Barack Husein Obama is now the 44 th president of the United States. It is a historical moment that has elevated all expectations across the world, not only because of the democrat??s ethnicity but also because of his character and message.

Spain has speculated a lot about the similarities-of message and conduct- that exists between the new president Obama and the Spanish president Zapatero. 

Pamela Rolfe, correspondent in Spain from the Washington Post and Antonio Garcia Ferreras, director of ??La Sexta? television station, describe in radiocable.com the similarities and differences that appear between both governmental presidents.

For Pamela Rolfe, Barack Obama is, because of his personal trajectory and his formation, a unique, brilliant and original figure and sees no resemblance of Zapatero outside of a few superficial coincidences. She considers that the North American president has been able to restore faith to the people during the campaign, something she does not believe has occurred in Spain. She also thinks that Obama is ??post-partisan,? someone who is not trying to polemicize, nor create more divisions. ??Which means that Obama is much more profound, expansive and honest? because of this she believes he can not be compared to any politician in Europe. [© photo:Irene Medina]

Antonio Garcia Ferreras, in his part, cites a few of the coincidences that both presidents share: they were born the same day with a year difference, both are very familiar and have two daughters and share passions such as literature by Borges and basketball. But he also considers similarities in character and in his trajectory: both are cordial, but somewhat distant, both know how to remain in calmness and serenity, even under circumstances of tension and instability, both were able to gain power in their parties being a bit of a reformist rebel and without counting on the power structure by their side? and both have known how to integrate there rivals in their teams -Bono, in the case of Zapatero and Hillary Clinton, in the case of Obama- instead of trying to destroy them.

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Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «El nuevo presidente ha mirado al pasado para afrontar el futuro. Obama cree que lo que hizo fuerte a su país a lo largo de la historia es el mejor instrumental para superar los grandes momentos del presente. Obama no nos parece un ingenuo soñador. Lo que puede ser ingenuo y soñador es el entusiasmo mundial que le rodea. ?l no. ?l nos produce la impresión de ser un hombre pragmático, con un autocontrol asombroso, dotado de un gran sentido de la realidad. Lo que ocurre es que cuando alude a los viejos valores, por los que lucharon y murieron las generaciones que nos precedieron, el cinismo imperante en la actualidad sonríe misecordioso. Sin embargo, Obama cree que esos ideales, de los que los Estados Unidos se han alejado, siguen encerrando una gigantesca capacidad de transformación. Mientras que han fracasado y nos han llevado al desastre la avaricia, la irresponsabilidad, los intereses estrechos, con los conceptos en apariencia teóricos de la Declaración de Independencia, de Jefferson; o los expresados por Lincoln en Gettysburg, no se hace retórica, se construyen mundos. Obama, por tanto, no se ve como un candoroso idealista. Por el contrario, cuando critica algunos de los dogmas presentes, dice «hay que decir adiós a la infancia». Porque él cree, así lo ha dicho literalmente, que para ser poderoso hay que crecer en justicia y en respeto a los derechos del hombre. No para obtener la santidad, para ser mas poderosos. En fin, les contaremos lo que ha dicho de Irak, de Afganistán, del terrorismo, del mercado, del medio ambiente; y a eso le llamaremos «referencias sobre asuntos concretos». Pero, desde nuestro punto de vista, nada ha sido más concreto ni más moderno que su fe en la fuerza motriz de los viejos valores. En todo caso, sin perder un segundo ya ha comenzado a actuar. Ya ha anunciado que cierra Guantánamo. Mientras, ajenas a todo, las bolsas seguían cayendo.»

Una vez que jure el cargo, Barack Obama será ya presidente de Estados Unidos. Le espera a partir de entonces una tarea titánica. En Internet, los blogs no han perdido el tiempo y ya han establecido una especie de «agenda» con los retos, tareas y medidas que consideran que Obama debería llevar a la práctica. Hay consejos sobre relaciones internacionales, economía, tecnología, derechos humanos… y hasta ética.


