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Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Un apunte en torno a la final de ayer en Valencia. Tal vez los himnos y las banderas no debieran tener el carácter de símbolo sagrado que hoy tienen. Como vinieron se irán, y seguramente ese será un buen día. Pero, hasta entonces, habríamos de tratarlos con delicadeza. Y no por ellos -trapo y chunda chunda, en última instancia- sino por lo que significan para mucha gente. Los himnos no se deben abuchear, ni el español, ni el francés, ni el rumano, ni el de Níger, ninguno. Ni, por supuesto, el Gora ta Gora de Euskadi o Els Segadors catalán. No pueden abuchearse a no ser que se quiera ofender. Y aquí es a donde queríamos llegar. Seguramente muchos de los que ayer abroncaron la interpretación del himno nacional no querían ofender a nadie, ni pensaban estar haciéndolo. Es más, es probable que muchos de ellos pertenecieran a ese alto porcentaje de ciudadanos vascos o catalanes que reconocen sentimientos de identidad plural. Pero que han incorporado a su gestualidad pública, sin analizarlo ni mucho ni poco, los gestos diseñados por los sectores más radicales. Esos que, ellos sí, consideran a España un enemigo cuya presencia debe ser combatida en cada detalle, grande o chico, de la vida cotidiana. Desde hace mucho tiempo esos sectores llevan la batuta en el control de lo simbólico. Y muchas personas que no comparten exactamente sus ideas bailan, sin embargo, al compás que ellos marcan. Hubo ayer, por tanto, un abucheo lúcido y otro seguidista, gregario. Y es a éste al que nos referimos. Porque, además de que los himnos no se deben abuchear, por respeto a quienes los valoran, es necesario reflexionar sobre la gran cantidad de terreno cedido por las mayorías educadas a las minorías maleducadas, por las mayorías moderadas a las minorías radicalizadas. Y lo importante que va a ser recuperar ese terreno. Se piense políticamente como se piense, incluso aunque se quiera la independencia de Euskadi o de Cataluña.»

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Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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 Richard Cohen – Washington.  Atención blogueros: tengo escrita una columna en defensa de Dick Cheney. Sé lo preocupante que resultará esto para algunos de los críticos de Cheney, y yo me cuento entre ellos, que piensan — parafraseando respetuosamente lo que dijo de Lillian Hellman Mary McCarthy — que todo lo que dice es mentira. Pero debo preguntarme si lo que dice ahora es verdad — a saber, que la tortura funciona.

En cierto sentido se trata de una idea esotérica, puesto que Estados Unidos insiste en que ya no va a torturar — no que, como añade rápidamente la gente de Bush, lo hiciera alguna vez. La tortura es una abominación moral, y el Presidente Obama acierta al reafirmar la oposición estadounidense a su práctica. Pero donde albergo mis reservas es en la cuestión de si las técnicas avanzadas de interrogatorio funcionan realmente o no. Que no funcionan es un dogma de fe entre aquellos a la izquierda política, que parecen pensar que los sospechosos de terrorismo fueron torturados por la CIA solo por diversión.

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Cheney, sin embargo, es firme en que las mismas medidas que ahora se consideran ilegales sí funcionaron y que, además, descartarlas por completo ha desprotegido al país. Cheney decía esto por última vez el pasado domingo en «Face the Nation,» en la CBS. ??Esas políticas fueron responsables de que se salvaran vidas,? dijo a Bob Schieffer. En la práctica, Cheney plantea una cuestión difícil de verdad: ¿Es más inmoral torturar que no impedir por todos los medios la muerte de miles?

Cheney es un vacío de credibilidad con patas. En el pasado, ha dicho, ??Sabemos que (los iraquíes) tienen armas biológicas y químicas,? cuando resultó que no sabíamos nada parecido. Insistió en que ??las pruebas son aplastantes? de que al-Qaeda había mantenido contactos al más alto nivel con el régimen de Saddam Hussein cuando ??las pruebas? eran virtualmente inexistentes. Y afirmó repetidamente que Irak poseía un amenazador programa de armas nucleares. Si fuera vendedor de coches usados, ningún cliente repetiría.

