Dicen que es la Fiesta Nacional, pero cada vez son menos los que pueden argumentar que las corridas de toros, con matanza incluida, son una simple fiesta. P?BLICO presenta en su edición de hoy unas fotos obtenidas por Igualdad Animal en las que se muestra como en Tordesillas, donde no dejan que nadie grabe el espectáculo, maltratan animales en nombre de la tradición:

No permiten que nadie grabe y amenazan a quienes van con cámaras, sean medios de comunicación o personas con un simple teléfono móvil. Si tan orgullosos están de su festejo milenario, no se entiende tanto recelo con las cámaras. En el fondo, son conscientes de que torturar es algo malo.

La divertida fiesta consiste en «alancear a un toro a pie o a caballo hasta su muerte».

Siempre va a haber sufrimiento. Imagina lo que puede sentir ese animal cuando todo un pueblo lo está persiguiendo y es acorralado. El estrés, el sufrimiento, los lanzazos, la puntilla… Decir que no sufre es demagogia: las imágenes lo rebaten, porque hablan por sí solas.

En Catalunya, la Plataforma Prou presentó más de 180.000 firmas al Parlament con el objetivo de prohibir este tipo de espectáculos. La iniciativa, reconocida como Iniciativa Legislativa Popular, será discutida en los próximos meses en la cámara legislativa catalana… Tanto CIU como el PSC preven dar libertad de voto a sus diputados.

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En los últimos años, cientos de personas han utilizado músicas protegidas para armonizar sus propios vídeos caseros. Al principio, algunas compañías exigían a youtube borrar el canal de audio, lo que dejaba mutilados los vídeos. Pero de un tiempo a esta parte otras compañías empezaron a comprender. Ahora, tales vídeos incluyen un anuncio para que el espectador pueda comprar en Itunes esa música de la comunión, o la que escucha en el vídeo de las vacaciones. Además se incorporan otros anuncios al mismo, con lo que el propietario de los derechos obtiene un beneficio al que no habría aspirado hace unos años. Es lo que se llama evolucionar, adaptarse.

La ley que pretende imponer el gobierno francés para controlar los intercambios en Internet es ineficaz, pura escenografía y es un capricho muy costoso. Tanto por el procedimiento con el que se está tratando de imponer -a Europa y al propio parlamento francés- como por la propia incapacidad del Estado para ejecutarla.

Por partes:

…la ley, -cuenta público.es- había superado innumerables obstáculos parlamentarios la primavera pasada, cuando fue aprobada tras un maratón de un año.

Pero el Consejo Constitucional francés censuró frontalmente su dispositivo central: los expertos estimaron como el Parlamento Europeo que una autoridad administrativa no podía sancionar con la desconexión, y que sólo un juez podía hacerlo.

En vez de reconocer su derrota, Sarkozy ordenó de inmediato un segundo texto para adaptarse a la censura. En la nueva versión, el cambio fundamental consiste en estipular que será una autoridad judicial la que pronunciará la sanción, después de examinar el dossier contra el internauta presentado por Hadopi, la futura Alta Autoridad para la Difusión de Obras y Protección de Derechos en Internet,

En realidad, la obligación de pasar por el juez deja hueco el texto. El objetivo inicial sancionar de forma generalizada, hasta a 350.000 internautas al año ha tenido que revisarse a la baja. Los jueces no podrán tramitar, en el mejor de los casos, más de 50.000 casos anuales. [sigue en Público.es]

De nada sirve la aparente determinación del presidente porque no existen los medios técnicos ni políticos para hacerlo de forma masiva. ¿Podrá la administración tramitar esos 50.000 casos? ¿como serán capaces de discriminar con todas las garantías jurídicas entre descargas legítimas e ilegales? ¿Existe hoy una herramienta tecnológica para hacerlo? ¿Puede y debe destinarse el dinero del contribuyente a una batalla sin fin?

Porque lo que el gobierno francés no ha entendido, al igual que tantas y tantas sociedades de gestión, es que las descargas no son un capricho insolidario de millones de usuarios, son una forma muy reflexionada, muy debatida, de entender la cultura, los derechos de autor, la creación y el precio del trabajo.