(Foto: Flickr/Barack Obama)

Jose Saramago le marca al nuevo presidente en su blog una línea que no puede cruzar: «Y algo de sus insuficiencias, que ciertamente las tendrá, se las tendremos que perdonar, porque errar es propio del hombre como por experiencia hemos aprendido a nuestra costa. Lo que no le perdonaríamos jamás es que llegara a negar, deturpar o falsear una sola de las palabras que ha pronunciado o escrito. Podrá no conseguir establecer la paz en Oriente Próximo, por ejemplo, pero no le permitiremos que cubra el fracaso, si tal se produce, con un discurso engañoso. Lo sabemos todo de discursos engañosos, señor presidente, mire bien donde se mete.»

Enrique Meneses en su blog reflexiona sobre lo que haría si fuera Obama en sus primero 100 días:  «Cerrar por decreto las instalaciones penitenciarias de Guantánamo y trasladar los detenidos a prisiones estadounidenses; Nombrar otra comisión encargada de enjuiciar a los responsables de torturas, cualquiera que sea el puesto que ocupase en la administración; Convocar a todas las partes, sin exclusión, interesadas en la Paz entre judíos y palestinos; Suprimir unilateralmente las restricciones de viajes y envíos de dinero a Cuba y sentarse con Raúl Castro a discutir el nuevo rumbo de las relaciones entre Estados Unidos y la isla».

Antoni Gutierrez Rubi estima que ahora empieza el despertar del sueño: «Obama ha sido el candidato de las palabras, y ahora deberá mostrar su capacidad como presidente en base a sus ideas y sus soluciones». Además ve el desafío ético y moral como la clave de la regeneración de otra política. En cuanto al aspecto económico considera que «Estados Unidos necesita un nuevo liderazgo empresarial tanto como el político que representa Barack Obama. Y el nuevo presidente necesita una élite empresarial dispuesta a acompañar y liderar ese cambio, con nuevos valores y una nueva cultura de la responsabilidad.»

Lluis Bassets en De alfiler a elefante recurre a las comparaciones históricas para indicar el camino a seguir: «Roosevelt volvió a utilizar el Gobierno para resolver los problemas del país, que es lo que va a hacer Obama después de ocho años en que el Gobierno no era la solución sino el problema.  La inspiración rooseveltiana de Obama radica en esta cuestión: como entonces, después de una larga época de desidia y de desconfianza, de ineptitud y de rendición, hay que volver a utilizar los instrumentos de Gobierno para enderezar la economía y para poner orden en el mundo.»

Hugo Martinez Abarca, en su blog Quien mucho abarca», da la bienvenida a Mister Change con algo de escepticismo: «¿Las ideas? Nada. Sabemos que apoya la línea de Bush en lo económico y sus recetas para que los banqueros resistan la crisis. No sabemos qué opina sobre el genocidio perpetrado por Israel (hasta hoy tenía una burda excusa para callar; ¿qué dirá ahora? ¿que como hay un alto el fuego no conviene hablar del terror generado?). No sabemos nada y sin embargo aparecen ya libros cuyo subtítulo explican que Obama ??cambió la Historia?. ¿Todavía no ha sido nombrado y ya ha cambiado la historia?» Aunque destaca un motivo para el optimismo: Obama fue diferente cuando dijo no a la guerra de Irak.

Juan Varela en Periodistas 21 destaca que Obama posee una red social, más de 13 millones de datos personales y correos electrónicos de sus seguidores. «Es el presidente más comprometido con la tecnología y las ideas de la democracia y la cultura participativas de internet. […]El nuevo presidente no podía gobernar como los demás. Medio millón de ciudadanos han participado en una consulta online sobre el futuro de su organización. Obama ha prometido un gobierno abierto y conectado. El desafío es promover la democracia participativa, no construir otro gran instrumento de poder.»

Enrique Dans se centra en el aspecto más puramente tecnológico y habla de la agenda del CTO: «Un conjunto de puntos para convertir la tecnología en una ventaja comparativa para el país. Pero que supone, asociada a una figura interministerial con plenos poderes y dependencia directa del propio Presidente, una apuesta fuerte por potenciar la interacción entre sector público y privado, por las infraestructuras, y por una nueva forma de hacer política. […] La clave de la vocación tecnológica de la administración Obama no la hemos visto todavía: no se queda, como algunos piensan haciendo un derroche de cortoplacismo, en el uso de la red como arma electoral, sino que va mucho más allá, y se proyecta en la manera de hacer política una vez que llegas a Presidente. Los verdaderos cambios los vamos a empezar a ver a partir de ahora.»