No obstante, todo el mundo tiene su momento y Cheney dedica cantidades ingentes de energía a predicar las virtudes de lo que se puede llamar coloquialmente tortura. ?l dice tener conocimiento de dos memorandos de la CIA que apoyan la opinión de la polémica de que los métodos crudos de interrogatorio funcionaron y que se salvaron muchas vidas. ??Eso es lo que hay en esos memorandos,? dijo a Schieffer. Hablan ??específicamente de diversos planes de ataque que estaban en marcha y de cómo fueron desarticulados.?

Cheney dice que en su momento tuvo los memorandos entre sus archivos y desde entonces ha solicitado que sean desclasificados. Algo de razón tiene. Después de todo, no se trata simplemente de alguna riña política entre blogueros, aunque algo de eso hay también. Insalvablemente, está relacionado con la vida y la muerte — no con ideologías, sino con la gente que se lanza desde el World Trade Center en llamas. Si Cheney tiene razón, entonces que comience el debate: ¿qué hacemos con los métodos del interrogatorio avanzado? ¿Deben estar prohibidos de manera taxativa, por siempre y para siempre? ¿Podemos hablar de lo que son, y no sólo de lo que tendrían que ser?

En la misma tónica, ¿podemos averiguar también lo que sabía Nancy Pelosi y en qué momento lo supo? Si realmente tenía conocimiento de la asfixia simulada allá por el 2003, eso no la convertiría en una criminal de guerra en absoluto. Pero si tuvo conocimiento e insiste en lo contrario, eso la convertiría en una de esas personas que no reconocerán que la atmósfera inmediata post-11 de Septiembre toleró métodos que ahora parecen repugnantes. Ciertos políticos Demócratas me recuerdan a lo que supuestamente dijo Oscar Levant de Doris Day: ??La conocí antes de que fuera virgen.? No tienen ningún recuerdo de quiénes eran.

En mis viejos tiempos de universitario, había muchos debates nocturnos en torno al «hombre libre» — no libre políticamente, ya ve usted, sino libre de los obstáculos culturales burgueses. (El escritor importante por entonces Jean Genet, ex delincuente de poca monta y prostituto, era citado con frecuencia.) En términos políticos, Cheney ha sido un hombre libre desde que abandonó cualquier aspiración presidencial. Se convirtió en el más apolítico de los políticos y sigue interpretando ese papel, sin adoptar ni la penitencia ni el voto de silencio durante su vida postvicepresidencial. Dice que los temas son demasiado importantes para permanecer, como es tradicional, mudo.

Tiene razón en eso. Los preparativos de la desastrosa Guerra de Irak fueron notables en su asfixiante ausencia de debate. Eso nos dio mal resultado entonces y nos dará mal resultado ahora si la gente que tuvo conocimiento de la utilidad, y ya no hablemos de la moralidad, de los métodos de interrogatorio avanzado mantuvo cerrada la boca. La administración Obama tendría que recoger el guante de Cheney, por así llamarlo, y desclasificar los memorandos. Si todo el mundo acierta alguna vez, ésta podría ser la vez de Cheney.

 Richard Cohen

© 2009, Washington Post Writers Group

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Para el corresponsal en España de la revista Newsweek, la carrera por ser sede olímpica en 2016 aún está abierta y dependerá «de la negociación política y los negocios». Mike Elkin explica en radiocable.com que cree que tanto Chicago como Madrid y Tokio tienen serias posibilidades que dependerán de la presión que sean capaces de hacer para influir «a puerta cerrada». Considera que Río de Janeiro -por temas de seguridad- es quien menos batalla dará y que Obama puede ser un arma decisiva para Chicago, aunque aún es pronto para saberlo.