No deberían temerla. Somos millones los usuarios dispuestos a pagar por la misma, como bien sabe Itunes. Pero no hay forma de volver al lugar del que viene este tren, de retroceder en el tiempo. Lo que se necesita es una revolución, no una involución.

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Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Hoy hace un año, a las 00h57 del quince de septiembre de 2008, se anunciaba oficialmente la quiebra de Lehman Brothers. Aunque la crisis llevaba algún tiempo trepando por nuestras vidas, esa hora y ese día han quedado para la historia como el momento del Big Bang, la explosión financiera y el posterior desplome económico. Hoy, un año después, si hay algo destacable es la superficialidad del análisis de lo ocurrido y el nulo propósito de enmienda.

Lo que pasó se lee en clave técnica, correcciones de la alta ingeniería financiera o cuestiones de cerrajería y nuevos sistemas de vigilancia. Cosas así. Con algún añadido de bajas pasiones, ambición desmedida y otras enfermedades del alma. Ni una mirada un poco mas al fondo, ni una duda doctrinal, aunque todos los dogmas del liberalismo fueron arrojados prudentemente a la basura para poder recibir oxígeno público en grandes cantidades.

En todo el mundo se definió la crisis como mas que financiera, como sistémica, pero nadie se ha cuestionado ningún sistema. Es demasiado sospechoso que no se le haya puesto la menor pega al modelo, o al menos a este modelo de modelo, al crecimiento infinito, contra la lógica, contra la naturaleza y contra el futuro. De hecho, tras una breve temporada de pasito atrás las pirañas ya han vuelto a nuestras aguas económicas. Los que arruinaron millones de vidas y haciendas ya están volviendo a los bonos ultra millonarios. Los gurús de los credos que resultaron falsos ya predican de nuevo. Se pegaron un gran susto pero todo sigue en su sitio. Por eso dicen que ya pasó lo peor. Los pueblos son santos. Buenas noches y hasta mañana a las veinte veinte.»

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

 

Ellen Goodman

Premio Pulitzer al comentario periodístico.

 

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Ellen Goodman – Boston. La primavera pasada apareció una caricatura en el New Yorker mostrando una galera casi vacía con sólo dos esclavos aún remando bajo la severa mirada del capitán. En la leyenda, uno de los esclavos dice al otro: «Tal como están las cosas, estoy muy contento de tener aún empleo».

Resulta que este es el mantra de la nueva economía y su icono: el trabajador agradecido. Cuando busqué en Google «agradecida de tener un trabajo» – así es como evalúo las tendencias en estos tiempos – obtuve 3,7 millones de resultados de la búsqueda. La gratitud está de moda.

Pensaba en esa lectura de las estadísticas que presume que la productividad vuelve a subir, esta vez alrededor del 6,6 por ciento. Esta «buena noticia» significa que se está trabajando más en el mismo turno.

Pero esto no quiere decir nada de la gente que trabaja duro o de si está ocupada en lo que los economistas llaman un «acelerón,» con todas sus implicaciones Charlie Chaplin para nuestros propios «Tiempos Modernos». Tampoco dice cómo muchos lugares de trabajo tienen a cuatro personas haciendo el trabajo que antes hacían seis u ocho.

La atención de la Gran Recesión se ha centrado correctamente en el casi 10 por ciento de trabajadores en paro. Pero se ha hablado mucho menos de los daños colaterales sobre el 90 por ciento que «aún tiene empleo» pero que se fija en los puestos que han quedado desiertos. Con miedo. Con agradecimiento.

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En muchos lugares de trabajo, por supuesto, se están fabricando muchos menos reproductores – o coches o ropa – lo que exige que haya menos responsables de fabricación. Pero los hay, después de todo, tantos como casos a ser gestionados por menos trabajadores sociales. El número de plantas a ser limpiadas por menos conserjes es el mismo. No hay menos noticias que cubrir en las salas de prensa. Y ya no quiero ni pensar en las aerolíneas regionales.

El gobierno no hace un seguimiento de cuántos están haciendo el trabajo de sus antiguos compañeros de trabajo. Tampoco cuantifica la inquietud económica. Lo más cerca que llegamos a cuantificar al trabajador agradecido son las cifras que demuestran que los que dejan el puesto — los que se marchan voluntariamente — se encuentran en mínimo histórico. Confíe en mí, no se están quedando porque de pronto adoren a los jefes.

