el pasado y otros no.

Los que dicen desconfiar, es decir, los que se erigen en jueces y árbitros de los comportamientos ajenos, los que otorgan o retiran los certificados de confianza, ¿cómo han logrado no perder la confianza general?. Porque los que nos están examinando con enorme severidad habían perdido por completo nuestra confianza, cuando fracasaron como fracasaron durante la crisis.

Oímos que las agencias de evaluación dicen esto o lo otro sobre esto o aquello; y que el Fondo Monetario Internacional vaticina tal o cual cosa. O el Banco Central Europeo. Y que a la Unión Europea le inquieta o le deja de inquietar un país u otro. Y nos llena de estupor. Porque no sabemos cuándo y cómo han recuperado la solvencia todos estos que no dieron ni una en torno a la crisis que derrumbó primero las finanzas y luego la economía del mundo.

Y la Unión Europea, que salió de estampida en sálvese quien pueda, destrozando todas las reglas que se había dado durante años, reaparece llena de ortodoxia para asustarse mucho con lo que pasa en los países del sur.

Zapatero debería enviar a sus embajadores para averiguar dónde obtuvieron la amnistía que borró sus desastrosas irregularidades y sus fallos de previsión, porque él, pobrecito, se ha quedado como el único pecador del grupo. El que la policía pilla con la piedra en la mano ante el escaparate roto, mientras sus compañeros huyen.

Y que conste que este comentario no pretende exculpar a nuestro presidente ni a nuestro Gobierno. Creemos que debe ser juzgado con la máxima exigencia. Pero no podemos comprender cómo, cuando y por qué, la nube de incompetentes, personas e instituciones que la crisis desenmascaró han vuelto a la palestra, tan ufanos y aureolados de autoridad. Ni podemos entender qué le ha pasado a nuestra memoria.»

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

 

El estreno fue este lunes 8 de febrero, pero «De repente con Chavez» es un espacio radiofónico que el propio gobierno venezolano ha calificado como de «guerrilla comunicacional». Puede emitirse, siempre desde Radio Nacional de Venezuela (RNV), cualquier día a cualquier hora, cuando el presidente lo considere necesario. Tras sus programas en TV y su columna en la prensa, Hugo Chavez añade ahora el canal de radio en su estrategia política de comunicación directa con la población.

Hugo Chavez en su programa de radio
(Foto: Prensa Presidencial)

El presidente venezolano argumenta que está librando una «batalla mediática» con los «medios privados de la oligarquía» que han intentado «manipular a la opinión pública con informaciones falsas». Y para contraatacar, Chavez explica que se le ocurrió la idea del programa radiofónico por sorpresa, como parte de la «artillería del pensamiento».

Hace tiempo que Hugo Chavez descubrió los beneficios de saltarse los filtros o intermediarios convencionales en su política de comunicación. En vez de someterse a entrevistas o protagonizar debates parlamentarios, él opta por explicar sus ideas, propuestas y leyes en persona en su programa de TV  «Aló presidente«o en su columna dominical «Las líneas de Chavez«. Ahora además contará con este espacio en la radio para definir lo que él considera las «líneas comunicacionales de la Revolución Bolivariana».

La oposición por su parte ha criticado esta iniciativa y habla de «omnipresencia» de Chavez en los medios acusándole de querer silenciar la libertad de expresión. En su primer programa -cuyo inicio puede escucharse en la web- habló del problema energético del país, anunciando la creación de un Estado Mayor Electrico, y de rebajas de precios en el Hipermercado Bicentenario.

En España resulta casi imposible saber qué personalidades practican la filantropía solidaria o cuanto dinero han donado a causas benéficas. En Estados Unidos sin embargo, los datos aparecen publicados en listas como la de Slate, que identifica a las 60 mayores donantes del año pasado. Hay algunos nombres «clásicos» como Melinda y Bill Gates, Michael Bloomberg, George Soros u Oprah Winfrey, aunque los dos primeros filántropos de 2009 son pocos conocidos fuera de EEUU: los Druckenmiller con 705 millones de dólares y John M. Templeton.

La lista de filantropos de Slate

En el caso de Stanley y Fiona Druckenmiller, hay que decir que la donación fue a su propia fundación, la Druckenmiller Foundation, que apoya las investigaciones médicas y la lucha contra la pobreza. Dar dinero a la ONG «de la casa» es algo tan frecuente entre las grandes fortunas de EEUU, que cuatro de los cinco primeros «filántropos» de la lista siguieron ese esquema.

John M. Templeton legó 573 millones de dólares a su Fundación que da becas para investigaciones de ciencia y religión mientras que Bill y Melinda Gates, hicieron donaciones a la suya en 2009 por valor de 350 millones.

En cuarto lugar aparece el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg que colaboró con nada menos que 1.358 ONG´s donando un total de 253 millones a causas como la lucha contra los accidentes de trafico, las artes, asuntos publicos, etc. Y la quinta es Louise Dieterle Nippert que donó 185 millones de dólares a la fundación Greenacres que ella y su marido crearon en 1988.

