«El ‘Sirius’ -de greenpeace- se dirige a La Coruña con uno de sus tripulantes herido en la acción contra los vertidos radioactivos»

[11-9-1982] Los activistas trataban de evitar que un carguero echase vertidos nucleares frente a las costas gallegas.

Estos días, que tanto se habla del cierre de Garoña, se están escuchando por televisión cosas sorprendentes. Hablan políticos, empresarios y periodistas defendiendo solemnemente los beneficios nucleares. Si solo les escuchásemos a ellos parecería que lo ecológico, lo moderno y lo sostenible fuese la energía nuclear y que las reticencias forman parte de la nostalgia de cuatro hippies melenudos. Una bochornosa mentira.

Incluso los grandes medios de comunicación, -cuyos ingresos publicitarios han caido un 24% este año por culpa de la crisis- hablan con la boca pequeña de la Energía Nuclear. ¿Por qué? Pues porque algunos de los anunciantes importantes que quedan hoy en España son las compañías eléctricas que explotan las centrales.

Pero la memoria, que es muy frágil cuando el dinero está de por medio, olvida que la Industria nuclear no puede presumir de transparencia precisamente. Recordemos una noticia de este mismo año:

«Ascó, multada con 15,4 millones, la sanción más alta a una nuclear. La central cometió cuatro infracciones graves con liberación de partículas radiactivas».

Gracias a las denuncias de los ecologistas se supo que Ascó ocultaba información. Pero a esos «hippies», «nostálgicos» y «melenudos», les debemos muchas otras cosas. Entre ellas que los residuos radioactivos ya no se lancen desde barcos en bidones de metal a la fosa atlántica, frente a la costa gallega. No era hace tanto, cuando Holanda lo hacía, en 1982 y también en 1982 parecían cuatro hippies melenudos. Eran activistas de Greenpeace a bordo del buque Sirius, junto a algunos pescadores gallegos, quienes se interponían entre el mar y los cargueros holandeses:

«Ayer, la justicia holandesa dictó una nueva sentencia en la que se amenaza a la organización Green Peace con una multa de 8.470.000 pesetas si sigue adelante con cualquier acción que dificulte o detenga la acción de descargas nucleares […]  No obstante, este mismo tribunal ha considerado que no hay bases suficientes para prohibir a los miembros de Green Peace que se coloquen con botes de goma debajo de los puntos de descarga de los bidones de residuos -de una tonelada de peso cada uno-, ya que con esta acción lo único que arriesgan son sus vidas. «

Y sí. Las zodiacs de Greenpeace zumbaron sobre las olas esquivando chorros de agua a presión. Se colocaban bajo las gruas que lanzaban de forma prepotente los residuos radioactivos al mar, tratando de impedirlo. Pero el barco holandés tiró dos bidones sobre una de las zodiac de greenpeace y estuvo a punto de matar a un activista de la organización.

Gracias a que había una cámara de Greenpeace que lo rodó, la imagen dió la vuelta al mundo. Poco después de aquel accidente y de su repercusión, el gobierno holandés anunció que abandonaba su política de lanzar residuos radioactivos al mar. Hoy, que conocemos mucho mejor las consecuencias tan devastadoras de los residuos, podemos concluir que serían cuatro hippies melenudos, pero la sociedad tiene una enorme deuda con ellos.

Imagen de previsualización de YouTube

[18-6-2009] Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «¿Es un problema o no es un problema?. Uno de cada tres chicos de 14, 15, 16 y 17 años se ha emborrachado el último mes. Y parece que durante los fines de semana las borracheras son más numerosas y de mayor calibre. ¿Qué hacemos con este dato?.

Podemos dejarlo rodar si nos sirven los consuelos estadísticos: no hemos empeorado en los dos últimos años, la cifra está estabilizada. Pero si este argumento nos parece lo que es, un engañabobos, deberíamos convenir en que sí es un problema. Lo malo es que desde hace bastantes años no sabemos muy bien qué hacer con este tipo de cuestiones. Hemos consagrado una tesis que no busca solucionar nada, sino evaporarlo todo.