Mike Elkin

Mike Elkin piensa que una vez que las ciudades candidatas a los JJOO han hecho sus programas y planes y demostrado que estos son viables, luego «se trata de negocios y política». Las tres candidatas pueden organizar muy bien los Juegos, pero la victoria dependerá de quien «haga lobby mejor». Y recuerda como la victoria de Londres en 2012 se decidió por la implicación personal y la presión que hizo Tony Blair.

En cuanto a la implicación del presidente Barack Obama en favor de la ciudad que considera su hogar, el corresponsal cree que puede ser un elemento desestabilizador en favor de Chicago, pero no tiene «información al respecto». En cualquier caso cree que por ahora en EEUU se habla menos del asunto de los JJOO de 2016  que en España.

 

Ellen Goodman

Premio Pulitzer al comentario periodístico.

 

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Ellen Goodman – Boston. No me sorprendió el relato del presidente. La reforma de la sanidad no es un tema de hojas de cálculo y listas de espera simplemente. Es un depósito de las historias personales de las que hacemos acopio en nuestros momentos difíciles familiares.En esta ocasión, el relato que contó trataba de los costes y la atención necesarios al final de la vida. Trataba de Madelyn Dunham, la abuela que falleció a falta de un día de verle convertirse en Presidente. Ya ve, la mujer llamada Toot estaba terminalmente enferma de cáncer cuando se cayó, se rompió la cadera y accedió a someterse a implantarse una prótesis. La cirugía «tuvo éxito» pero dos semanas más tarde, mientras el presidente juraba, «ya sabe, las cosas no salen como esperamos.?

Obama decía al periodista del New York Times que habría pagado la operación él mismo de ser necesario, pero a continuación planteó abiertamente si debía esperarse que la sociedad sufragara el tratamiento de cualquier otro padre o abuelo enfermo terminal. ¿Era éste «un modelo sostenible»? preguntaba el presidencial nieto, añadiendo, «Es ahí donde creo que entramos en asuntos morales muy delicados.?

Me sorprendió esto porque recordaba el anuncio que hizo Obama de la muerte de Dunham: «murió en paz mientras dormía con mi hermana a su lado.? Una imagen de la muerte diferente a la que describe una caída, una sala de urgencias, cirugía, decisiones comprometidas a las que se enfrentó su familia, al igual que tantas otras.

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Pero también me sorprendió la forma en que el presidente enmarcó el tratamiento de Toot como «los asuntos morales muy delicados» que rodean al gasto sanitario?. De hecho, la gente de derechas vio este relato como la advertencia de Obama al racionamiento de la sanidad que se avecina. Pero ¿no debería haber terrenos en los últimos momentos de la vida en los que la compasión, la economía y la ética coincidan en lugar de enfrentarse?

Hay ??asuntos morales muy delicados» avecinándose. ¿Pero es éste uno de ellos? ¿Es un sistema sanitario que ofrece «todo» a todo el mundo — implantes de cadera a enfermos terminales — moralmente superior? ¿O sospechoso? ¿No podemos decidir cuándo más deja de ser más?

No voy a cuestionar las decisiones tomadas en las últimas semanas de la vida de Toot mucho más de lo que cuestiono las decisiones de mi propia familia mientras se desenvolvía la avalancha de decisiones que debíamos tomar en los últimos meses de vida de mi madre. Pero sí creo que lo que puede necesitar nuestro sistema no es más intervención, sino más conversación. En especial en torno al delicado asunto de la muerte.

Más de la cuarta parte de los dólares que se lleva el seguro por enfermedad se gastan en los últimos años de vida de los asegurados. La mayoría de la gente quiere morir «en paz» en casa, pero alrededor del 80% fallece en hospitales. De forma que gran parte de nuestro dinero acaba financiando el tipo de muerte que no queremos.

Es cierto que los incentivos financieros de nuestro sistema médico están orientados hacia la intervención, pero también están los incentivos emocionales. Los médicos forman parte de la profesión del alivio, entrenados para escribir «esperanza» en cada talonario de recetas. Estos profesionales son con frecuencia incómodos aficionados en el asunto de hablar de su «fracaso»: la muerte.

