E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson – Washington . Si el presidente Obama ha decidido renunciar a la reforma sanitaria, deberían dar la cara y decirlo. Luego todos podemos seguir adelante con nuestras vidas – es decir, aquellos de nosotros con un seguro médico. Pero yo no veo la forma en que todo este debate acerca de alguna especie de paquete legislativo cogido con alfileres, reducido a sus «elementos fundamentales», puede inspirar a los Demócratas del Congreso a hacer otra cosa que huir en desbandada.

La victoria del Republicano Scott Brown el martes en Massachusetts, que le coloca en el escaño del Senado ocupado durante décadas por el difunto Ted Kennedy, pone a los Demócratas nerviosos. En realidad, frenéticos sería una palabra más apropiada. Hasta ahora, Obama no ha dicho nada que pudiera ayudar a calmar las aguas – o a ayudar al partido a salir del pantano que ya oficialmente recibe el sobrenombre de Desastre Sanitario. En todo caso, Obama lo está agravando.

En una entrevista ofrecida el miércoles con George Stephanopoulos en la ABC, Obama dijo lo siguiente acerca de la sanidad:» Yo aconsejaría que tratásemos de avanzar rápidamente cerrando filas en torno a los elementos del paquete con los que la gente está de acuerdo». Dijo que tenemos que impedir que las aseguradoras «se aprovechen de la gente», que hay que contener el gasto, y que tenemos que ayudar a la pequeña empresa a proporcionar cobertura a sus plantillas.

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Todo esto está muy bien. Pero ya hay una medida sobre la mesa que hace todo esto – el proyecto aprobado la víspera de Navidad por el Senado. Ahora que los Demócratas ya no tienen una mayoría a prueba de veto, es casi inconcebible que el Senado llegue a aprobar un nuevo proyecto con todos los elementos. Y no es posible hacer la reforma a la carta.

Una cosa en la que «la gente está de acuerdo» es en la prohibición de que las aseguradoras nieguen cobertura de enfermedades anteriores a la firma de las pólizas. Pero hacerlo de forma aislada podría disparar las primas de los seguros. Para que funcione, hace falta un mandato que obligue a todos – incluyendo a millones de jóvenes y sanos – a contratar un seguro, subvencionando en la práctica a los ancianos y achacosos a los que las aseguradoras estarán obligadas por ley a asegurar. Pero si la gente de renta modesta y media es obligada a contratar un seguro de salud, hay que ofrecerles apoyo financiero porque de lo contrario no van a poder pagar.

Más adelante de la entrevista, Obama reconoció esta cadena de imperativos «interconectados» que cualquier paquete de reformas viable tendría que acomodar. ¿Y por qué simplemente no aprueba la Cámara el proyecto de ley del Senado?

«Creo que es muy importante que la Cámara muestre su determinación», dijo Obama. «Creo que, ahora mismo, se sienten obviamente inestables y había un montón de disposiciones en el proyecto de ley del Senado que no les gustaban, así que no se les puede obligar a aprobarlas».

¿La presión en toda regla del presidente habría bastado para persuadir o coaccionar a la Cámara de aprobar un proyecto de reforma que muchos en el caucus Demócrata consideran insuficientemente progresista? Parece que nunca lo sabremos. El jueves, la presidenta de la Cámara Nancy Pelosi afirmaba tajante que, por ahora al menos, no puede reunir los 218 votos necesarios para aprobar el proyecto del Senado.

«Yo no voy a entrar en la estrategia legislativa», dijo Obama en la entrevista de la ABC. Ese ha sido el enfoque de la Casa Blanca todo el tiempo, y se las arregló para acercar una legislación de reforma de la atención a su aprobación final más que nunca antes. Pero cerca no basta: la reforma no llegó a puerto.

Aún.

No preste atención a los cantos de sirena de los Republicanos que dicen que les encantaría colaborar en un proyecto de reforma bipartidista. El Senador John McCain, R-Ariz., ya ha descartado la modificación del proyecto de ley actual, insistiendo en que el Senado tiene que iniciar el proceso de cero. Sigue habiendo otra vía, y el coordinador del grupo en el hemiciclo Jim Clyburn, D-S.C., la mencionó el jueves: aprobar un paquete de reformas razonable utilizando la táctica parlamentaria conocida como reconciliación presupuestaria, que sólo requeriría una mayoría simple de 51 votos para superar el trámite del Senado en lugar de la mayoría de 60.