Es un «pasa la bola» multiuso. La culpa no es de los chicos sino que es de los padres (o de los profesores), y que no es de los padres, sino de la sociedad, y que no es de la sociedad sino de los partidos, y que no es de los partidos sino del Gobierno. Y, siempre, de la tele. En resumen, siempre de otro. O sea, de nadie.

El estupor de los adultos ante el poder arrollador de las nuevas generaciones es inevitable. Es la ley de la vida. Pero esta es la primera generación adulta acoquinada ante sus hijos, seguramente porque perdió sus propias certezas, y no está nada segura de lo que desea trasmitir. Quien se escandaliza ante lo nuevo demuestra que se esta haciendo viejo. Pero quien defiende cualquier cosa que sea nueva demuestra su estupidez. Y que un chaval o una chavala de catorce años llegue borracho a su casa no es una novedad, es un desastre. Y no tenemos ni herramientas ni convicciones para evitarlo.»

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

La central nuclear de Santa María de Garoña sigue en el ojo del huracán y es motivo de encendido debate entre los partidarios de su cierre y sus defensores. Radiocable.com ha recopilado algunos de los datos básicos sobre la central para intentar dimensionar su auténtico impacto.

Imagen de previsualización de YouTube

[Reportaje de TVE sobre Garoña]

La central de Santa María de Garoña es propiedad de Nuclenor, un consorcio participado al 50% por Endesa e Iberdrola. Según Greenpeace genera aproximadamente unos 250 millones de euros de ingresos para sus propietarios.

Fue la segunda central que se construyó en España y entró en funcionamiento en marzo de 1971, por lo que Garoña ya tiene más de 38 años de vida útil. En el mundo sólo hay 14 centrales nucleares más antiguas que ésta. En EEUU la de mayor edad es la de Oyster Creek que empezó a operar en 1969 y que tiene, en principio, permiso concedido para seguir hasta 2029.

Es la que tiene menos potencia de las instaladas en España -460MW- y en 2007 generó un 1,3% de la electricidad consumida en España. En comparación, otras centrales nucleares como la de Almaraz provee el 6,8%.

El reactor de la central es del tipo BWR-3 (Boiling Water Reactor -reactor de agua en ebullición-) utiliza uranio enriquecido para la generación de calor y fue diseñado y suministrado por la empresa estadounidense General Electric.

El número de trabajadores de Garoña es uno de los aspectos más polémicos y sobre el que menos claridad hay. Los ecologistas aseguran que son 323 puestos de trabajo permanente (Ascó con dos reactores tiene 370). Otros medios han hablado de 600 empleos directos e indirectos y tras las noticias de su cierre hay quien asegura que 1.100 puestos dependen de la central.

Un estudio de la revista «Nucleonics Week» situó a Garoña en el puesto 31 de las centrales más eficientes del mundo en 2008. En total, hay 436 centrales nucleares en todo el planeta, 196 de ellas en Europa -incluyendo las rusas-.

En cambio los ecologistas la conocen como la central de las «mil y una grietas» y denuncian los graves problemas de agrietamiento por corrosión que afectan a diversos componentes de la vasija del reactor y del resto del circuito primario. No olvidan tampoco los numerosos accidentes que ha sufrido Garoña en los últimos tiempos.

En cuanto al CO2, al igual que toda central nuclear operativa, Garoña no emite directamente gases de efecto invernadero a la atmósfera. Pero toda la actividad que implica la extracción del uranio que sirve como combustible es una de las actividades que proporcionalmente más CO2 arroja. Y a esto hay que sumar el emitido durante el proceso de enriquecimiento del uranio y la construcción de la planta.

El periódico italiano Il Sole 24 Ore, publica un articulo de Michele Calcaterra sobre la crisis en España titulado»El fenómeno Zara ha dejado de correr? . Lo cierto es que no hay compañía española que esté saliendo beneficiada con la crisis. Incluso Zara que pertenece a las marcas low-cost que podrían parecer beneficiadas -las prensa son económicas, pero su diseño es comercialmente muy atractivo- sufre sus efectos…

??El grupo español Inditex ha registrado en el primer trimestre una disminución de los beneficios del 16% sobre una cifra de negocios que ha aumentado un 5%. Son datos que por una parte confirman las actuales dificultades económicas mundiales y por otra la generalizada disminución de los consumos en España. […]

??En la misma óptica coyuntural negativa hay que incluir otros dos datos significativos: el desplome de las ventas de pisos en el primer trimestre (-34%) y sobre todo una disminución del 16,5% (en el mismo periodo) de las transacciones efectuadas con tarjetas de crédito. Son señales evidentes de que la economía española no gira y de que los que más sufren son los sectores inmobiliario, turístico y de la gran distribución, sector en el cual la guerra de los precios se combate con descuentos hasta del 30-40%?.