Ricardo Royo Villanova en su blog asegura: «Queda poco tiempo para que sepamos si yo tenía razón, y Obama es cómo el resto de los presidentes de los Estados Unidos, sólo que negro, o por lo contrario es un gran tipo.» y para ello se hace eco de las 17 medidas que Amnistía Internacional pide a Obama que realice para cumplir tres objetivos: Anunciar un plan y una fecha para cerrar Guantánamo. Prohibir la tortura y otros malos tratos, tal y como están definidos en el derecho internacional. Garantizar que se constituye una  comisión independiente de investigación sobre los abusos cometidos por Estados Unidos en la guerra contra el terror.

Guillermo Pardo de Migramundo critica que se vea a Obama como un redentor: » muchas personas esperan milagros de Obama, al que ven como salvador de una situación que se ha ido deteriorando porque, en buena medida, no hemos sabido afrontarla con la responsabilidad y el sentido común que como individuos nos corresponde […] Por eso, millones de personas esperan que Obama haga nuestro trabajo y asuma también nuestra responsabilidad como ciudadanos del mundo. Así no vamos a ninguna parte que no sea directo a nuestra propia ruina como civilización.»

Juan Carlos Romero de 14de abril «Como ciudadano del imperio, su llegada la observo positiva y no caeré en el error del pesimismo tan frecuente en la autoproclamada verdadera izquierda que, antes de que acceda al poder, ya elaboró una batería de desengaños. Si su acción política fuera capaz de cambiar la dinámica de la guerra preventiva por el diálogo y el respeto al Derecho Internacional; si su guerra fuera la de luchar contra el hambre y la pobreza; si fuera capaz de permutar los intereses geoestratégicos y económicos por la defensa de los derechos del hombre, aquí, quien suscribe, no tendría reparos en reconocer sus méritos.»

Oscar Cerezal cree que Obama no va a defraudar: «solo defraudará a quienes desde un muy forzado imaginario idealizante, quisiera ver en este, un programa transformador e izquierdista. ¿Va a ser Obama un presidente de izquierdas? Pues no. Obama va a ser el presidente de los Estados Unidos, es decir de la primera potencia mundial. Por tanto va a defender los intereses de su país, frente a cualquier otra cuestión. Y lo va a hacer, desde su perspectiva de político que ha sido elegido con un programa socioeconómico de tendencia liberal y progresista, es verdad, pero desde unas posiciones moderadas y centristas, como no puede ser de otro modo, en los Estados Unidos.»

Juan Enrique Tur, de Testigo accidental se muestra crítico con el nuevo presidente de EEUU por su pasividad hacia lo sucedido en Gaza: «Un comienzo, no solo malo, sino terrible, que Obama podría enmendar hoy si en su discurso, el del «cambio», condenara abiertamente los hechos* y asegurara que el país que él gobierne no va a fomentar ni amparar el terror en ninguna de sus formas, ni a violar los tratados de derecho internacional. Pero como estupendo orador que dicen que es, seguramente hable de los trabajadores, de Dios, las barras y las estrellas.»

Paco Piniella en su blog Desde Cadiz habla de las oportunidades y tareas pendientes: «nuestra lucha por conseguir un cambio real, más allá de las palabras de inspiración, está recién comenzando. Los movimientos sociales se van construyendo en torno a momentos. Y nuestro movimiento por un mundo mejor tiene cosas que celebrar con la elección de Obama. ?l se ha comprometido a darle un giro a las políticas del Presidente Bush sobre cambio climático y derechos humanos, y a trabajar de cerca con la comunidad global para luchar contra la pobreza y la desigualdad. Nada de esto será posible sin una participación global ciudadana, activa y sostenida.»

 

 

Barack Husein Obama se convierte en el 44º presidente de Estados Unidos. Es un hecho histórico que ha levantado una expectación inusitada en todo el mundo, tanto por la raza del demócrata como por su personalidad y mensaje.