Y ya que estamos en el tema, estoy deseando apostar a que mucha gente que hace esas horas extra no remuneradas trabaja además en casa. Y una gran cantidad de trabajadores sorprendentemente productivos no piden las horas extraordinarias.

En lo que la economista Heather Boushey llama «economía al desnudo,» hasta aquellos con empleo se sienten indefensos e incapaces de negarse. «Esto pone al empresario al volante de verdad,» dice Boushey, «y el que está sentado en el asiento del copiloto no puede ni sugerir pisar el freno.»

El efecto más inmediato se da sobre las familias. El pequeño secreto oculto es que los trabajadores con familia — hablo de las madres — siguen siendo vistos como «menos productivos». «La discriminación de las madres sigue siendo la forma más clara y más abierta de discriminación,» dice Joan Williams, de la Facultad de Derecho de la UC-Hastings. «Cuando los empresarios tienen que meter la tijera, empiezan por los trabajadores de bajo rendimiento que pueden confundirse fácilmente con madres. Las personas que se ven en el punto de mira tienen miedo. »

No es coincidencia que la cifra de quejas de discriminación por embarazo se haya elevado un 12 por ciento con respecto a 2008. A esos efectos, la cifra de trabajadores que llaman a la línea Hastings WorkLife con historias de ser despedidos por tener que atender a los hijos se ha duplicado. Hasta hemos visto un descenso en la tasa de natalidad en California y Florida, donde la crisis inmobiliaria afectó más.

El discurso de conciliación de la vida laboral con la familiar ha desaparecido en la misma medida que los planes de jubilación basados en acciones. Sigue habiendo un estigma que acompaña al horario flexible, y sólo la mitad de los trabajadores cobra el sueldo de baja por enfermedad. Como dice Debra Ness, de la Asociación Nacional de la Mujer y la Familia, los trabajadores con miedo «son menos propensos a solicitar las prestaciones y menos dados a utilizarlas si las tienen». En efecto, si el miedo es más contagioso que la gripe A, ¿qué va a suceder cuando los trabajadores elijan entre jugarse su seguro de salud o su puesto de trabajo?

Tras el estallido de la burbuja tecnológica, registramos una recuperación con menos empleo. ¿Puede traducirse la Gran Recesión y el trabajador agradecido en una recuperación con menos prestaciones?

En el famoso sainete de Mel Brooks acerca del viajero del tiempo, se le pregunta cómo se desplazaban en los primeros tiempos. Su respuesta: «Sobre todo con miedo». El miedo a ser perseguido por un animal.

Bueno, el miedo es lo que mantiene productivos a una gran cantidad de trabajadores. El miedo es lo que hace que muchos de los que aún trabajan se vuelvan alérgicos al cambio cuando más lo necesitan. ¿Cuándo vamos a ver la luz al final del túnel de la Gran Recesión? Tal vez cuando la gratitud empiece a ser irritante.

Ellen Goodman
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La corresponsal en España del Corriere Della Sera, Elisabetta Rosaspina, publica hoy un artículo bajo el título «Fuera de España» donde habla de la consulta sobre la independencia celebrada días atrás en Arenys de Munt.

 

 

Para Rosaspina la noticia «tiene un interés internacional», tal y como demuestra el eco que ha tenido el tema en la prensa extranjera.

Se ha hecho una consulta privada, porque no se celebró en dependencias del Ayuntamiento, y es más que nada simbólica… Al fin y al cabo, simboliza lo que opina la gente de un pequeño pueblo de 8000 habitantes, como si se hubiera hecho un referéndum de verdad, como pasó años atrás en Québec.

Para la corresponsal italiana, el Gobierno español «más que preocupado» por el resultado a favor de la independencia de Catalunya, está «atento a lo que está pasando» ya que «se habla de un encuentro entre 60 Ayuntamientos catalanes interesados» para hacer consultas similares.

«En Italia tenemos a un ministro, Umberto Bossi, que es líder de la Liga Norte, un partido independentista… Ayer habló de la independencia de una región histórica de Italia», explica comparando la situación de nuestro país con el suyo. A ello añade que en Italia «hay mucha tension por lo que puede decir el Tribunal Constitucional sobre el Estatut» ya que si la «interpretación» fuera «restrictiva» se «generará tensión, sobre todo en Cataluña».

