Desgraciadamente, a pesar de las protesta ciudadana, el gobierno sigue sin abordar el verdadero debate: ¿la cultura defendida por un gobierno socialista debe ser pública o privatizada?, ¿la Propiedad Intelectual -tan profundamente transformada por la red- debe ser protegida de esta anacrónica forma? ¿Por qué se permite que los lobbies, -nacionales e internacionales- estén haciéndose con el control político dictando leyes a su antojo?.

La Disposición aprobada hoy no es una buena noticia. La única noticia buena habría sido la de su retirada. Pero voy a ser algo cauto porque todos hablamos de oidas ya que no se conoce aún el texto definitivo aprobado por el Consejo de Ministros -un buen momento para volver a recordar que queremos transparencia y la documentación publicada en Internet-. Aunque hay algunas valoraciones que se pueden deducir de las palabras del Ministro de Justicia:

Del primer borrador de la Ley Sinde en el que un grupo de industriales podía cerrar a dedo toda suerte de webs, hemos pasado a un procedimiento judicial urgente. Algo hemos mejorado y desde luego ha sido gracias a la movilización en la red. Existirá un tiempo para las alegaciones, aunque no será en el proceso en sí sino en los 4 primeros días previos a las medidas cautelares. Tras esos 4 días el juez podrá bloquear la web sin garantizar que dos años después resulte una decisión equivocada. No entrará en el fondo, sino que se limitará a confirmar que no se conculca ningún derecho fundamental, aunque por lo menos tendremos a un juez de por medio y no a Paloma San Basilio.

Será, además, en la Audiencia Nacional, lo que obligará a desplazarse a Madrid de forma urgente a los afectados y filosóficamente equiparará el delito de las descargas al terrorismo o al narcotráfico. A juicio del abogado Sevach que se haga en la AN, «otorga un estatuto y rango privilegiado a tales cuestiones, además de una inadmisible desconfianza en los órganos jurisdiccionales eriféricos, Juzgados o Salas de los Tribunales Superiores de Justicia»

«Juicios rápidos para internet, lástima que la justicia no sea igual de rápida para otros ámbitos de la sociedad» -ha dicho con mucha razón Javier Casal hoy en Hora 25.

En definitiva, la ley sigue produciendo en este punto un alto grado de inseguridad jurídica y sigue dejando abierta la puerta a que cualquier página se pueda cerrar, sin garantías sólidas para la defensa.  Puede que eso cambie durante la tramitación, -pues en efecto de la Ley Sinde hasta aquí hay un espacio recorrido y hay voces en el PSOE tratando de afinar esas garantías- aunque como decía al principio es una desgracia que no se esté abordando este debate con la profundidad real que requiere.

Quizá yo sea demasiado jóven. Así que de acuerdo. Aceptaré la mayor unos segundos. Resulta que la cultura es un sector industrial. Pues bien tratémosle como a otro sector Industrial: González Sinde, por tanto, no está legitimada para ser Ministra en tanto que forma parte interesada del lobbie industrial. Sería como nombrar Ministro de Energía a un ejecutivo de Repsol. Algo poco aceptable para un gobierno socialista. La Ministra debe abandonar su cargo, como primera medida…del resto hablaremos durante la tramitación de la Ley.

La Vicepresidenta del Gobierno y el Ministro de Justicia han comparecido hoy tras el Consejo de Ministros para dar cuenta, entre otras cosas, del sistema de bloqueo de páginas web que está impulsando el Ministerio de Cultura. En palabras del propio Ministro «Los cambios que se han introducido exigen Ley». Por tanto no irán en un Reglamento como apuntó EL PAIS. Esta era una de las principales exigencias de los internautas -aunque no la única-.

«Se atribuirá a la Audiencia Nacional y en particular a los juzgados centrales de lo Contencioso Administrativo y serán estos jueces y de ahí la Reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial,  quienes autoricen con carácter previo esa posibilidad»

«Se mantiene la Comisión de propiedad Intelectual, que recibirá las quejas de los ciudadanos e investigará si existen actos lesivos. Lo pondrá en conocimiento del titular de la página, y si no adoptase medidas lo pondría en conocimiento del juez para que autorice el bloqueo de la misma» » Será necesario siempre autorización judicial previa» -ha dicho Caamaño

[AQUI TODA LA INFORMACION SOBRE LA REVUELTA DE INTERNET]

 

 

Hablábamos ayer con Juantxo López de Uralde sobre el enorme poder que está administrando la ciudadanía sin saberlo del todo. Internet permite la movilización de forma rápida y eficaz y por tanto se convierte en una indiscutible herramienta de presión sobre los medios de comunicación y la política.