 

Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

Sobre Cohen

Sus columnas, ahora en radiocable.com

Otros columnistas del WP

 

   

Richard Cohen – Washington. Para mucha más gente de la que nos gustaría admitir, el misterio de James W. von Brunn, el presunto tirador del Museo Conmemorativo del Holocausto, no es que tuviera unas opiniones tan absurdas y depravadas de los judíos y el Holocausto, sino que esas opiniones sean consideradas absurdas y depravadas. En grandes secciones del mundo islámico, demasiada gente no sólo niega el Holocausto sino que apoya el pensamiento que lo hizo posible.

En su notable discurso en la Universidad de El Cairo, el Presidente Obama sólo mencionó por alusiones esta faceta de lo que se ha convertido en una parte desagradable de Oriente Medio: tolerancia hacia y defensa de el antisemitismo a la vieja usanza. De hecho no hay nada en lo que profesaba von Brunn que no se escuche comúnmente o se publique en Oriente Medio. ¿Controlan los judíos la banca mundial, los medios, las organizaciones internacionales y a los propios Estados Unidos? Por supuesto. ¿Son capaces de las obras más asquerosas, incluyendo el infame «libelo de sangre,» que significa utilizar la sangre de menores no judíos como ingrediente de comidas tradicionales? Una vez más, por supuesto.

Este asunto es preocupante. Pero uno solo tiene que leer los despachos del Instituto de Investigación Mediática de Oriente Medio para ver que tales opiniones son expresadas con frecuencia y sostenidas de manera popular. ¿Significa eso que sean aceptadas universalmente? Lo dudo. Pero pueden ser difundidas ampliamente sin temor a la condena o, más a mi favor, al ridículo. Hace sólo dos años que me estaba tomando un café en Jordania y leía una columna sindicada en un periódico en inglés acerca de cómo fueron alertados los judíos de los ataques del 11 de septiembre de 2001 — y ninguno de ellos murió. Al parecer, el periódico pensó que ésta era una opinión digna de publicarse — una mentira demencial donde las haya.

Publicidad

Tenemos casi 2.000 años de experiencia con el antisemitismo y a estas alturas conocemos su extraordinario poder. Pone las bases del horror que viene inevitablemente. Obama reconocía el más famoso de ellos cuando al día siguiente viajaba desde El Cairo al campo de concentración Nazi de Buchenwald. Fue una escala particularmente adecuada, teniendo en cuenta que Buchenwald queda al final de la carretera que sale de Weimar, una ciudad famosa en tiempos por su vida intelectual (Goethe) y por la República de entreguerras que le debe su nombre. La proximidad entre Buchenwald y Weimar dice de la naturaleza humana todo lo que es necesario saber.

Pero yo habría preferido que el Presidente hubiera ido a Kielce, la ciudad polaca en la que 42 judíos perdieron la vida tras denuncias de un libelo de sangre. Esto no sucedió en la Edad Media, sino en 1946 — 14 meses después de que Alemania se hubiera rendido. Todas las víctimas eran supervivientes del Holocausto. No fueron asesinadas por Nazis prototípicos, sino por polacos comunes y corrientes. El Holocausto, con su promesa de «nunca más,» parece cosa del pasado — un capítulo cerrado. Kielce plasma una idea diferente. El antisemitismo pasa página.

Ese antisemitismo es parte ya de la cultura de Oriente Medio. Se ha infiltrado en los libros de texto; es recitado en las mezquitas. Difundido en televisión — por ejemplo, la emisión de una obra producida por la Universidad Islámica de Gaza en la que los judíos eran retratados bebiendo sangre musulmana. ??Tienes que beber de la sangre de los musulmanes,» dice un padre a su hijo según la traducción proporcionada por el MEMRI. ??Bueno,» dice el hijo, «pero sólo un tazón, porque estoy lleno.?