 

 

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson – Washington. Cualquiera que viera la televisión en la noche del miércoles mientras el Presidente Obama explicaba sus propuestas de reforma sanitaria al Congreso vio a un jefe del ejecutivo haciendo lo que sonaba a generoso llamamiento al bipartidismo — comportándose sus detractores como un puñado de estudiantes contrariados. Obama debería ignorarles, incluso si dejan de respirar hasta ponerse azules.

Los Republicanos de la Cámara fueron particularmente ostentosos a la hora de manifestar su falta de respeto no sólo a Obama sino al cargo que ostenta. La salida de tono del Representante de Carolina del Sur Joe Wilson – que gritó «¡miente!» cuando Obama dijo que su plan no asegurará a los ilegales — fue sólo la muestra más flagrante de desprecio. El Representante de Virginia Eric Cantor, coordinador de la oposición en la Cámara, jugueteaba con su BlackBerry mientras el comandante en jefe estaba hablando. Los demás Republicanos montaron un número de agitación de sus presuntos planes propios de reforma, que realmente no son ningún plan.

Y el Representante de Texas Louis Gohmert agitaba carteles escritos a mano delante del presidente, igual que si creyera estar asistiendo a una de esas asambleas preparadas en lugar de a una sesión solemne de la instancia legislativa más elevada de la nación.

A lo largo del discurso se produjeron quejas, ataques y escándalos en el hemiciclo Republicano que no sólo fueron indignos sino francamente antiestadounidenses. Cuando fui corresponsal en Londres, cubrí sesiones de la Cámara de los Comunes británica mucho más escandalosas — así es como trata el Parlamento al primer ministro, que es el jefe de gobierno. En los Estados Unidos, simplemente no es así como el Congreso trata al presidente, que es el jefe de estado.

El Congreso no interrumpió a Lyndon Johnson de esa forma durante la guerra de Vietnam ni a Richard Nixon durante el escándalo Watergate. El Congreso no mostró ese grado de amargura y agresión ni siquiera contra George W. Bush, que mintió — concretamente, acerca de la información de Inteligencia en la que se basó su administración para justificar una guerra innecesaria que ha costado 4.300 vidas estadounidenses y el dinero suficiente para financiar durante una década la propuesta sanitaria de Obama.

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Wilson emitió un comunicado de disculpa después del discurso, diciendo que había «dejado que mis emociones se impusieran a lo mejor de mí» y llamando a su interpelación «inapropiada y lamentable». Como suele ser el caso con las disculpas, no sonó sincero — una variante de la evasión «se han cometido errores». De hecho, sin embargo, los Republicanos derechistas en el Congreso, especialmente los de la Cámara, son demasiado sinceros. Y ese es el problema.

Las elecciones del noviembre pasado perjudicaron tanto al Partido Republicano que la nación sufre ahora los efectos secundarios. Los Republicanos castigados en las urnas por los fallos de los años Bush fueron los que aspiraban a los distritos más reñidos, lo que significa que tendían a ser relativamente moderados. Los que representan a distritos electorales sólidamente Republicanos estaban a salvo, y su mayor temor no es ser derrotados por un Demócrata en otoño sino verse desafiados por un contrincante en las primarias que sea aún más de derechas.

Hay un buen número de pragmáticos Demócratas en el Congreso — lo que es el motivo de que la reforma sanitaria esté siendo examinada tan a fondo por los Demócratas conservadores. Entre las filas Republicanas, en especial en la Cámara, los pragmáticos son contados y los ideólogos son legión. Probablemente muchos de ellos crean las tonterías que vomitan sobre el socialismo incipiente y la amenaza urgente a la América que conocemos. Pero sigue siendo una tontería. La sinceridad de los ideólogos hace más peligrosa esta retórica tóxica de rechazo.

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Observará que aún no he mencionado la raza. Para que conste, sospecho que la raza de Obama conduce a alguno de sus críticos a pensar que tienen permiso para negarle la legitimidad, el respeto y la cortesía que se deben a un presidente. Sin embargo, no puedo demostrar esto. Y si tengo razón, ¿qué se supone que debe hacer al respecto? No hay forma de obligar a la gente a buscar en su alma rastros de prejuicios raciales conscientes o inconscientes. Podríamos tener un interesante debate acerca de la imagen histórica del hombre negro en la sociedad norteamericana, pero no nos va a acercar a la sanidad universal.