Cuentan en Greenpeace que las diferentes oficinas internacionales hablan con admiración de la gran movilización que se ha producido en la internet española.  Facebook, menéame, twitter, tuenti y Kedin, han sido determinantes en la liberación de Juantxo y sus compañeros. Cada mensaje de apoyo enviado por los miles de improvisados ciberactivistas voluntarios ha sido capital para el desenlace. No han sido solo ellos, lógicamente. Greenpeace es una organización que conoce bien el poder de la ciudadanía y la gestiona con gran habilidad, de la misma manera que maneja los tiempos, su presencia en la prensa, y sus acciones con una precisión fuera de toda discusión. Pero la red ha vuelto a demostrar que los ciudadanos operan el poder de la discrepancia de forma individual y con exigencia.

Las redes sociales han sido catalizadoras de la opinión pública, con iniciativa propia, y Greenpeace ha aplaudido de forma incluyente todo lo que sucedía en Internet, incluso fuera de su propia organización. Hoy los ciudadanos se anticipan a las peticiones de ayuda, abriendo un nuevo espacio de proximidad con las ongs que es francamente interesante. El resultado ha irrumpido con fuerza contra la diplomacia y la política danesa que se ha visto desbordada por la presión ciudadana, mediática, por las miles de cartas, apoyos en la red y por los miles de emails.

Internet es un arma para la sociedad, para el consumidor y para la ciudadanía. Si la gente toma conciencia de su fuerza no habrá causa inalcanzable, por compleja que parezca.

 

 

Ellen Goodman

Premio Pulitzer al comentario periodístico.

 

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Ellen Goodman – Boston. Hay algo de apropiado en escribir mi última columna el primer día de un nuevo año. Enero, después de todo, lleva el nombre del dios romano de los comienzos y los finales. Miraba hacia atrás y adelante al mismo tiempo. Así, esta mañana, yo tambiénMe gustaría poder encontrar el lenguaje adecuado para describir este rito funerario. Jubilación, esa sensacional palabra, simplemente no basta. La traducción al español, JUBILACI?N, está un poco por encima de mi propia mezcla de sensaciones.

La frase que sigue viniendo a mi cabeza al considerar este paso es: «Debo dejarme llevar. Sí, puedo imaginar la respuesta si un Twiteo llegara a mi monitor anunciando, «Ellen Goodman se ha dejado llevar». Puedo ver la imagen: gorda, dejada, descuidada, las peores cosas que se pueden susurrar de una mujer de cierta edad.

Pero me encanta la idea de recuperar esa frase. Después de todo, ¿adónde vas cuando te dejas llevar? Dejar que esta cuestión llene el hueco entre plazo y plazo de entrega en mi vida ha sido muy liberador. Sugiere la libertad que puede alimentar este viaje.

Mirando hacia atrás y hacia adelante. Yo pertenezco a una generación que ha transformado nuestra cultura. Hemos sido los agentes de cambio de los derechos civiles, los derechos de la mujer, los derechos de los homosexuales. Ahora, nos encontramos a la vanguardia de un nuevo cambio social enorme. Esta vez, es la revolución de la longevidad. La nuestra es la primera generación que colectivamente cruza la línea de la madurez con las tablas actuariales de nuestro lado.

«Ciudadano maduro» es ahora una única etiqueta demográfica que incluye a aquellos que lucharon en la Segunda Guerra Mundial y los que nacieron en la Segunda Guerra Mundial. No tenemos todavía una etiqueta para describir los principios del envejecimiento activo. Pero muchos de nosotros estamos haciendo una pausa para volver a calcular los efectos de una vida más larga. Nos estamos reinventando a nosotros mismos y las expectativas de la sociedad, como lo hemos hecho durante nuestras vidas.

Mirando hacia atrás y hacia adelante. Comencé a escribir mi columna cuando mi hija tenía 7 años y me marcho mientras mi nieto cumple 7 años. Comencé a escribir sobre Gerald Ford y termino escribiendo de Barack Obama. Empecé en una máquina de escribir, pasando las columnas a un fax Xerox. Ahora tengo un MacBook en mi escritorio y un iPhone en el bolsillo.