El problema de la reconciliación presupuestaria es que exige considerables agallas por parte de los nerviosos senadores Demócratas tras el resultado de Massachusetts, a pesar de dejarles con una ventaja de 18 votos. No sé si es posible hacer acopio de esa clase de valor. Estoy seguro de que no será posible si el mensaje del Presidente Obama es: «Cualquier cosa vale».

El presidente puede renunciar y culpar a los Republicanos de tumbar el proyecto de reforma una vez más, o puede luchar con uñas y dientes en nombre de los 46 millones de estadounidenses que están sin cobertura. Pero él tiene que optar por una vía o por la otra. No puede estar en misa y repicando.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
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Por definición, son los encargados de hacer una reflexión crítica sobre la sociedad y la vida y de ampliar las miras del ser humano. Y a veces el pensamiento de algún intelectual trasciende tanto que sus palabras se convierten en una poderosa herramienta para transformar el mundo… o algunas vidas. Ya sean escritores, científicos o artistas, radiocable.com ha recopilado algunos de los mejores y más inspiradores discursos pronunciados por intelectuales.

Jose SaramagoJose Saramago cuando recibió el Premio Nobel evocó a los personajes maestros: » Al pintar a mis padres y a mis abuelos con tintas de literatura, transformándolos, de las simples personas de carne y hueso que habían sido, en personajes nuevamente y de otro modo constructores de mi vida, estaba, sin darme cuenta, trazando el camino por donde los personajes que habría de inventar […] acabarían haciendo de mí la persona en que hoy me reconozco: creador de esos personajes y al mismo tiempo criatura de ellos.»

Gabriel García Marquez en 1982, también al recibir el Nobel mezcló literatura y política al hablar de La soledad de América Latina: «Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida.»

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Elie Wiesel pronunció en 1999 un discurso en la Casa Blanca sobre los peligros de la indiferencia: «Evidentemente, la indiferencia puede resultar tentadora. En ocasiones, incluso seductora. Resulta mucho más fácil apartar la mirada de las víc­timas. Es mucho más fácil evitar estas abruptas interrupciones a nuestro trabajo, nuestros sueños y nuestras esperanzas. A fin de cuentas, es extra­ño y pesado implicarse en el dolor y la desesperación de los demás. (…) En cierto sentido, ser indiferente a ese sufrimiento es lo que deshumani­za al ser humano.

Albert EinsteinAlbert Einstein dejó ante la Liga alemana de los derechos humanos unas refelxiones que tituló como su credo:  «Mi pasión por la justicia social me ha llevado a veces a conflictos con otras personas, asimismo como mi aversión hacia cualquier obligación y dependencia, las que no considero como algo absolutamente necesario. Tengo en alta consideración al individuo y una insuperable aversión por la violencia. Todos estos motivos me han convertido en antimilitarista y un pacifista apasionado. Estoy en contra de cualquier nacionalismo, incluso en forma de mero patriotismo.»

Pablo Neruda, al recoger su Premio Nobel: «Los errores que me llevaron a una relativa verdad, y las verdades que repetidas veces me condujeron al error, unos y otras no me permitieron -ni yo lo pretendí nunca- orientar, dirigir, enseñar lo que se llama el proceso creador, los vericuetos de la literatura. Pero sí me di cuenta de una cosa: de que nosotros mismos vamos creando los fantasmas de nuestra propia mitificacion. De la argamasa de lo que hacemos, o queremos hacer, surgen más tarde los impedimentos de nuestro propio y futuro desarrollo.»

Miguel de Unamuno en un enfrentamiento verbal el 12 de octubre de 1936 con el general franquista Millan Astray pronunció su famoso discurso: «¡?ste es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha».

Gervasio SnachezGervasio Sanchez recibió el Premio Ortega y Gasset de Fotografía y al recogerlo, en presencia de autoridades y políticos, hizo esta reivindicación: «Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos. Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.»