Lo que nos acercará a ella, estoy seguro, es la clara determinación inflexible que Obama manifestó a la nación el miércoles. Su discurso más importante, pienso, se pronunciaba casi al principio: «No soy el primer presidente en adoptar esta causa, pero estoy decidido a ser el último.»

Dijo a aquellos que apoyamos una opción pública de protección sanitaria que podríamos tener que conformarnos con menos. Hizo un gesto a los Republicanos en la reforma del código civil. Y dejó una idea muy clara en el aire: podéis patalear todo lo que queráis, que esto se va a hacer.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
© 2009, Washington Post Writers Group

 

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El periódico británico Daily Telegraph publica un texto de Fiona Govan sobre nuestro país titulado: ??Denunciada la ley de detención española como la peor de Europa?. La autora recuerda que esta ley, que permite que los sospechosos permanezcan detenidos hasta 13 días sin acceso a un abogado, «ha sido condenada como la peor de Europa?:

??Un informe publicado hoy por Amnistía Internacional denuncia que España está incumpliendo gravemente sus obligaciones de acuerdo con la ley internacional sobre derechos humanos. Según Nicola Duckworth, directora del programa Europa y Asia Central, de Amnistía Internacional, ningún otro país de la UE conserva un régimen de detención con restricciones tan graves sobre los derechos de los detenidos. ??Es inadmisible que, a día de hoy, cualquiera que sea detenido en España, sea por el motivo que sea, pueda desaparecer durante días como si se lo hubiera tragado la tierra. Esta falta de transparencia puede utilizarse para encubrir violaciones de los derechos humanos?.

El asunto no solo ha tenido repercusión en el extranjero. Aquí en España ha suscitado un amplio debate en Internet y diversos periódicos entre ellos el diario EL PAIS han recogido el tema:

«la organización cita el caso de Mohamed Mrabet Farsi, detenido por cargos de terrorismo el 10 de enero de 2006 en su casa, cerca de Barcelona. Durante su detención en régimen de incomunicación no pudo llamar a su abogado, según Amnistía, que asegura que fue torturado y maltratado, «pero tanto el médico que lo examinó como el juez de instrucción hicieron caso omiso de sus quejas», -dice esta organización.

No es la primera vez que Amnistía Internacional realiza acusaciones similares sobre nuestro país, en otras ocasiones con denuncias tan graves como la tortura. Es paradójico, sin embargo, que muchos españoles prefieran mirar a otro lado en lugar de exigir una profunda investigación.

AI es una organización de muchísimo prestigio internacional pues sus investigaciones se caracterizan por la independencia. Por eso las conclusiones escuecen a los gobiernos. Es responsabilidad de los ciudadanos saber mirar más allá de los partidos políticos y enfrentar la historia defendiendo los derechos civiles. Debemos pedir que se atiendan sus denuncias. Debemos pedirlo porque nos lo solicita una organización cuya solvencia está fuera de discusión, pero debemos pedirlo, sobre todo, porque es necesario y justo hacerlo.

La agencia de Noticias France Presse ha difundido una nota con el título: «Fin de las misas a Franco en el mausoleo». El texto explica la decisión del abad de la basílica del Valle de los Caídos, que anunció este lunes su intención de no celebrar más misas de funeral por el dictador cada 20 de noviembre, fecha del aniversario de su muerte.

En todo caso conviene no equivocarse. No hay un giro en la filosofía política del Valle de los Caidos.Se trata más bien de un ligero matiz. El propio abad explica que la misa «por los caidos» se celebrará el día 3 de noviembre y que el día 20 habrá palabras para el dictador:

«La memoria litúrgica correspondiente a los aniversarios coincidentes de Francisco Franco y de José Antonio tendrá lugar durante la Misa conventual del día 20″, añadió el abad benedictino.

Las asociaciones de víctimas republicanas del franquismo han reclamado en vano que los restos de Franco se lleven a un cementerio privado y que el Valle de los Caídos sirva de sede a un centro de memoria histórica sobre la Guerra Civil.» -añade el texto.