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Yo celebré mi matrimonio en estas páginas, mandé a mi hija a la universidad, di la bienvenida a mis nietos y dije adiós a mi madre. Confirmé las tradiciones de Acción de Gracias en este espacio y las celebré con una familia que ha evolucionado mucho más allá de la idea de tradición de mis abuelos. Escribí sobre valores y critiqué a los que creen poseer la patente de esta palabra.

Ha sido un gran regalo ganarme la vida tratando de dar sentido al mundo a mi alrededor. Es tan obligación como ocupación.

Ahora, cuando la gente pregunta qué voy a hacer ahora, siento la tentación de adjudicarme la respuesta de Susan Stamberg cuando con una palabra dejaba su puesto de presentadora en la NPR: «Menos». Me tienta decir, simplemente, «Ya veremos». Tras 46 años de plazos, es tiempo de coger un poco de oxígeno para respirar y pensar.

A riesgo de sonar como un político un paso por delante del alguacil, quiero pasar más tiempo con mi familia y cumplir la fantasía de un verano en mi porche en Maine. Pero, por supuesto, los escritores escriben – hasta más de 750 palabras de un trago – y las ex columnistas pueden involucrarse en causas que requieren algo más que un teclado.

Mirando hacia adelante y hacia atrás, nunca es fácil saber el momento adecuado para dar el paso a la siguiente etapa. En un almuerzo de despedida – que he descrito como «el hojaldre» – mi editor y amigo leyó unas palabras vagamente familiares de un columnista 30 años más joven.

«Hay un truco para una salida digna. Comienza con la visión para reconocer cuándo un trabajo, una etapa de la vida, una relación ha terminado – y hay que dejar marchar. Significa dejar lo que termina sin negar su validez o su importancia en nuestra vida anterior.

«Se trata de un sentido de futuro, una creencia en que cada línea de salida es una entrada, que estamos avanzando en vez de salir».

Fue una experiencia extraña escuchar, y no digamos atender, a mi yo más joven.

«El truco de retirarse a tiempo puede ser el truco de vivir bien», escribí entonces. «Es difícil reconocer que la vida no es una acción de contención, sino un proceso. Es difícil aprender que no podemos dejar las mejores partes de nosotros mismos atrás, de nuevo en el banquillo o en la oficina. Somos dueños de lo que aprendimos allí. Las experiencias y el crecimiento son injertadas en nuestras vidas. Y al pasar página, podemos abrirnos la puerta — con gracia».

Ella sabía entonces lo que sé ahora mucho más íntimamente. Así que, con su bendición, me dejo llevar. Y a por ello.

Ellen Goodman
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«En 1937, durante la Guerra civil española, los fascistas devastaron la ciudad de Guernica, con bombas lanzadas por la Luftwaffe Nazi. Picasso pintó el Guernica como reacción a la tragedia». La obra ha sido ahora recreada en 3d para poder viajar por el interior del cuadro.

No es la única recreación del cuadro. Otra propuesta de youtube retrata también esa pintura con guiños a Dalí y su trabajo:

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Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro:  «Hoy el chascarrillo, el gag, el patinazo o la tarta en la cara, pueden ocupar las portadas de la llamada prensa de calidad y es lo que ha ocurrido hoy con el caso del Señor Bean que se coló en la web de Presidencia. Los periódicos dicen que se adaptan así a las nuevas realidades pero lo que ocurre de verdad es que el periodismo llamado serio o llamado de papel tiene un considerable complejo de ancianidad y no sabe como estirarse la piel para parecer jóven. Con estas concesiones pensamos que no se puede conquistar a la galería juvenil que por otra parte, vive en otros mundos comunicativos muy alejado, pero pensamos que por el contrario, si contribuye a la banalización de la información.

[..] El pitorreo es el único genero aceptado como actual y moderno y el diálogo ha sido sustituido por el griterío televisivo. Burla o bronca; esas son las unicas opciones que nos damos en España para enfrentarnos con nuestra vida política»

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

 

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Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Muchos lo venían diciendo en voz baja. Pero hoy alguien lo ha denunciado alto y claro. El presidente de la Comisión de Salud del Consejo de Europa, el alemán Wolfgang Wodarg, ha acusado al lobby de los laboratorios farmacéuticos de organizar la psicosis de la gripe A.