Slate también aporta datos y fotos de otros filántropos conocidos como Geroge Soros, Paul Allen, Larry Ellison u Oprah Winfrey. Hay también una base de datos que permite consultar esta misma clasificación desde 1996 hasta 2009 y comprobar el origen de las fortunas de estos grandes donantes.

Después de la convulsa semana pasada, los ciudadanos hemos descubierto la actividad de la especulación financiera y los riesgos que tiene para una economía como la nuestra. No es que descubramos mucho, pero ahora podemos sentir el aliento en la espalda. Los mercados han echado el ojo a la debilidad española. Somos el objetivo de los «inversores especulativos extranjeros». Según se nos advierte, ellos pueden dar las vueltas a nuestras cuentas, dañarlas por años, y ahogarnos todavía más en la crisis. Y el procedimiento es aterrador.

«Nada de lo que está ocurriendo, incluyendo los editoriales de algunos medios extranjeros con sus comentarios apocalípticos, es fruto de la casualidad o inocente, responde a unos intereses particulares», -ha explicado Blanco

Y es cierto que la semana pasada llegamos a acumular algunos titulares muy agresivos: ??¿Quien es el siguiente? ¿España?¿Portugal?» -decía el norteamericano Wall Street Journal. «Temores de un Tsunami al «estilo Lehman» cuando la crisis golpea a España y Portugal«, decía el Daily Telegraph.

Es lo que opina el Ministro de Fomento, aunque a decir verdad, las críticas en la prensa económica internacional no son nuevas. Hoy mismo, Victor Mallet, publica un texto en el Financial Times titulado : ??El apoyo de Zapatero decae aún más?.  ??Los problemas fiscales dejan a España vulnerable. Las medidas de austeridad aspiran a ahorrar 50 mil millones de euros?.

??Analistas e inversores en bonos soberanos de la eurozona, no obstante, siguen escépticos. Capital Economics ha descrito las propuestas de reducción de déficit portuguesas y españolas como ??miserables? comparadas con las de Grecia. ??A menos que se anuncien más planes fiscales, los rendimientos españoles y portugueses es probable (sic) que suban más? […]

Es dificil de creer, como dice Blanco, que haya una relación entre la actuación de algunos diarios y la de los especuladores. El problema no es que se critique a España en la prensa, sino que nuestro país sea facilmente objeto de las operaciones financieras por su debilidad económica, y esto donde se sabe es en la prensa.

Sea como fuere, lo que si que es cierto es que hay un grupo de inversores extranjeros jugando con la debilidad de nuestro país. El ataque viene desde fuera y no tiene clemencia alguna. Hoy no es tiempo de divisiones internas. El futuro de nuestro país depende de la capacidad que tengan las fuerzas políticas para unir sus fuerzas. Si el PP juega por su lado y el PSOE por el suyo, perderemos. Porque el enemigo está fuera y viene a por nosotros. Fin de la partida.

La tecnología y la red 2.0 han consagrado a un nuevo tipo de usuario capaz de enviar un email mientras ve un video de Youtube, actualiza su estado en Twitter o Facebook, atiende una llamada al móvil y chatea en Messenger. Es lo que se ha bautizado y puesto de moda como Multitarea (multitask, en ingles).

Pero un estudio de la Universidad de Stanford acaba de determinar que lejos de ser más ??eficientes?, las personas que hacen varias cosas a la vez tienen peor rendimiento cognitivo. Y otro experimento asegura que rebaja la capacidad para hacer un test de inteligencia más que fumar marihuana.

 

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Tres investigadores del Laboratorio de Comunicación entre Humanos y Medios Interactivos de la Universidad de Stanford sometieron a unos 250 estudiantes a pruebas para en principio tratar de determinar si las «personas multitarea» poseían una capacidad de atención y priorización superior a la del resto. Y el resultado es que, experimento tras experimento, estos demostraron ser notablmente peores en todo aquello que se pensaba que podrían haber sido mejores: concentración, almacenamiento y organización de información y capacidad para pasar de una actividad a otra.

Los aficionados a la multitarea tienen más dificultades en diferenciar lo irrelevante de lo importante, poniendo ambas tareas al mismo nivel. «Tienen siempre toda la información ante ellos, pero no pueden separar las cosas en su mente», asegura Eyal Orphir, uno de los investigadores.

Otro estudio llevado a cabo en el Instituto de Psiquiatría del King´s College en Londres hizo que dos grupos completaran un sencillo test de inteligencia. Al grupo de control se le permitió concentrarse en la tarea. El grupo experimental, en cambio, debía responder e-mails y mensajes instantáneos mientras completaban el test.