Albert Camus aceptó su premio Nobel con palabras como estas: «el papel de escritor es inseparable de difíciles deberes. Por la definición no puede ponerse al servicio de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la sufren. Si no lo hiciera, quedaría solo, privado hasta de su arte. Todos los ejércitos de la tiranía, con sus millones de hombres, no le arrancarán de la soledad, aunque consienta en acomodarse a su paso y, sobre todo, si en ello consiente. Pero el silencio de un prisionero desconocido, abandonado a las humillaciones en el otro extremo del mundo basta para sacar al escritor de su soledad.»

Harold Pinter cuando recogió su Nobel de Literatura hizo -vía video- un alegato por la responsabilidad del artista y lo ilustro con una feroz crítica a la politica exterior de EEUU: «El lenguaje en el arte es una ambiciosa transacción, unas arenas movedizas, un trampolín, un estanque helado que se puede abrir bajo tus pies, los del autor, en cualquier momento. Pero, como he dicho, la búsqueda de la verdad no se puede detener nunca. No puede aplazarse, no puede retrasarse. Hay que hacerle frente, ahí mismo, en el acto.»

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José Ortega y Gasset dejó en esta reflexión sobre el valor de los libros, la lectura y el papel de las bibliotecas: «El libro, pues, al conservar solo las palabras, conserva solo la ceniza del efectivo pensamiento. Para que este reviva y perviva no basta con el libro. Es preciso que otro hombre reproduzca en su persona la situacion vital a que aquel pensamiento respondía. Solo entonces puede afirmarse que las frases del libro han sido entendidas y que el decir preterito se ha salvado.»

Camilo José Cela dió, cuando recibió el Premio Prícipe de Asturias, una serie de consejos: «En España, el que resiste, gana. Y también os lo digo, Alteza, porque habréis de lidiar durante vuestra vida, que para bien de todos os deseo larga y colmada de aciertos, con los tres embates que siempre se arrancan y siempre se estrellan contra el alma de los elegidos: el hombre impaciente, el del tiempo inclemente y el de la circunstancia desaforada e hiriente.»

Se refería Gabilondo en una entrevista a las críticas que brotaron contra él, como hongos, tras el 14M. No son muy inquietantes en realidad: una crítica ácida siempre retrata más a quien la hace, que a quien la recibe. A menudo, además, la crítica fabrica mitos, hace grandes donde quizá hubo humanos. Así que siempre he pensado que tras un insulto, en realidad se escondía algún tipo pequeño, débil, frustrado, temeroso… ignorante del regalo que otorga con su exaltación.

Criticar a Iñaki Gabilondo es además explicitar su relevancia social, visibilizar el temor que provoca. Y es que, en efecto, es el periodista con más talento de este país. Lo es por su excelencia profesional, y lo es por el peso moral de su opinión.

 La excelencia de un periodista radica en saber pedir disculpas mirando a los ojos, sin titubear, cuando la información debe ser corregida, y en eso no hay ningún profesional con la valentía de Iñaki Gabilondo. ?sta es una profesión demasiado habituada a esconder los errores bajo la alfombra de la memoria, así que es un privilegio contar en España con un referente como este. » Sólo debería dedicarse al periodismo quien esté dispuesto a rectificar -dice mi amigo José Escuder elogiando a Gabilondo-. Porque sólo se atreve a rectificar, quien está dispuesto a compartir la verdad».

Gabilondo es además el paradigma en el que piensa Kapuscinski cuando dice que los cínicos no sirven para este oficio, que para ejercer esta profesión sólo valen las buenas personas, las que  intentan «comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. Una cualidad,- como señala Jesús Acerete-, que en psicología se denomina «empatía», y que permite comprender el carácter del interlocutor y compartir de forma natural y sincera sus problemas».

Pues Gabilondo anunció el jueves que dejaba el informativo de Cuatro tv. Lo hizo, como  siempre, con elegancia y con inmerecida humildad:

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«..Gracias a los compañeros que en este tiempo han sido unos extraordinarios maestros, de este veterano en etapa de aprendizaje televisivo..»

Abandona la cadena, con humildad y también equivocado: «Puede poner como titular que yo no he dado lo que se esperaba y que no he dado la medida«, -dijo en El Periódico. Pero no, no fue Gabilondo quien no estuvo a la altura de Cuatro, fue Cuatro quien nunca estuvo a la suya.