Tales opiniones son desposadas de forma rutinaria por las autoridades religiosas. El MEMRI cita al Ministerio de Organización Religiosa egipcio diciendo que todos los judíos son descendientes de los cerdos — y que por tanto son aptos para la matanza. Esta declaración particular fue refutada por otros funcionarios religiosos — tal sentimiento no siempre es refutado — pero sigue siendo notable y terrorífico que para empezar se difunda.

Obama acertó al exigir que Israel deje de ampliar o engrosar sus asentamientos de Cisjordania. También acierta al reconocer las aspiraciones palestinas y la herida abierta en el mundo árabe por la creación de Israel — la nakba , o catástrofe. Pero la tolerancia de la forma más vil de antisemitismo no es una precondición para la paz — sino la advertencia a los israelíes de que el pasado puede ser el prólogo. Si los propios líderes árabes no intentan refutar y eliminar el odio a los judíos que envenena sus sociedades, descubrirán que la paz que la mayoría de ellos sin duda desea no es posible.

James W. von Brunn fue rápidamente condenado al ostracismo estadounidense y señalado como el chiflado que es. En Oriente Medio sin embargo, no sería considerado nada parecido — ninguna especie de vestigio recalcitrante del pasado, sino un caballero corriente y por tanto una amenaza extraordinaria para el futuro.

 Richard Cohen

© 2009, Washington Post Writers Group
Derechos de Internet para España reservados por radiocable.com

 

Sección en convenio con el Washington Post

El fabricante israelí Rafael parece creer que aunque venda armas es correcto recurrir al humor o la risa para promocionar sus productos. Se está celebrando en estos días el París Air Show, uno de los más importantes salones aeronaúticos del mundo y, según se hace eco el blog Danger Room, la empresa, que es una sub-division para el desarrrollo de tecnología militar del Ministerio de Defensa de Israel, está promocionando un sistema de defensa aérea con el video de un… mimo.

Imagen de previsualización de YouTube

Se trata en concreto de un arma llamada «Multi-layered air defense umbrella» (un paraguas de defensa aérea en varios niveles). Y a los responsables de Rafael les ha parecido «adecuado» grabar un clip promocional para el Salón, en el que un mimo -al estilo del francés Marcel Marceau- se asusta al ver caer bombas de dibujos animados, pero luego se protege con el «paraguas» de la empresa israelí.

Lo llamativo, es que este mismo fabricante ya recibió fuertes críticas en marzo pasado con otra «promoción creativa» para el Salón Aéreo Anual del Ministerio de Defensa de la India. Entonces sorprendieron a todos con un video promocional de un baile al estilo Bollywood. En el clip una pareja se contoneaba al ritmo de una canción india con una letra que hacía referencia a la importancia de la seguridad y de estar preparado, en alusión a las armas de Rafael.

Imagen de previsualización de YouTube

Rafael Advanced Defense Systems existe desde 1948. Pertence al gobierno de Israel y su sede está en Haifa. Es una de las compañías líderes del mundo en el sector de la Seguridad y la Defensa. Facturó más 1.200 millones de dólares en 2007 y sus ventas en el año 2008 superaron holgadamente los 2.000 millones de dólares. Cuenta con más de 5.000 empleados.

 

E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exteriordel Washington Post.

 

Sobre Robinson

Sus columnas, ahora en radiocable.com

Otros columnistas del WP

 

   

Eugene Robinson – Washington.  El Presidente Obama debe ser aplaudido por abordar seriamente el cambio climático, reconociendo que el fenómeno puede vincularse al consumo de combustibles fósiles, y por intensificar la búsqueda de soluciones viables. En una de sus iniciativas centrales, sin embargo, la administración podría estar perforando en un pozo seco muy caro.

Pretendo decir eso literalmente. El plan consiste en cumplir ambiciosos objetivos de limitar las emisiones de dióxido de carbono y demás gases «de efecto invernadero» a través del desarrollo y el uso extendido de una tecnología de eficacia desconocida conocida como — prepárese para poner los ojos como platos — secuestro y almacenamiento del carbono. Esa anticuada frase tiene un significado simple: recoger el dióxido de carbono de las chimeneas de las centrales térmicas, antes de que la cosa tenga oportunidad de calentar la atmósfera, y bombearlo al subsuelo profundo donde pueda ser enterrado de por vida. Teóricamente.