Estos últimos obtuvieron resultados 10 puntos por debajo de los del grupo de control. Aun peor que un grupo que realizó ese mismo test en condiciones similares tras haber fumado marihuana y que «sólo» tuvo 8 puntos menos.

Multitarea
(Foto: Flickr/JayceG)

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

Sobre Robinson

Sus columnas, ahora en radiocable.com

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Eugene Robinson – Washington. Un amigo mío tuvo una vez un Toyota que no se le paró en la vida. El cuentakilómetros tenía solo un vago recuerdo de haber superado los primeros 161.000 kilómetros, la carrocería estaba en un estado lamentable y la pintura había desaparecido, y el interior estaba desgastado, pero seguía funcionando. Finalmente acabó aparcándolo en el aeropuerto, quitó las matrículas y se marchó.

Pero eso fue hace más de 20 años, mucho antes de que Toyota se convirtiera en fabricante de automóviles más grande del mundo. Ahora el pedal del acelerador no funciona bien en algunos de los modelos de la empresa y los frenos no funcionan bien en otros. Una marca que antaño fue sinónimo de «indestructible» se ha convertido en el chiste de los bares de monólogos.

Las acciones de la compañía han perdido el 20 por ciento de su valor durante las últimas semanas, ayudadas por la advertencia lanzada el miércoles por el Secretario de Transportes Ray LaHood de que los propietarios estadounidenses de casi 6 millones de modelos de Toyota y Lexus con el problema del acelerador ni siquiera deben intentar conducir los coches. LaHood rápidamente retiró su apocalíptica advertencia, explicando que todo lo que quería decir era que la gente no debía aplazar la visita al taller. No es lo que yo llamaría mensaje de confianza.

La lección obvia para Toyota: cuidado con lo que deseas. Toyota se dispuso a conquistar el mundo. Al tener éxito, la empresa creció tan rápidamente que su alardeado dominio del control de calidad – la artesanía y el cuidado que hacía que la gente quisiera comprar un Toyota desde el principio – no supo estar a la altura.

Durante años, Toyota dominó la clasificación tanto de calidad en la compra como de fiabilidad. Pero los modelos de la empresa empezaron a empeorar antes del presente desastre de imagen.

Creo que esto es más que un relato de la historia de Ícaro, que voló demasiado cerca del Sol. También puede ser un relato de castigo al estilo Prometeo por haber robado el fuego de los dioses.

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Toyota no es el único ladrón. La semana pasada me dejé caer por el Salón del Automóvil anual de Washington, que se parece mucho a la extravagancia de Detroit pero a pequeña escala. Quise confirmar los rumores de un renacimiento de la industria automovilística estadounidense – y de hecho, tanto Ford como General Motors montaron impresionantes plataformas.

Había mucho entusiasmo por el permanente prototipo del Chevy Volt, un híbrido eléctrico que funcionará casi exclusivamente con electricidad -, pero también hubo rumores del Nissan Leaf, un compacto eléctrico que llegará a los salones de exposición primero. El abanico de tecnologías de automoción de Ford fue impresionante – El Fusion, el Escape – pero había más multitudes agolpándose en los mostradores de los fabricantes de Corea del Sur, especialmente Hyundai. Los coreanos están haciendo lo que hicieron antes los japoneses – ofrecer más prestaciones por menos dinero – y parecen haber resuelto los problemas de control de calidad que una vez plagaban a Hyundai y Kia. En la próxima década, son mis candidatos a comerse a todos los demás.

Pero volvamos a Prometeo: no importa el país de origen de la empresa cuando se abre el capó y no se ve un carburador. Tampoco se ve un filtro de aire, un distribuidor o cualquiera de las demás piezas que los mecánicos de taller con cierta edad recordarán con cariño.

Los automóviles solían ser dispositivos mecánicos. Ahora son catálogos de repuestos que saben para lo que sirven gracias a un ordenador. En la mayoría de los coches, el cambio de velocidad, los pedales y el volante no son más que interfaces de controles electrónicos. Cuando algo no funciona en un coche, ya no se abre el capó y se desmontan piezas del motor una a una como solía hacerse. Se conecta un dispositivo lector y se pregunta al coche qué le pasa.

La tecnología ha hecho más seguros los automóviles, más eficientes y menos perjudiciales para el medio ambiente. Pero un ordenador es tan bueno como su software. Algunos expertos creen que los problemas de aceleración de Toyota en realidad pueden estar causados por errores de programación, no por un pedal defectuoso. Y los frenos del Prius, que no sólo sirven para detener el automóvil sino que también recargan la batería del híbrido, ya han sufrido una actualización del software, según The Wall Street Journal.

La competencia de Toyota no debería ser tan chulita. Sus coches son también son controlados digitalmente, y por lo tanto igualmente susceptibles a la era de la tecnología de la información – el fuego robado del Monte Olimpo. Levante la mano si cree que es una gran idea hacer los coches tan fiables y libre de problemas como, glups, nuestros ordenadores.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
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