Pamela Rolfe, corresponsal en España del Washington Post y Antonio García Ferreras, director de La Sexta televisión, describen en radiocable.com los parecidos y diferencias que existen entre ambos presidentes de gobierno.

Para Pamela Rolfe, Barack Obama es, por su trayectoria personal y su formación, una figura única, brillante, original y no ve similitudes con Zapatero más allá de algunas coincidencias superficiales. [© foto:Irene Medina]

Considera que el presidente norteamericano ha sido capaz durante la campaña de restaurar la fe de la gente en la política, cosa que no cree que haya sucedido en España. Además piensa que Obama es «post-partisano», alguien que no intenta polemizar, ni crear más divisiones.  «Lo que significa Obama es mucho más profundo, expansivo y verdadero», por ello cree que no se puede comparar con ningun otro político europeo.

Antonio García Ferreras, por su parte, cita algunas de las coincidencias que comparten ambos presidentes: nacieron el mismo día con un año de diferencia, ambos son muy familiares y tienen dos hijas y comparten pasiones como la literatura de Borges y el baloncesto.

Pero también considera que hay similitudes de más calado en caracter y en su trayectoria: ambos son cordiales, pero algo distantes, ambos saben mantener la calma y la serenidad, incluso en épocas de mucha tensión y desestabilización, ambos fueron capaces de hacerse con el poder en sus partidos siendo un poco reformador rebelde y sin contar con la estructura de poder de su parte… y ambos han sabido integrar luego a sus rivales -Bono, en el caso de Zapatero y Hillary Clinton, en el de Obama- en sus equipos, en vez de intentar destruírle.

El periodista Samuel George  publica un artículo en el diario Philadelphia Inquirer sobre la expectación que se vive en nuestro pais con la figura de Barack Obama. No es de extrañar, como decía ayer en este mismo blog.

Samuel George está en Sevilla y desde allí explica que los sevillanos están tan entusiasmados con la llegada del nuevo presidente norteamericano como lo estaban en Navidad o en Reyes…

Obama ha inspirado a muchos españoles con la idea de que con una nueva administración, todo es posible.

Obama has inspired many Spaniards with the idea that with a new administration, anything is possible.

El otoño pasado, los españoles seguieron diariamente la campaña presidencial de EEUU. Desde hippies de pelo largo a ingenieros, […] Muchos lamentaron la imposibilidad de votar: «Sabes, lo que realmente nos afecta, también,» comentó un profesor de matemáticas. […]

Last fall, Spaniards followed the American presidential campaign on a daily basis.  From mangy-haired hippies to engineers, people from all walks of life asked me to analyze Obama’s chances. Many lamented their inability to vote: «You know, it really affects us, too,» a math teacher commented.

Lo peor de la condición humana está escrito en nuestra huella genética y quizá por ello todos nos empeñemos ahora en concluir quién ha ganado y quién ha perdido tras la operación militar que Israel ha llevado a cabo en Gaza. Discúlpenme pero esa búsqueda de ganadores y perdedores me resulta equivocada. A mi entender, tras la muerte de cientos de inocentes, de más de cuatrocientos niños, de doscientas mujeres, de centenares de hombres, tras la destrucción de miles y miles de viviendas, aquí nadie ha podido ganar. Ni Hamás ni Israel. 

 Vayan a Gaza, visiten las morgues, contemplen los cuerpos inertes de los niños y digan, con esos cadáveres a sus pies: ??Tal parte ha salido ganando?. Suena ridículo. ¿Qué mas da quién haya ganado? La humanidad ha salido derrotada tras la masacre en Gaza. Los valores morales deben ser rápidamente restaurados. Eso es lo único que importa ahora.

Por ello, es fundamental el papel que juegan a partir de este momento las decenas de organizaciones no gubernamentales que se disponen a presentar denuncias por crímenes de guerra contra Israel por el empleo indiscriminado de fósforo blanco sobre localidades densamente pobladas, así como por la muerte de cientos de inocentes.