Este caballero, médico, epidemiólogo y antiguo miembro del SPD, (el Partido Socialista Alemán), ofrece unas extensas declaraciones al diario francés «L’humanité». En ellas atribuye a la organización mundial de la salud la responsabilidad de la ola de histeria.

Afirma que en ese organismo hay mucha gente vinculada de forma muy estrecha con la industria farmacéutica, que el pánico que recorrió el mundo no fue espontáneo sino planificado y que no había nada en esta gripe que justificara tal alarma.

Es especialmente interesante la aportación que el doctor Wodarg hace sobre la declaración de pandemia. Hasta el pasado mes de mayo de 2009, para que se declarara una pandemia era preciso que un virus se extendiera con rapidez, pero también que el número de casos mortales estuviera siendo muy superior a las medias estacionales.

Desde ese mayo de dos mil nueve, la definición se cambió. Ya no se aludía a la mortalidad. Bastaba con que estuviera apareciendo en distintos países. Así pues, la pandemia quedaba definida por la propagación, no por la gravedad.

Un par de meses después de este cambio de definición, en junio del dos mil nueve, se anunciaba oficialmente la pandemia de la gripe A. Los laboratorios se lanzaron a fabricar la nueva vacuna y los gobiernos, hábilmente pastoreados por los intereses de esos lobbyes, hicieron lo que les correspondía hacer: comprar millones de unidades.

Hoy sabemos que la gripe A ha producido la décima parte de casos mortales que una gripe estacional y tenemos millones de dosis con las que no sabemos qué hacer, y que intentamos colocar -quien sabe con qué argumentos- en los países subdesarrollados. Antes de que acabe este mes, el Consejo de Europa abrirá una investigación sobre el papel de los lobbyes y los gobiernos en este negocio: el negocio más repugnante, el negocio del miedo.»

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

 

 

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson – Washington. La evaluación inicial del ataque contra un aparato comercial el día de Navidad que hacía la secretario de Seguridad Nacional — que «el sistema funcionó» — no está a la altura del «Brownie, estás haciendo un trabajo fabuloso» de Bush con el Katrina. Pero sólo porque lo corrigió enseguida.
¿Un sistema que permite que un hombre de quien se había dado parte a agentes estadounidenses como amenaza potencial — por su propio padre preocupado — embarque en un vuelo de Ámsterdam a Detroit con explosivo de gran potencia cosido a su ropa interior? ¿Que permite que este caballero detone su explosivo cuando el aparato se preparaba para aterrizar, provocando un incendio potencialmente catastrófico? ¿Que depende de que haya un joven pasajero atlético sentado en las inmediaciones? ¿Que cuenta con que este héroe accidental reaccione con la suficiente rapidez para frustrar los planes del terrorista?
Si es así como funciona el sistema, necesitamos un sistema nuevo.
No me entienda mal. No estoy achacando a la administración Obama el supuesto atentado terrorista de Umar Faruk Abdulmutalab, y sería condenable que cualquiera intentase utilizar el incidente para ganar puntos políticos. La Casa Blanca es culpable sólo de adoptar la postura defensiva al no reconocer inmediatamente lo evidente: tenemos un problema. En la práctica, tenemos dos problemas.
El primero es que el incidente Abdulmutalab revela serias deficiencias en «el sistema» que Napolitano entre otros se dio tanta prisa por defender. En este punto, nadie puede dudar de que la aviación civil sigue siendo un objetivo prioritario de al-Qaeda, sus ramas y sus imitadores simpatizantes. A la mayoría de nosotros se nos ha dado la impresión de que quitarnos los zapatos en el aeropuerto y limitarnos a llevar esos pequeños tubos de muestras de pasta de dientes, crema de afeitar y loción para el afeitado basta para garantizar un vuelo seguro.

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Para el pasaje del vuelo Northwest 253, no fue el caso.
Una solución — cara y agresiva, pero eficaz — sería hacer uso obligatorio de las nuevas tecnologías de vigilancia aeroportuaria. Un escáner «de cuerpo completo», que da una imagen mucho más detallada que el detector de metales usual, o una máquina «de rastreo organoléptico», que analiza los rastros de productos químicos, habrían detectado probablemente los explosivos que presuntamente transportaba Abdulmutalab.
En este caso, sin embargo, el sistema parece haber funcionado incorrectamente mucho antes de que Abdulmutalab se personara en el aeropuerto Schiphol de Ámsterdam.