En cuanto al resto de nosotros, ¿cuántas familias han celebrado realmente «la charla,» algo tan temido como «la charla» sobre sexo? ¿Cuántos evitan como pueden las preguntas en torno a la muerte, padres nada deseosos de entristecer a sus hijos, hijos nada deseosos de entristecer a los padres? Como si los dos no estuviéramos en el mismo barco juntos.

He conocido a expertos capaces de hablar en público de este asunto, pero no con sus madres. Nadie es inmune a la negación — ni siquiera la antropóloga Margaret Mead, que predicaba la necesidad de tener una conversación franca en torno a la muerte. Cuando le tocó el turno y se presentó su hija, Mead le dijo que no estaba muriendo, que le quedaba mucho por hacer.

Como consecuencia del caso de Terri Schiavo, la «voluntad» se convirtió en el documento común. En las páginas web a estas alturas, «Los cinco deseos» se bajan como eslóganes familiares que van más allá del «desenchufar la máquina.? Pero la negación sigue siendo aún la posición por defecto. Y puede que la posición destructiva.

Resulta que la conversación en torno a los últimos momentos de la vida entre médico y paciente no produce miedo ni depresión. Estudios recientes demuestran que estas conversaciones redundan en un tratamiento menos agresivo, menor tensión, mejor calidad de vida para los pacientes desahuciados y comodidad para aquellos que lamentan su pérdida.

Si esto es racionar, yo lo llamo ser racional.

Madelyn Dunham falleció «en paz.? Pero «los asuntos morales muy delicados» empotrados en esta historia se reducen a uno simple: una sanidad más cara no es necesariamente una sanidad mejor. Hacer todo lo posible hasta el último momento puede ser lo erróneo. Los momentos finales de la vida son un terreno en el que ética y economía todavía pueden entrelazarse en un solo hilo de humanidad.

Ellen Goodman
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E. Robinson

Premio Pulitzer 2009, Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

 

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Eugene Robinson -Washington. Lo crea o no, con frecuencia puedo ver la otra cara de un argumento. Sé que las estrictas leyes de control de armas salvan vidas y protegen a nuestras comunidades, por ejemplo, pero también entiendo lo que dice la Segunda Enmienda. Soy partidario de la discriminación positiva, pero me doy cuenta de que brindar oportunidades a algunos individuos que se las merecen puede significar negar oportunidades a los demás. Pensar algunos temas implica discernir entre escalas de gris sutilmente.En algunos temas, no obstante, en realidad no veo más que blanco o negro. Entre ellos está la «duda» de conceder los mismos derechos a los estadounidenses que son gays y lesbianas, lo que en realidad no es una duda ni por asomo. Es un imperativo que llega con retraso, y un imperativo que la nación está empezando por fin a reconocer.

Antes de su investidura, el Presidente Obama se proclamaba «feroz defensor de la igualdad de los estadounidenses homosexuales.? Ahora, con el tema del matrimonio homosexual infiltrándose en un estado tras otro y con la política del Pentágono de expulsar a los militares homosexuales del cuerpo lista para ser derogada, es momento de que Obama invierta parte de su capital político en lo que dice su retórica.

El miércoles, Maine se convertía en el quinto estado en legalizar el matrimonio homosexual; una legislación parecida en New Hampshire ha sido enviada al gobernador. Los políticos de Washington que quieren evitar lo que entienden como una polémica peligrosa tienen una conveniente vía de escape: pueden decir que el asunto del matrimonio debe quedar en manos de los estados, y que la cuestión de si el matrimonio homosexual de un estado debe ser reconocido por los demás ya ha sido abordada por el Congreso y finalmente zanjada en los tribunales.

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Pero eso es pasar la pelota, no tener una postura. Ciertamente no debe confundirse con el liderazgo.