Periodista con alma incorruptible, defensor de los débiles, sin telarañas en el alma. Gabilondo es un apátrida en tiempos de moral exiliada, un renacentista deslumbrado por la red Internet y por el poder que otorga al individuo.

Su ausencia sería motivo más que suficiente para inquietarse por el futuro de esta profesión. Pero no se va del todo. Se distancia, con elegante coherencia, de forma parcial. Sus Editoriales seguirán en ese mismo espacio. Y tampoco marchará muy lejos pues abrirá la nueva etapa de CNN+. ?jala, esta vez sí, el canal esté a la altura. Lo contrario es un lujo que ni este país, ni esta sociedad, ni esta profesión se pueden permitir.

Donostiarra cabal, verbo pulido, fajador cuando tocan arrebato, tribuno de la Plebe, sin partido. […] Como van a extrañarlo esta semana, las ondas, tan viudas de poesía… (Sabina sobre Gabilondo cuando dejó la Ser)

Una nueva aplicación de realidad aumentada se ha desarrollado para permitir a los conductores ver a traves de las paredes en cruces y giros complicados. Un equipo de la Unversidad de Carnegie Mellon en Pittsburgh, lo ha desarrollado y explica los pormenores en un artículo de NewScientist.

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El prototipo utiliza dos cámaras: una captura lo mismo que ve el conductor desde su coche y la segunda cámara, colocada al otro lado del obstáculo, ve lo que hay detrás oculto a la vista del conductor. Un ordenador obtiene la imagen de la segunda cámara y superpone su imagen sobre lo que capta la primera, de modo que con ambas imágenes superpuestas el obstáculo parece transparente. (Fuente: Microsiervos)

Que ella tenía más huevos  es lo que ha debido de pensar la periodista italiana que, enfundada con unos guantes de látex, salió hace unos días de safari a la caza de los genitales de Beckham.

 https://www.youtube.com/watch?v=GHv-QzyGZig

… ¿qué hubiera pasado si la ecuación hubiera sido Victoria Beckham + periodista hombre en vez de David Beckham + periodista mujer? Seguramente el suceso estaría en los Juzgados, y los medios de comunicación y la sociedad habrían puesto el grito en el cielo.

Ser periodista es otra cosa y no todo vale. Las mujeres tenemos que ser responsables de nuestros actos y no debemos convertir el atrevimiento, la osadía  y  la transgresión en sinónimo de mal gusto. En algo soez y chabacano.

Llevamos siglos quejándonos de como nos han tratado los hombres. Que si los piropos grotescos, miradas lascivas, cachetito en el culo, comentarios denigrantes… abusos de poder que nos han incomodado y a veces desquiciado hasta tener que denunciar. Afortunadamente ahora las leyes nos protegen y la sociedad se ha concienciado de que bromitas las precisas. Una vez alcanzado el respeto que nos merecemos por la fuerza de la ley o por la de la razón ¿Entonces, por qué? ¿por qué reproducimos las mujeres los comportamientos masculinos que  nos denigran?

Hace poco vi en TV como una presentadora animaba a una periodista a que tocara los pectorales y muslos de un aspirante a mister España y que ésta obedecía encantada recorriendo la musculatura del muchacho que entre risas escondía su rubor. Cada día, es más frecuente ver como se pide a los hombres que se desnuden en los platós o escuchar,  por bocas de amantes despechadas, como  describen los tamaños de los genitales y otras intimidades de coitos olvidados.

Imagino que a ellos  como a nosotras muchas de estas situaciones les resultarán violentas y tendrán esa sensación, que ha tenido la mujer perennemente, de HOMBRE OBJETO, de florero. No cosifiquemos a los hombres, los objetos son otras cosas.

 

 

Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen – Washington. Permítame presentarme. Me llamo Harold Gillibrand o tal vez Kirsten Ford, una mezcla de Demócratas que aspira a ser elegida próximo senador de Nueva York. Me presento para liberar al partido de las garras de Harry Reid o tal vez de Chuck Schumer, y devolver la cordura fiscal al estado otrora hogar de Alexander Hamilton, nuestro primer secretario del Tesoro que, al igual que muchos otros neoyorquinos, se encontró con el desastre en Nueva Jersey. Estas son mis posturas.