Esta idea es fundamental para la iniciativa «carbón ecológico» que Obama y muchos en el Congreso enarbolan con entusiasmo. Alrededor de la mitad de la electricidad consumida en este país es generada a partir de plantas térmicas que queman carbón — lo que no es sorprendente, teniendo en cuenta que el suministro es tan abundante que Estados Unidos es denominado «la Arabia Saudí del carbón.?

Las centrales alimentadas por gas natural liberan menos dióxido de carbono — pero el gas natural es más caro. Las centrales nucleares no liberan ningún dióxido de carbono en absoluto — pero está el problema de qué hacer con los residuos nucleares. Es de esperar que la política de cambio climático que está siendo desarrollada por la Casa Blanca y el Congreso dé por sentado que el carbón — responsable del 36% de las emisiones estadounidenses de dióxido de carbono, según el Departamento de Energía — siga desempeñando el papel dominante a la hora de conservar encendidas las luces y el aire acondicionado zumbando.

Publicidad

??Esto es América — concebimos cómo poner a un hombre en la luna hace 10 años,» decía Obama el año pasado durante la campaña. ??No me puede decir que no podemos encontrar la forma de quemar el carbón que extraemos aquí mismo en los Estados Unidos de América y hacerlo rendir.?

Puede que sí, puede que no. Secuestrar el carbón liberado por las centrales térmicas y enterrarlo en la práctica es factible. Pero es caro — una central eléctrica capaz de realizar el proceso de secuestro del carbón costará hasta un 50% más en su construcción que una planta convencional, y eso sin tener en cuenta el coste de la masiva infraestructura necesaria para transportar el carbón hasta los enclaves de almacenamiento y transportarlo al subsuelo.

¿Y la cosa se quedará ahí? El meollo del asunto, recuerde, sería impedir que el dióxido de carbono llegue hasta la atmósfera, donde contribuiría al cambio climático. La idea es confinarlo en tipos concretos de formaciones geológicas que lo almacenarían de manera indefinida. Pero los científicos reconocen no estar absolutamente seguros de que el dióxido de carbono no vaya a migrar nunca.

Científicos e ingenieros tendrán que demostrar que la posibilidad de la liberación súbita y catastrófica del dióxido de carbono almacenado en un enclave es sobradamente remota. Digo «catastrófica» porque el dióxido de carbono es más pesado que el aire, y la nube que se extendería a ras del suelo asfixiaría a todo aquel que se encontrase. Eso es lo que sucedió en Camerún en el año 1986, cuando la liberación natural de dióxido de carbono atrapado en el fondo del lago Nyos reventó y mató a 1.746 habitantes de las aldeas cercanas. Supuestamente, los enclaves de almacenamiento no se ubicarían cerca de los centros de población.

Más difícil quizá será demostrar que el carbono no se va a filtrar lentamente, digamos al ritmo del 1% o el 2% al año. No habría riesgo para la salud fruto de una liberación gradual, pero habríamos incurrido en enormes problemas y gastos, y el dióxido de carbono habría encontrado la forma de llegar a la atmósfera después de todo.

Mientras tanto, los especialistas en hidrología temen que el dióxido de carbono enterrado — mezclado con los demás contaminantes que produce la quema del carbón — pueda migrar de formas imprevistas y contaminar las fuentes de aguas subterráneas.

Podría ser posible responder a todas estas preocupaciones, pero hay una duda general: ¿de verdad es una buena idea? ¿Es ésta la herencia que queremos dejar a las futuras generaciones — miles de enclaves señalizados con «prohibido el paso,» donde depositamos el peligroso residuo de nuestra tóxica adicción a los combustibles fósiles?

La administración Obama va a gastar 2.400 millones de dólares salidos del paquete de estímulo en proyectos de secuestro y almacenamiento de compuestos saturados — lo justo para la entrada. Imagine lo que podría hacer ese dinero si se dedicase a energía solar, eólica y otras fuentes de energías renovables. Imagine si intentásemos solucionar el problema de verdad en lugar de apartarlo de la vista.

