Ellen Goodman-Boston. No es la única pareja casada de América que habla de impuestos y úlcera en la misma frase. Tampoco es la única pareja que piensa estar pagando más impuestos de lo que les corresponde. Desde ese punto de vista son parte de una mayoría abrumadora.
Pero son una pareja para la que la declaración de la renta también entraña una crisis de identidad. Resulta que Melba Abreu y Beatrice Hernández hacen la declaración de los impuestos estatales como lo que son — una pareja que contrajo matrimonio legal en Massachusetts. Pero según la ley federal, tienen que presentar la declaración federal como lo que no son — dos mujeres solteras.
Esta crisis de identidad no es simplemente una señal discordante psicológica en el feliz paisaje de su vida familiar. Durante los cuatro últimos años, el rechazo del gobierno a considerarlas un matrimonio ha costado a la escritora y a la responsable financiera de una organización sin ánimo de lucro alrededor de 5.000 dólares al año. En palabras de Beatrice, «no sabemos de nadie para quien 20.000 dólares y contando no sean una cantidad importante.?
Ese es uno de los motivos de que se unieran a otros siete matrimonios y tres viudos el mes pasado para presentar una demanda contra la Ley de Defensa del Matrimonio, la legislación que niega deliberadamente las prestaciones federales destinadas a los matrimonios a los matrimonios homosexuales. Los otros demandantes incluyen a una empleada de correos que no puede extender su seguro médico a su mujer, un viudo que no recibe la prestación por viudedad de la seguridad social, y una pareja que no puede sacarse el pasaporte utilizando el apellido de casados.
La demanda no es solamente oportuna por compartir todos cierto estrés postraumático post-declaración. Acabamos de duplicar la cifra de estados en los que las parejas homosexuales se pueden casar. Primero, Iowa se unió a Massachusetts y Connecticut. Después siguió Vermont con la primera aprobación legislativa. Y una propuesta de ley era introducida justamente en Nueva York, donde la gente se echa a temblar ante la idea de ir rezagados con respecto a Iowa.
Todo esto es parte de una cuidadosa estrategia estado por estado. Pero como daño colateral, está dando lugar a más estadounidenses que tienen una extraña doble ciudadanía: casados a los ojos de Iowa, solteros a los ojos de Washington. Con derecho a recibir una pensión, protección médica y baja por motivos familiares a los ojos del gobierno estatal; sin derecho a los ojos de los federales.
La DOMA lo está provocando. La denominada Ley de Defensa del Matrimonio aprobada durante la agitación de 1996 cuando parecía que Hawái se convertiría en el primer estado con matrimonio homosexual. El propósito era tan obvio y discriminatorio como las declaraciones del Representante Henry Hyde diciendo que la DOMA pretendía expresar esta «desaprobación» de la homosexualidad.
El día que fue aprobada, Dean Hara recuerda acudir deliberadamente a cenar al salón reservado a los congresistas con su pareja de toda la vida, el Representante Gerry Studds, para dar a sus colegas en las narices. Ahora, 13 años más tarde, tras su matrimonio y la muerte de Studds, Hara no tiene derecho a la pensión de viudedad de 60.000 dólares al año.
??Gerry trabajó durante 25 años para el gobierno federal,? dice Hara. ??Estuvimos casados legalmente. ¿Por qué soy tratado de forma diferente a cualquier viuda?? ?l plantea esta pregunta en calidad de demandante en el caso que describe como «una carta de amor póstuma a las cosas en las que creía Gerry.?
Mucho ha cambiado desde 1996. Hasta el Representante Bob Barr, quien redactó la Ley de Defensa del Matrimonio, ahora la desaprueba.
GLAD, el colectivo de defensa de los derechos de los homosexuales que llevó ante los tribunales de Massachusetts el matrimonio, utiliza una línea argumentativa muy concreta. ??En nuestro sistema,? dice Mary Bonauto, ??los estados deciden quién se casa. Supone una violación de la cláusula de igualdad ante la ley negar reconocimiento a los matrimonios de parejas homosexuales de matrimonio legal según su estado de residencia.
«Nuestra demanda no pretende casar más gente,» añade cuidadosamente. ??Consiste en el trato que dispensa el gobierno federal a la gente que ya está casada en su estado.? Pero esto es también un paso adelante, el primer conflicto directo con una ley federal contraria al matrimonio homosexual.
Sigue habiendo una considerable polémica en torno a este tema y reveses como la Propuesta 8 de California. Pero en el paisaje congelado del cambio social, las actitudes están cambiando a la velocidad del agua en los rápidos. Los matrimonios civiles en tiempos eran radicales, ahora son la postura conservadora por defecto. Las tácticas de intimidación de 1996 son las sátiras de 2009.
¿Vio usted el anuncio contra el matrimonio homosexual que pone a zombis manifestándose lanzando advertencias catastróficas? — ??Se avecina tormenta. Las nubes están negras y el viento es fuerte. Y tengo miedo.? Me dio la risa ante la noticia de que la audición de los actores del anuncio se convirtió en la sensación de YouTube.
En conclusión, ¿qué piensa usted de una ley desfasada que fomenta una crisis de identidad? ¿Qué piensa de una ley que «defiende» el matrimonio a base de negarlo? El viento sopla, pero en una dirección muy diferente.
Ellen Goodman.
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