Estaba en contra del aborto cuando era congresista por Tennessee, pero ahora estoy a favor. Esto no se debe a que me mudara de Tennessee a Nueva York, sino a que las cuestiones morales, éticas y prácticas han cambiado de manera tan fundamental durante el último par de semanas que para entenderlas por completo hace falta alguien capaz de pensar más allá de las posturas tradicionales. Cuando dije que era defensor de la vida, me estaba refiriendo a la veterana revista de Time Inc. Algunas personas están a favor de People y otras son pro-Sports Illustrated y yo soy pro-Life. Creo que el pueblo estadounidense opina como yo.

Pensándolo mejor, yo siempre he sido favorable al aborto. He sido coherente en esto. Es mi postura sobre el control de armas la que está evolucionando. Cuando representaba en el Congreso al distrito rural de Nueva York, contaba con el importante aval de la Asociación Nacional del Rifle para oponerme incluso a las legislaciones de armas moderadas o, como dicen algunos, sensatas. Desde entonces, he terminado entendiendo que en ocasiones se utilizan armas en la comisión de delitos en la ciudad de Nueva York, y al ser contrario a la delincuencia, voy a cambiar mi postura con respecto a las armas. Creo que el pueblo estadounidense opinará como yo.

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Es cierto que me he opuesto a los matrimonios homosexuales. Pero sólo me he opuesto en el contexto de Tennessee, y no en Nueva York. En primer lugar, al igual que Irán, Tennessee no tiene homosexuales. Nueva York tiene muchos, incluyendo al secretario del consistorio y a Isaac Mizrahi, sea quien sea. Sin embargo, yo siempre he defendido las uniones civiles porque no creo que una unión civil entre homosexuales amenace el carácter sagrado del derecho contractual, que constituye la piedra angular de nuestra fe judeo-cristiano-musulmano-santerio-budista. Solía pensar que los estadounidenses no opinaban como yo pero ahora sé que yo opino como ellos. Esto es democracia en estado puro.

Yo fui el único congresista Demócrata de Nueva York que votó a favor de dotar de fondos la guerra en Irak. En perspectiva, he cambiado mi postura, lo justo para que donde dije «aprobado» diga «reprobado», lo que viene a ser una nimia diferencia de dos letras, con tan solo una vocal relevante. En Tennessee he votado a favor de la guerra, adoptando la postura escogida por la mayoría de los habitantes de Tennessee cuando pude haber optado por la vía fácil y haberme abstenido. Esto es lo que hizo Barack Obama en una ocasión en el Senado de Illinois, y llegó a presidente. Yo, sin embargo, prefiero equivocarme antes que ser presidente.

Soy un hincha de los Yankees. De los Mets, también. Adoro a los Knicks, a los Rangers, a los Giants y a los Jets. El pastrami va con pan de centeno, sin mayonesa. El Bronx es cada vez más popular y Battery’s va de capa caída. A no ser que usted piense lo contrario.

Sí, fui partidario de las redadas anti-ilegales cuando era miembro de la Cámara, tanto en Tennessee como en el norte de Nueva York. Pero desde entonces he cambiado de opinión. Son buenas personas que han venido aquí a trabajar. Además, sus parientes votan.

Tengo 43, pero antes era más joven. Tengo 39, pero prometo envejecer. Soy mujer (prepárese) y soy hombre. Así es como son las cosas. Yo soy negro. Soy blanco. Si usted quiere que sea al revés, con mucho gusto voy a nombrar una comisión de viabilidad. Yo soy mi propio yo. Nadie me controla. Yo voto de conciencia. También de distrito. Por suerte, mi conciencia me dice que vote de distrito.

Sé lo que está pensando: soy como Vicente. Voy donde va la gente. Pero, ¿y usted? ¿Siempre le dice a su jefe que es un cretino? ¿Siempre le dice a sus clientes que nunca tienen razón? ¿Siempre le dice la verdad a su cónyuge y siempre dice lo que piensa en las reuniones de gabinete incluso sabiendo que lo que va a decir no es popular? Diría que no. Vote por uno de nosotros, ya sea Kirsten Gillibrand o Harold Ford. Somos la misma persona. De hecho, somos usted.