Preferir «las uniones civiles» que conceden todos los derechos y ventajas del matrimonio — pero que se abstienen de utilizar la palabra matrimonio y con él, supongo, la aprobación de la sociedad — equivale a otro truco. Me preocupa aquí la forma en que la ley entiende la relación, no la forma en que ninguna iglesia concreta o líder religioso la interpreta; eso depende de los fieles, el clero y el Todopoderoso. El matrimonio no es sólo sacramento sino también un contrato, y el aspecto contractual es asunto de legislación, no de las escrituras.

Obama adoptó la vía de las «uniones civiles» durante la campaña del año pasado y se ha seguido aferrando a ella. Mientras que veo el cálculo político — fue básicamente la postura de todos los candidatos importantes Demócratas — nunca he comprendido la lógica. Si la semántica es la única diferencia entre una unión civil y un matrimonio, entonces ¿por qué molestarse en definir una distinción? Si hay diferencias genuinas que la ley deba reconocer, ¿cuáles pueden ser?

Me parece que igualdad significa igualdad, y se es igual o no se es. Creo que el matrimonio debería ser legal, y me es difícil imaginar cómo cualquier «feroz defensor de la igualdad» puede pensar lo contrario.

Obama defiende sensatamente la derogación de la política de expulsión de los homosexuales del ejército. Debería impulsar el asunto recordando públicamente a los detractores de dejar que los homosexuales se alisten en el ejército que sus argumentos — perjudicará la moral, dañará la cohesión y la disposición, disuadirá de realistarse — son con frecuencia los mismos, palabra por palabra, que los argumentos que se establecían hace 60 años en contra de la integración racial en las fuerzas armadas. Eran prejuicios entonces, y son prejuicios ahora.

Obama también debería defender de manera obvia que expulsar efectivos capaces y totalmente entrenados por la fuerza por ser homosexuales, en un momento en el que nuestro desbordado Ejército está librando dos guerras, sólo puede describirse como demencial.

Lo que el Presidente no debería hacer es distanciarse del debate del matrimonio con la excusa de que no es asunto del gobierno federal. Para empezar, consta que votó a favor de derogar la Ley de Defensa del Matrimonio de 1996 — una ley que bloqueaba el reconocimiento federal de los matrimonios homosexuales y descargaba a los estados de cualquier obligación de reconocer los matrimonios homosexuales contraídos en los demás estados.

¿Significa la postura de Obama a favor de la derogación que los fieles del gobierno federal  deben de reconocer los matrimonios homosexuales? ¿También piensa que, digamos, el estado de Alabama tiene que  reconocer un matrimonio homosexual contraído en Iowa? Si es así, ¿cuál es la diferencia práctica entre esta postura y decir simple y llanamente que los matrimonios homosexuales deberían ser legales y reconocidos en cada uno de los 50 estados?

No estoy pecando de idealista. Sé que la aceptación de la homosexualidad entre la opinión pública de este país está muy lejos de ser universal. Pero las posturas han cambiado dramáticamente — más que suficiente para que un presidente popular y progresista se pronuncie alto y claro en un tema de derechos civiles y humanos fundamentales.

Eugene Robinson

 

Premio Pulitzer 2009 al comentario político.
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Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Si lo acuciante, el paro, no nos impidiera mirar hacia el horizonte, hoy estaríamos embarcados en el examen de las propuestas de Zapatero para diseñar un nuevo modelo económico. Si lo acuciante, las elecciones europeas del siete de junio, no nos impidiera mirar al fondo de las cosas, deberíamos preguntarnos por qué el derrumbe de la economía inspirada en el ultraliberalismo no ha hecho crecer a la izquierda en ningún país de Europa. Sino todo lo contrario. Pero en la actualidad sólo hay tiempo para decir que no hay tiempo y gestionar malamente el presente. Es cierto que el paro es dinamita, pero tan fundamental como luchar contra él es decidir cómo pensamos prosperar en el inmediato futuro. Si ya no podremos regresar a la enajenación de vender un millón de pisos cada año, todos los años, ¿qué locomotoras arrastrarán nuestra economía de forma real, sostenible?. Zapatero esbozó ayer un plan. Valga este o valga otro, del partido que sea, ¿cómo puede ser que no estemos enfrascados en este tema?. ¿Cómo puede no ser éste el debate principal de nuestra sociedad?. Si la hipnosis cortoplacista, del beneficio inmediato, si las rentabilidades delirantes, si la filosofía de esto es jauja, esquilmemos y salgamos pitando, nos han llevado al desastre, ¿dónde esta el debate, la reflexión sobre la nueva mentalidad que necesitamos para no despeñarnos por el próximo precipicio?. Lo peor no es lo que nos ha pasado y nos pasa. Lo peor es que nadie parece dispuesto de verdad a cambiar. Todo es un puro esperar que escampe. Lo mismo cabe decir sobre la segunda interrogante. El ultraliberalismo nos hunde, reaparece el estado como poder necesario, y, contra toda lógica, la izquierda pincha en toda Europa. Y la derecha apunta como ganadora de las elecciones del siete de junio en todos los países. ¿Por qué?. Hay mucho que pensar, pero ¿dónde se hace eso?.»