El único triunfo que importa verdaderamente -el de la decencia, el de la justicia, el que nos puede garantizar que en este mundo no impere solo la arbitraria ley del más fuerte- es el que se puede obtener en los tribunales, que deberían estudiar a fondo y con detalle lo ocurrido en Gaza.

Nosotros, como ciudadanos, tenemos el deber y la obligación moral de exigir que esas investigaciones sobre la masacre en Gaza prosperen. Para que la próxima vez, gobernantes y militares se lo piensen dos veces.

Ah! La Justicia! Cuántas heridas puede cicatrizar. Solo ella ayuda a las víctimas a poder volver a creer en el mundo, en los demás, en sus sociedades. Solo ella ayuda a amortiguar la rabia y el dolor.

En cuanto a qué va a ocurrir ahora en el plano diplomático, todo está por ver. Los más optimistas creen que esta vez será diferente. Que la imagen de Israel está malograda, que Tel Aviv ha cruzado la barrera, que ha ido demasiado lejos, y que por ello, algún plato roto tendrá que pagar en el plano político. Puede. Pero Israel lleva mucho tiempo yendo demasiado lejos:

En 1982, en los campos de refugiados palestinos de Sabra y Shatila participó en el asesinato de 1.700 civiles palestinos, en Qaná en 1996 bombardeó y mató a más de cien libaneses inocentes, en 2002 a través de la operación Muro Protector mató a más de 500 palestinos, asedió varias ciudades cisjordanas y aisló a Arafat en la Mukata,  en 2006 mató a más de 400 palestinos en Gaza en la Operación Lluvia de verano y así un largo etcétera. Hubo cámaras que captaron la muerte de niños palestinos. Y tras ello no pasó nada.

Algunas informaciones indican que la Unión Europea defiende el fin del bloqueo a Gaza a cambio de la formación de un gobierno de unidad palestino. Es una propuesta en la que los dirigentes europeos usan la situación de la población palestina de Gaza como moneda de cambio. Pero en fin. Parece que a eso se llama diplomacia.

Si esa propuesta siguiera adelante, se regresaría a la situación de 2007, en la que Hamás aceptó la formación de un gobierno de unidad nacional, con ministros de Al Fatah e independientes, y en la que incluso ofreció el control de los pasos fronterizos de Gaza a Al Fatah. Entonces fueron varios los actores extranjeros que se esforzaron por desestabilizar ese gobierno, y lo consiguieron. ¿Qué nos hace pensar que ahora será distinto?

La comunidad internacional se equivoca en sus planteamientos: El problema no es Hamás. El problema es la sistemática opresión a la que los palestinos están sometidos desde hace décadas, así como la ocupación de los territorios palestinos. Estas son las dos cuestiones que debería abordar cualquier estadista interesado realmente en resolver algo.

Ninguno de los representantes de Hamás a los que he entrevistado en estos años me ha dicho que el objetivo de su organización sea expulsar a los judíos al mar. Todos han insistido en que no tienen nada contra los judíos, pero sí contra la ocupación de las tierras palestinas. El propio Ismail Haniya ha dicho en alguna ocasión que estaría dispuesto a reconocer las fronteras de Israel previas a 1967. Y cuando asumió su cargo de primer ministro en febrero de 2006, tras ganar las elecciones por mayoría absoluta, no descartó la negociación por etapas con Israel.

Tras ello, sin embargo, Europa, Estados Unidos, Rusia y Naciones Unidas colaboraron con Israel en sus ansias por boicotear ese nuevo gobierno de Hamás. Así lo denunció el coordinador especial de la ONU Álvaro de Soto en su memorando de salida de su puesto.

Hamás nació tras el estallido de la Primera Intifada en 1987. Es un producto de la ocupación israelí. Y por lo tanto es evidente que si ésta terminara, Hamás tendría que redefinir toda su razón de ser.

La solución a todo es sencilla, pero lleva posponiéndose décadas porque Israel todavía no se ha dado cuenta de que el precio de no tener paz es más alto que el de tenerla. El papel que la comunidad internacional debería desempeñar sería ése: Atreverse de una vez por todas a hacer ver a los gobernantes israelíes que si devuelve los territorios ocupados y permite la creación de un Estado palestino, su Estado dejará de practicar la ilegalidad, podrá basarse en valores democráticos, y tendrá paz.