Richard Cohen
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E. Robinson

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Eugene Robinson – Washington. El presidente Obama comienza su segundo año en la Casa Blanca con índices de popularidad tan anémicos que se diría que se trata de otro Ronald Reagan: entre los presidentes recientes, tan sólo Reagan había tocado fondo así en la apreciación de los electores en esta etapa de su presidencia.

Al final, las cosas salieron bastante bien para Reagan – arrasadora victoria en la reelección, éxito a la hora de cambiar de rumbo el curso de la nación y del mundo, canonización por parte del Partido Republicano. En este contexto, la serenidad de los asesores políticos de Obama es comprensible. Ha sido un año difícil, y el presidente ha tenido que tomar una serie de decisiones que sabía iban a ser políticamente impopulares. Si la historia es el referente, estas primeras cifras de popularidad dicen muy poco de la forma en que estará políticamente Obama en 2012, y mucho menos cómo será valorado al final de su presidencia. La Casa Blanca hace bien en no dejarse llevar por el pánico.

Pero serenidad no es lo mismo que complacencia. Hay lecciones importantes que extraer del año pasado que Obama y su equipo harán bien en aprenderse si pretende alcanzar su objetivo de ser un presidente «transformador» como Reagan.

La primera es que la «brecha de entusiasmo» pesa, y pesa mucho. Es inexcusable que una candidata Demócrata al Senado representando a Massachusetts, presentándose a ocupar el escaño vacante ocupado durante décadas por el difunto Ted Kennedy, no registre sino una victoria abrumadora sin despeinarse. Es cierto que Martha Coakley protagonizó una campaña mediocre, y que el candidato Republicano Scott Brown protagonizó una muy buena, pero aún así hablamos de Massachusetts. Que Obama tuviera que volar dos días antes de los comicios y avalar a Coakley y la mayoría a prueba de obstruccionistas de los Demócratas fue absurdo.

Pero el enfrentamiento electoral Brown-Coakley fue sólo la manifestación más imponente de un fenómeno que llevamos viendo los seis últimos meses. Los detractores abiertos del presidente y la dirección Demócrata del Congreso están impacientes, tan motivados y ansiosos, que les falta tiempo para echar mano de sus pancartas de protesta fiscal y desfilar por el barrio. Los partidarios del presidente están… bueno, en la actualidad ni siquiera son particularmente partidarios.

Hay varios motivos de la brecha de entusiasmo. Algunos están fuera del control del presidente – la decisión de los Republicanos, por ejemplo, de adoptar una postura puramente obstruccionista hacia las iniciativas nacionales de Obama. «No a Washington» es un mensaje poderoso en un momento en que muchos estadounidenses están preocupados por el futuro. Pero el presidente tiene formas de contrarrestar ese mensaje, y el hecho es que Obama no ha dado mucho al electorado progresista del Partido Demócrata en torno a lo que cerrar filas.

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La legislación de reforma de la sanidad que gobierno y Congreso han trabajado tan duro por rematar acaba siendo percibida como «lo mejor que cabía esperar». El proyecto de ley del Senado es en muchos sentidos un gran avance, especialmente en la cobertura de 31 millones de estadounidenses sin seguro médico y a la hora de garantizar que a nadie se le niega un seguro a causa de enfermedades anteriores a la firma de la póliza. Pero los progresistas tenían que abandonar la idea de una opción pública, y los sindicatos acceder en mayor o menor medida a gravar los planes de salud de lujo. A final de cuentas, estos grupos de activistas pueden aplaudir el resultado final, pero no van a dar saltos.

En economía, probablemente no hay mucho más que la administración pudiera haber hecho para aliviar la angustia que sienten tantos estadounidenses. Sin embargo, sólo recientemente la Casa Blanca ha intentado demostrar que el empleo es una prioridad de la administración, y todavía no hay una sensación de gran urgencia con los desahucios por impago hipotecario. Por el contrario, rescatar a Wall Street fue visto como una emergencia. Es irritante – y, para muchos partidarios de la administración, desalentador – ver que los grandes bancos informan de grandes beneficios y han vuelto a pagar primas enormes, como en los malos tiempos.