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

Desde dentro, con cámara super cámara lenta y en alta definición… un documental de la BBC ha filmado una ola gigante de cuatro metros como nunca hasta ahora se había hecho. Aseguran que la filmación es de tanta calidad, que se pueden apreciar los vórtices o remolinos que crean este tipo de grandes olas. Y para completar la grabación, Dylan Longbottom la surfeó para mostrar su fuerza y tamaño.

La ola en cuestión se filmó en la costa de Pohnpei en las Islas Carolina de Micronesia, un lugar conocido de los surfistas. El movimiento del oceano que creó esta ola viajó más de 5.000km hasta romper en esta linea costera. El cámara australiano Bali Strickland, tuvo que mantenerse a flote mientras le pasaba el «monstruo» por encima. (Fuente: Microsiervos)

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La muerte del músico madrileño ha sacudido el mundo de la cultura. El talento de Antonio Vega emocionó a millones de personas, que ahora sienten un vacío y una tristeza similares a los que él transmitía en sus canciones. Radiocable.com ha pedido a varios de sus compañeros en la música y el escenario, probablemente quienes mejor le conocieron, que compartieran algunos de sus recuerdos. Su primo Nacho García Vega, Pancho Varona y Luis Bolín de la Unión hablan de Antonio, de su arte, su vida y su magia.

Nacho García Vega Luis Bolin Pancho Varona

Nacho García Vega primo de Antonio y cofundador de Nacha Pop asegura que se queda con «el amigo, el compañero, el músico estupendo con el que compartí tantas experiencias y el vacío que deja». También señala que tanto cuando sus carreras discurrieron juntas como cuando lo hicieron por separado mantuvieron «la complicidad, el hacer las cosas casi sin palabras y una intuición mutua». Y cree que su calidad era capaz de traspasar cualquier barrera.

Luis Bolín de la Unión considera que se ha ido un «grande del pop español». Destaca además que ha muerto «con las botas puestas» ya que mientras tuvo energía siguió subiéndose a los escenarios». Hace dos años, La Unión y Nacha Pop dieron varios conciertos juntos y Luis Bolín le recuerda como un gran músico, una gran persona y un gran poeta: «Era el carisma personificado a pesar de su imagen a veces un poco deteriorada […] no impedía que la gente se quedara enganchada con él». La hija de Bolín, María de 18 años también deja su recuerdo de un músico que llegó, pese a la diferencia de edad, a su generación con «toda la fuerza posible».

Pancho Varona cree que Antonio Vega desprendía «algo especial, que nadie sabe definir, pero que era mágico» y que se ha ido alguien muy importante «en la música y en la vida». Por encima de su capacidad como artista y compositor, Varona quiere destacar lo que desprendía como persona y lo que atraía a la gente de él, a pesar de que al final «estaba en un estado fisico deteriorado. Aún así desprendía una magia y una aureóla de gran tipo». El músico finalmente recuerda que la última vez que tocaron juntos, Antonio Vega le regaló una pua que guarda «como una de las joyas de mi colección».