El padre de Abdulmutalab, el rico banquero nigeriano Alhaji Umaru Mutalab, había advertido a las autoridades nigerianas y estadounidenses de la creciente radicalización de su hijo — información que condujo a agentes estadounidenses a introducir el nombre de Abdulmutalab en una lista de seguimiento junto a otro medio millón de nombres, pero no a revocar su visado de entrada o impedirle abordar un aparato comercial con destino a Detroit.
Es una experiencia infrecuente que cualquiera procedente de un país en vías de desarrollo obtenga un visado para entrar en Estados Unidos. Ya hemos rechazado montones. No va a ser fácil, pero el sistema debe ser reformado con el fin de dejar pasar a la gente correcta e impedir el paso a los peligrosos.

Cuando Abdulmutalab presuntamente se prendió fuego, no había agentes en vuelo para gestionar la situación. Me doy cuenta de que no es posible destacar un agente federal armado en cada vuelo. Pero al margen del algoritmo que utilicen los funcionarios para determinar los vuelos que van a tener agentes a bordo, evidentemente necesita de mejoras.

El segundo problema al que nos enfrentamos es mucho mayor, y realmente no tiene solución a la vista.

Según las crónicas de las declaraciones a las autoridades realizadas por Abdulmutalab tras su detención, afirma haber recibido el explosivo — y las instrucciones de cómo utilizarlo y cuándo — de agentes de al-Qaeda en Yemen. Como observé anteriormente en esta columna y quedaba ilustrado por la soberbia crónica publicada el lunes por el Washington Post, Yemen destaca prominentemente en los planes de expansión de al-Qaeda.

La versión de Abdulmutalab sugiere que alguna infraestructura de adoctrinamiento, formación y fabricación de explosivos ya está funcionando, y que esta joven rama ambiciosa de al-Qaeda se siente lo bastante segura en sus capacidades para lanzar un ataque contra lo que la administración George W. Bush llamaba inapropiadamente «la patria».

Nuestro enemigo al parecer entiende que su futuro que se encuentra en lugares como Yemen — o puede que Somalia, un estado disfuncional desde hace casi dos décadas en donde el islam fundamentalista militante está en auge.

Es seguro que la dirección del enemigo se ha instalado en las zonas remotas de Pakistán, más allá del alcance del gobierno. Pero Estados Unidos tendrá pronto 100.000 tropas registrando Afganistán hasta debajo de las piedras, donde la presencia de al-Qaeda es a estas alturas mínima.

Entiendo y aprecio el temor a que si los talibanes vuelven al poder del nuevo, puedan invitar a al-Qaeda a volver a Afganistán para abrir una delegación. Pero no puedo evitar la sensación de inquietud por estar librando, y escalando, este último conflicto — mientras el enemigo abre el próximo.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
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Sección en convenio con el Washington Post

Ayer a bordo del barco viendo
por primera vez el vídeo de su acción.

Juan López de Uralde el director de Greenpeace España fue liberado ayer por la justicia  danesa tras 20 días de prisión. Hoy, ya en libertad, conversa con radiocable.com y aprovecha para agradecer el seguimiento de las redes sociales y cita expresamente a facebook, menéame, twitter, tuenti y kedin:

«Quiero agradecer a todo el mundo que  se ha movido en las redes, el apoyo que nos han dado . [..] La conclusión que uno saca es que si no nos movilizamos, la inercia de los gobiernos es atropellar nuestros derechos. […] A los gobiernos les molesta que la sociedad hable […] Tenemos que estar alerta para defender nuestro derecho a discrepar.

Respecto a la acción, «volvería a hacerlo igual», -afirma:

«Volvería a hacerlo, había que hacerlo, era el momento […] quizá preparando mejor a mi familia y a mi entorno» -señala el director de greenpeace.