Eugene Robinson
Premio Pulitzer 2009 al comentario político.

 

© 2009, Washington Post Writers Group
Derechos de Internet para España reservados por radiocable.com

Sección en convenio con el Washington Post

 

 

Imagen de previsualización de YouTube

Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Zapatero, entre Mafo y Montilla, entre el gobernador del Banco de España y el president de la Generalitat Catalana. Hoy la actualidad ha querido ayudarnos a entender la dificultad de la gestión económica. Nos ofrece una lección práctica, muy sencilla de comprender, sobre la elasticidad limitada de la goma económica. Fernández Ordóñez presentaba el informe del Banco de España y nos decía que ya no nos queda margen para más esfuerzo fiscal, que el gasto ya no puede estirarse. A la misma hora, Zapatero se veía con Montilla, como ayer lo hizo con el presidente gallego, y era apremiado a aportar más fondos a las comunidades, sencillamente por que no les llega. Esta es la cuadratura del círculo. La dificultad objetiva se acentúa por algunos desenfoques añadidos. Uno, y muy principal, es el tantas veces señalado. El de las autonomías que no se reconocen como Estado, que a fuerza de llamar Estado al Gobierno Central, han olvidado sentirse concernidas por los problemas generales. No es falta de sensibilidad, o de solidaridad, como tantas veces se denuncia. Es una lamentable desviación, iniciada hace muchos años, que ha dado lugar a algunos absurdos con orla, como cuando un lehendakari decía enfrentarse al Estado, siendo así que él era el Estado en Euskadi, o cuando en otras comunidades llaman Estado a Madrid. Estas aberraciones semánticas no son minucias. Porque, aún comprendiendo la verdad de sus problemas, si Montilla no recuerda que él es el máximo representante del Estado en Cataluña, o Núñez Feijoo en Galicia, o Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, creerán que las advertencias del gobernador del Banco de España no van con ellos, sino solamente con Zapatero. Nos tememos que es exactamente lo que creen, así como la inmensa mayoría de los ciudadanos.»

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

Paco Castejón, responsable de energía nuclear en Ecologistas en Acción, niega categoricamente uno de los argumentos que se están barajando para no cerrar la Central Nuclear de Garoña. Esta decisión no supondría enviar al paro a los trabajadores. En radiocable.com explica que la experiencia que tienen con otras centrales desmanteladas, es que el plan necesario para llevar a cabo el cierre crea mucho empleo y podría incluso duplicar la oferta actual por un periodo de entre 10 a 20 años.

La central de Garoña en la web de Ecologistas en Accion

Paco Castejón sostiene también que es falso que la comarca dependa fuertemente de la central nuclear: «Apenas diez de los trescientos y pico trabajadores viven en la comarca. Ellos no viven en el Valle de la Tobalina, viven en otros pueblos».  También defienden que la riqueza que genera Garoña no se queda en la zona, sino que se la lleva la empresa Nuclenor. Por eso critican que se esté utilizando el argumento localista en defensa de mantener abierta la central.

Pero sobre todo, en Ecologistas en Acción se muestran indignados con el mensaje que están enviando los defensores de la energía nuclear de que el cierre de esta central supondría enviar al paro a los trabajadores. Según Paco Castejón: «Por la experiencia que tenemos en otras centrales desmanteladas como Vandellós 1 en Tarragona o Zorita en Guadalajara, demuestra que aumentan los puestos de trabajo que se generan. Dependiendo del plan de desmantelamiento que haga Nuclenor, se podría incluso duplicar el número de personas trabajando en la central».

Actualmente trabajan en Garoña más de «300 trabajadores fijos y cuando hay recarga, cada dos años, se produce una afluencia de otros 700 más, pero estos son sólo temporales», explica Castejón. Ecologistas en Acción no ha hecho un cálculo exacto del número de puestos de trabajo que crearía el plan de desmantelamiento de Garoña, porque se trataría de la primera central de agua en ebullición que se cierra en España y no hay antecedentes. Pero por ello mismo aseguran que se generaría mucho empleo y por un periodo de 10, 15 o incluso 20 años.