La conclusión a extraer, diría yo, es que Obama tendría que ser visto luchando por algo más que «lo mejor que cabe esperar». Y hay indicios de que puede haber aprendido esta lección: el nuevo impuesto que ha propuesto imponer a las grandes financieras no es sólo una buena legislación sino también una buena política.

La otra razón de importancia de la brecha de entusiasmo es que los Republicanos han ganado muchas batallas gracias a la guerra «de la comunicación» – por ejemplo, convirtiendo «sanidad asequible para todo el mundo» en «socialización del gran gobierno». Los detractores de la administración están definiendo las cuestiones que integran la mentalidad de los electores.

Eso es algo que Reagan nunca hubiera permitido.

Eugene Robinson
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??Los usuarios en el mundo físico pueden interactuar con avatares virtuales como si el avatar estuviera sentado a su lado,? escribe Neil Katz de IBM. ??Del mismo modo, los usuarios en el mundo virtual pueden interactuar con los del mundo real?.

El proyecto fue iniciado, precisamente por la compañía IBM Research, con la participación del Nokia Research Center. Se trata de explorar el concepto de interacción entre realidad y virtualidad en el que también participa la Agencia Finlandesa para la Tecnología y la Innovación.

Los participantes visten unas gafas-televisor especiales, para poder ver objetos sobre la mesa. Los usuarios, además, aparecen en Second Life como si fueran simples avatares. Si alguien con un ordenador portatil y unas gafas similares se conecta a distancia los otros participantes lo verán, en forma de avatar …a su lado.

[visto aquí]

Ya se puede acceder a través de medios electrónicos al 96,4% de los trámites de la Administración General del Estado.

De ellos, más de 2000 (84 % del total) son los procedimientos administrativos más utilizados por los ciudadanos.

España ha pasado a ocupar el noveno puesto a nivel mundial en materia de Administración Electrónica. Avanza 11 posiciones respecto al año anterior.

En una imparable carrera, y avanzando once posiciones en el mismo ranking pero solo hace un año, España ha pasado a ocupar el noveno puesto a nivel mundial en materia de Administración Electrónica, según el informe EGoverment Readiness de Naciones Unidas.

Tal y como señala el gobierno, nuestro país,  se ha convertido en el quinto país de Europa y en el líder de los países del sur del continente.

El informe EGoverment Readiness analiza la capacidad de los diferentes países para desarrollar el uso de las nuevas tecnologías en las Administraciones Públicas con el objetivo de que los ciudadanos puedan acceder a la información y a los servicios públicos.

Asimismo, el informe ??e-Gov Readiness? estudia la presencia del Gobierno en la Red, las infraestructuras de Telecomunicaciones y la disposición de la población a usar la administración electrónica. Implantar plenamente la Administración Electrónica es una de las prioridades del Gobierno de España.

El pasado 8 de enero, la Vicepresidenta Primera presentó en el Consejo de Ministros un informe sobre su implantación:  a día de hoy ya se puede acceder a través de medios electrónicos al 96,4% de los trámites de la Administración General del Estado.

Además, se ha aprobado el Esquema Nacional de Interoperabilidad y de Seguridad para la administración electrónica. Dos Esquemas que ofrecen al ciudadano un servicio unificado y seguro.

Al hilo de la polémica Ley Sinde, Jordi Sabaté de Consumer se puso en contacto conmigo para hablar en la web sobre estos asuntos. La entrevista, además, se abrió a otros temas, más amplios, como el periodismo ciudadano, radiocable.com, los medios tradicionales…

Gracias Jordi, por la invitación.

Los representantes de los lobbies que agrupan a la industria cultural aseguran que las ventas de sus productos descienden sin parar y que, aunque ellos tratan por todos los medios de adaptarse al nuevo escenario, no pueden hacerlo bajo la presión de las redes de compartición.

Hay modelos de negocio que funcionan bien y pueden pedir consejo y ayuda a sus promotores. No quiero ser descortés, pero no me corresponde a mí ayudar a salvar los negocios de otros. Soy solidario con sus problemas y creo, además, que la gente tiene derecho a cobrar un precio digno por su trabajo. Pero no se pueden poner en peligro los derechos de los ciudadanos para defender a un sector. Los atajos siempre son una mala decisión.

[entrevista completa]