En el cine tendrá el rostro de Rachel Weisz y su historia será la trama de «Agora» el nuevo film de Alejandro Amenabar. Pero Hipatia de Alejandría fue mucho más que un personaje susceptible de ser incluído en el guión de una superproducción. Fue la primera mujer que hizo contribuciones sustanciales al desarrollo de las matemáticas y la filosofía. Tanto que algunos la llamaron la última gran Sabia de la Antigüedad o la Filosofa. La ciencia fue su vida. Quiza por eso murió linchada por una multitud de cristianos enfervorecidos.
No se sabe con exactitud el año de su nacimiento aunque la fecha más aceptada es en torno al 355 dC. Era hija del matemático y filósofo Teón de Alejandría, uno de los últimos representantes de la mítica biblioteca. Este quiso que fuese un ser humano perfecto por lo que vigiló la educación de su mente y de su cuerpo. Le enseñó matemáticas y astronomía y le transmitió su pasión por la búsqueda de lo desconocido. Viajó a Roma y Atenas, siempre con una meta en la cabeza: aprender y enseñar.
El entrenamiento consiguió su objetivo ya que la belleza de Hipatia y su talento fueron legendarios y superó a su padre. Su nombre significa la más grande. Ha pasado a la historia como una joven, virgen y bella, matemática y filósofa, cuya muerte violenta marca un punto de inflexión entre la cultura del razonamiento griego y el oscurantismo del mundo medieval.
En torno al año 400 d.C se convirtió en directora de la escuela platónica de Alejandría. Pero las clases las impartía en su propia casa, que se convirtió en un centro intelectual. La apodaron entonces La Filosofa. Enseñó matemáticas y filosofía, en particular las teorías de Platón y Aristóteles. Acudieron a sus clases gentes de toda Europa, Africa y Asia. Entre sus alumnos hubo futuros obispos, gobernadores y prefectos imperiales. De casi todos ejerció después como consejera.
Hipatia era una ferviente pagana justo en una época en la que estas creencias empezaban su declive final y el cristianismo estaba en auge. De hecho en Alejandría estaba una de las comunidades cristianas más importantes y su Patriarca gozaba del mismo prestigio e influencia que los de Jerusalén, Antioquía y Constantinopla, sólo por debajo del Patriarca de Roma.
Cuando murió el Patriarca de Alejandría, se produjo una violenta lucha por sucederle e imponer la influencia religiosa en el poder. Cirilo resultó vencedor. Pero sus tesis fanáticas le pusieron en contra del prefecto imperial romano, Orestes, antiguo alumno de Hipatia. Su enfrentamien se saldó con la ejecución de un subalterno del obispo.
Empezó entonces a correr entre los cristianos de Alejandría el rumor de que la causante de la discordia era la propia Hipatia que se oponía a los abusos del poder religioso. En plena Cuaresma, un grupo de fanáticos, dirigidos por un lector de nombre Pedro se abalanzó sobre la filósofa mientras regresaba a su casa, la golpearon y la arrastraron por toda la ciudad. Luego en el Templo Cesáreo, la desnudaron y golpearon con tejas hasta descuartizarla. Sus restos fueron paseados en triunfo por Alejandría y después fueron quemados.
Algunos cronistas dicen que tenía 25 años, otros 40 y otros 60. Pero lo que es seguro es que su muerte la convirtió en martir. Sus asesinos no fueron castigados y Cirilo, al que muchos consideraron instigador de su asesinato, fue poco a poco acrecentando su poder hasta convertirse en una figura prominente del cristianismo y ser declarado santo.
La «revancha» de Hipatia llegó, aunque tardó más de mil años. La Ilustración se encargó de recuperar sus tesis y su figura. Toland y Voltaire consideraron la vida de Hypatia como expresión de la irracionalidad del fanatismo religioso, y en el Romanticismo la recrearon como la encarnación del espíritu de Platón y el cuerpo de Afrodita. También se convirtió en icono del feminismo. Y ahora en 2009, su historia será contada en una gran película por Alejandro Amenabar, de la mano de Mateo Gil, coautor del guión.