Antonio Vega
(Foto: Flickr/Jorge Ontalba)

El periódico norteamericano The Wall Street Journal publica un artículo titulado: ??La niña bonita de las energías renovables desfallece. El Gobierno intenta solucionarlo?. El diario, habitualmente poco generoso con el gobierno, ilustra la información con la foto de un torero en plena cogida:

??En más de una ocasión, el presidente Obama ha mencionado a España como ejemplo de cómo adoptar la energía renovable; el Gobierno español no parece tan convencido. El rápido ??y sumamente subvencionado- crecimiento de las energías renovables ha agravado una ya precaria situación en el sector eléctrico, dijo la semana pasada el ministro español de Industria, Miguel Sebastián, que se dispuso a promulgar nuevas leyes para abordar la situación. La tendencia que están siguiendo esas nuevas tecnologías podrían poner en peligro, a corto plazo, la sostenibilidad del sistema, tanto desde el punto de vista económico, por su impacto sobre las tarifas eléctricas, como desde el técnico??, manifestó el Gobierno al anunciar la nueva ley?. […]

??La nueva ley no supone que la energía renovable haya sido un desastre para España, ya que el sector eléctrico tiene problemas mayores y más costosos, pero sí supone que hasta el país que era considerado la niña bonita del desarrollo de la energía limpia aún está bregando por hallar el modo preciso de hacerlo?.

Mas allá de la información que recoge el diario conviene recordar la importancia estratégica que tiene este sector. Evidentemente necesitamos encontrar un modelo claro de desarrollo para la energía limpia, pero no se puede acusar a esa porción del sector de ser el responsable de la situación que viven las eléctricas. Conviene no obstante recordar que a pesar de la crisis y de que el beneficio ha sido menor que otros años, las principales compañías eléctricas, Iberdrola, Endesa, Unión Fenosa y HC Energía, obtuvieron un beneficio de 1.867 millones de euros en el primer trimestre del año… Muy mal no parecen…

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Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Enfrentamiento a cara de perro. Se reunían demasiadas cosas. Debate sobre el Estado de la Nación pero, además, primer debate electoral de las europeas. Y como material para la discusión, un tema en carne viva: la crisis económica. El resultado, una pelea bronca, durísima, con las hinchadas enardecidas en un fragor de aclamaciones y broncas. Rajoy tenía a favor los datos de la crisis. Cada número rojo era un directo al hígado político del presidente. Pero el presidente había marcado el paso por la mañana con un discurso sin lirismos y cargado de propuestas. Está convencido de que hace lo que debe. A favor de Rajoy todas las ventajas del que mira. En contra de Zapatero, todos los inconvenientes del que hace. Volaron palabras gruesas. Rajoy, desdeñoso con Zapatero, al que no parece otorgar categoría intelectual para ser su contrincante, le acusó varias veces de mentir. Zapatero le acuso de complacerse en las desgracias económicas del país, lo que puso furioso al líder de la oposición. Ambos acumulan enconamientos atrasados, como los viejos matrimonios, y se les nota en cuanto se desfleca mínimamente la cortesía. Rajoy, con su apostura de caballero a la antigua usanza, tiene alma de camorrista. Y se siente a gusto cuando arde Troya y puede anunciar el fin de algún mundo. En el pasado, con la traición a los muertos o la España que se rompe. Hoy, con el desplome económico. Por su parte, el presidente, en cuanto se descuida, se pierde en reproches que ya no son de actualidad. Y se enzarzan porque se tienen ganas históricas. ¿Y sobre la crisis?. No hubo forma de enfrentar argumentos. Zapatero había llenado la pizarra de propuestas pero Rajoy no las oyó. Rajoy asegura que tiene un plan perfecto y, olvidando que esta en la oposición, reclama que lo aplique el gobierno. Diálogo de sordos. Que no romperá el empate electoral. Pero que no podrá sumar voluntades para pactar lo prioritario, la lucha contra el paro y el cambio de modelo productivo.»

 

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