 

 

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson – Washington. Es patético romper un propósito de Año Nuevo antes incluso de entrar el Año Nuevo, pero aquí voy. Me había prometido a mí mismo que haría un mejor trabajo a la hora de ignorar los arrebatos corrosivos y sin sentido de Dick Cheney – que los vendría a considerar, más o menos, como las perlas de sabiduría que uno escucha a los sin techo sentados en las paradas de los autobuses.Pero es un ex vicepresidente, lo que le da una gran presencia para su interpretación de Rottweiler histriónico en su salsa. Nunca es buena idea dejar pasar las mentiras y distorsiones diseminadas por doquier. Y la diatriba estridente que Cheney desató el miércoles está tan llena de falsedades absolutas que, bueno, mi propósito tendrá que esperar.

En unas declaraciones al Político, Cheney parecía estar tratando de ofrecer lemas a los detractores de la administración Obama con los que – increíblemente – explotar el ataque terrorista del día de Navidad para obtener réditos políticos. La andanada de Cheney abre con una gran mentira, que luego se repite por todas partes. Es como si creyera que decir algo una y otra vez en voz lo suficientemente alta, por arte de magia, lo convirtiera en verdad.

«A medida que he seguido los acontecimientos de los últimos días, es evidente una vez más que el Presidente Obama está tratando de fingir que no estamos en guerra», empieza Cheney.

Falsedad evidente de principio a fin.

El hecho es que Obama ha dicho muchas veces que estamos en guerra con los terroristas. Lo dijo siendo candidato. Lo dijo en su discurso de investidura: «Nuestra nación está en guerra con una poderosa red de violencia y odio?. Lo ha dicho desde entonces.

Como bien sabe Cheney, a menos que haya perdido hasta el contacto más básico con la realidad, el compromiso de Obama con la guerra como instrumento en la lucha contra el terrorismo no ha traído al presidente sino el rechazo del ala izquierda de su partido, y más en el futuro. ¿Nadie le dijo a Cheney que Obama está aumentando drásticamente el número de tropas en Afganistán en un intento de evitar la derrota en una guerra que empezó la administración Bush, pero que luego prácticamente abandonó?

Cheney lo sabe. Pero se remite a utilizar la gran mentira – que Obama está «tratando de fingir que no estamos en guerra» – para aplastar a la nueva administración en una serie de cuestiones específicas. Esto es lo que me salta a la vista: el presidente, afirma Cheney, «parece pensar que si se cierra Guantánamo y libera al núcleo duro de terroristas entrenados por al-Qaeda que siguen ahí, no vamos a estar en guerra».

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Es interesante que Cheney plantee eso, porque a estas alturas parece claro que el acusado de tratar de volar por los aires el vuelo 253 de Northwest, Omar Faruj Abdulmutalab, se formó – y probablemente la bomba en sí, que consistía en explosivo plástico cosido a su ropa interior — – por al-Qaeda en Yemen. Resulta que al menos dos hombres que fueron liberados de Guantánamo parecen haber pasado a desempeñar un papel importante como lugartenientes de Al-Qaeda en Yemen. ¿Quién liberó a estas personas peligrosas de nuestra custodia? Fueron puestos en libertad por la administración de George W. Bush y Dick Cheney.

El ex vicepresidente expresa su enojo porque la administración Obama procese a Jalid Sheij Mohammed, artífice de los ataques del 11 de septiembre de 2001, por la vía civil en Nueva York. Cheney también está enfadado porque Obama no utiliza la frase «guerra contra el terror» todo el tiempo, al estilo de la administración Bush antes. Sin embargo, Obama sólo especifica que estamos en guerra contra una red de terroristas, con la sensata teoría de que es imposible hacer la guerra a una táctica.

Hacia el final de sus dos párrafos, Cheney descarrila por completo y empieza a despacharse con la forma en que Obama aspira a la «transformación social – la reestructuración de la sociedad estadounidense». De alguna manera, se supone que eso tiene que ver con la supuesta desautorización de la guerra por parte del presidente – que, por supuesto, no es real de todos modos. Hace que te preguntes si Cheney sólo alimenta las fantasías paranoides de la derecha o si realmente se ha unido a los radicales de las protestas fiscales.

No puedo encontrar razones para criticar la respuesta de la administración al ataque del día de Navidad. Obama y su equipo fueron lentos. Sus primeras declaraciones no fueron firmes. Obama no debería haber esperado tres días para pronunciarse, y cuando lo hizo debió haber mostrado alguna emoción.

¿Pero utilizar un ataque terrorista para obtener beneficio político? Tengo un propósito de Año Nuevo que sugerir a Cheney: ponga a su país por delante de su búsqueda personal de reivindicaciones.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
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