No es la única agencia que lo destaca . Associated Press también lo hace -y es reproducida en Taiwan- pues las noticias sobre la guerra civil española y el Franquismo suscitan mucho interés en el extranjero.

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14-9-2009 Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «A todos los responsables públicos españoles habría que exigírseles el carnet «adr», el que se precisa para conducir mercancías peligrosas. Porque el núcleo de España es pólvora, sustancia que debe ser manejada con la máxima precaución. La inestabilidad es nuestro sino, pues la estructura de nuestro Estado es materia que los españoles abordamos como si fuera un problema teológico, por lo que la razón no nos sirve de nada. Podríamos decir que la vieja y cargante pregunta de «¿qué es España?, solo puede ser respondida así: España es, sobre todo, un dolor de cabeza. Se pasan rachas indoloras pero la cefalea reaparece de forma pertinaz.

Durante unos años el estado de las autonomías pareció el remedio definitivo, gracias al prestigio que le confería la etapa en la que nació, la transición. Pero ya llevamos una temporada sacándole defectos. Algunos creen que la España plural, que Zapatero insinuó y no se atrevió a propulsar, era la solución verdadera. Otros entienden que las convulsiones cesarían si se impusiera el federalismo. Otros, la confederación.

Otros más, haciendo lo contrario, regresando al unitarismo. Otros, finalmente, con el independentismo. Es decir, siguiendo la tradición nacional, depositamos las esperanzas en el hallazgo de la fórmula que nos ahorre la de modo que fatiga de gestionar la complejidad. Cuando, como es evidente, si existen federalistas, unitaristas e independentistas debería quedar claro que esto no se puede resolver, que no hay más salida que gestionar la complejidad. Es lo que Ortega llamó «conllevancia». La «conllevancia» es la estación termini a la que terminamos llegando muchos, tras distintos desengaños. En lo tocante a la estructura del estado, en España no se ha dicho la última palabra, ni nunca se dirá. Por eso proponíamos que a nuestros políticos se les exigiera el carnet «adr», el que sirve para conducir mercancías peligrosas. En Arenys de Munt ayer jugaron con pólvora.

Tal vez el sueño secreto de su Alcalde era ser mecha histórica como el de Móstoles. Y hoy ya tenemos otros sesenta municipios dispuestos a hacer otras consultas independentistas. La desgracia de España es que demasiada gente con responsabilidad no tiene sentido de la responsabilidad. Buenas noches y hasta mañana a las veinte veinte.»

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

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Sus películas acompañaron a toda una generación: Dirty Dancing, Ghost, Norte y Sur … El actor norteamericano Patrick Swayze, falleció a los 57 años de edad a causa de un cáncer de páncreas contra el que luchaba desde hace dos años.

Especial BBC: Patrick Swayze en fotos

La noticia ha tenido un gran impacto en la red, a pesar de que, «nunca ganó un Oscar ni fue pretendido por los grandes directores de Hollywood», pero lo cierto es que Swayze gozaba de un carisma indudable.

Su pública batalla contra el cáncer  diagnosticado a principios de 2008 se convirtió en su último legado. «Quiero durar hasta que se descubra una cura», declaró en una de sus últimas entrevistas mientras la prensa sensacionalista anunciaba en grandes titulares «Patrick Swayze tiene cinco semanas de vida», cuenta EL PAIS

Según describe la wikipedia,

Patrick Swayze nació el 18 de agosto de 1952 en Houston, Texas. Hijo de Patricia «Patsy» Yvonne Helen, una coreógrafa, instructora de baile y bailarina, y Jesse Wayne Swayze, un redactor de ingeniería.[3] Tiene una hermana y dos hermanos: Vicki Lynn, Sean Kyle y Don, que también es actor.[…]

En abril de 2009 los médicos comunicaron a Swayze que el cáncer se había extendido a su hígado. El 19 de mayo de 2009 su representante desmintió los rumores que inundaban la Internet acerca de la muerte del actor «La esperanza es una cosa muy frágil en la vida de cualquiera y la gente que quiero no necesita que le roben la esperanza cuando no está justificado y cuando no es cierto», remarcaba Swayze.