Todo lo demás serán rodeos innecesarios que traerán la muerte de nuevos inocentes y pospondrán la Justicia que tanto anhelan y necesitan los palestinos.

E. Robinson

Catedrático Neiman de Periodismo en Harvard y Editor de la sección Exterior del Washington Post.

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Eugene Robinson – Washington. Barack Obama dramatizó su llegada a Washington para que evocara la de Abraham Lincoln, pero la resonancia histórica es tenue. El famoso viaje en tren de Lincoln hasta su investidura en 1861 atravesó un paisaje de amargura y distensión. Tuvo que acelerar al pasar por Baltimore «igual que un ladrón en la noche» por temor a disturbios y probable magnicidio. Obama, por el contrario, fue recibido por decenas de miles de habitantes de Baltimore que desafiaron temperaturas gélidas para apoyar al nuevo presidente. Mientras Obama hacía su recorrido hasta la capital, cruzaba un paraje de esperanza.

Pocas veces una nueva presidencia ha sido recibida con tamaño consenso de disposición y pocas veces un presidente nuevo lo ha necesitado tanto.

La importancia del avance histórico acusadamente emotivo de Obama a duras penas puede ser exagerada. La esclavitud disgustaba a los Fundadores de la Patria; si no hubiera sido por la férrea determinación de Lincoln, habría hecho pedazos a la nación. Casi un siglo después de que los afroamericanos fueran liberados de la esclavitud, la sociedad norteamericana seguía relegándonos a una esquina reservada a los ciudadanos de segunda categoría. Tener un presidente negro no elimina mágicamente las disparidades raciales en la renta o la riqueza; no repara los centros escolares del extrarradio, no restaura los vecindarios en estado de ruina ni cura a las familias disfuncionales. Psicologicamente sin embargo, lo cambia todo.

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Nuestro mobiliario mental está siendo redistribuido. El advenimiento de la presidencia de Obama coloca a la experiencia afroamericana en el centro de atención, pero lo hace de una manera que permite que la sociedad se felicite por haber llegado tan lejos. Las implicaciones para los americanos negros son aún más profundas, porque ver a Obama en la Casa Blanca borra cualquier lógica que pudiera haber detrás de los límites autoimpuestos a la imaginación y la ambición.

Estos impactos son enormes lo que hace irónico que, en último término, la raza sea probablemente un factor secundario a la hora de definir el lugar que ocupa Obama en la historia.

Desde la elección de Obama, he escuchado a más de uno bromear sardónicamente diciendo que la nación ha dicho que por supuesto que un negro puede dirigir el país, que vaya y coja turno ahora que la economía está tiritando, el sistema financiero es una ruina, estamos atascados en dos guerras, el calentamiento global está cociendo el planeta, el gobierno se ha visto obligado a gastar un billón de dólares o más sólo para la salvar la situación de la ruina total y que queda el dinero justo para financiar reformas desesperadamente necesarias de la sanidad, la educación, la energía, la infraestructura?

Las expectativas de que Obama sea capaz de solucionar este desalentador abanico de problemas son llamativamente elevadas. Una nueva encuesta del Washington Post concluye que el 61 por ciento de los estadounidenses tiene «bastante» o «mucha» confianza en que Obama tome las decisiones adecuadas para el país. Un notable 72 por ciento confía «bastante» o «mucho» en que el programa económico de Obama -cualquiera que éste resulte ser finalmente- mejore la economía.

Una encuesta de Associated Press informa de que el 65 por ciento de los estadounidenses sostienen que Obama será un presidente «por encima de la media,» incluyendo un 28 por ciento que espera que sea ??excepcional.? Casi las dos terceras partes de los estadounidenses, descubre AP, están seguros de que su propia situación financiera mejorará durante la administración Obama.

La opinión generalizada es que Obama se arriesga a perder el apoyo de la opinión pública a través de la desilusión conforme la gente descubra que no puede agitar una varita mágica y mejorarlo todo. Pero la opinión generalizada se ha equivocado con Obama tantas veces durante el último año que yo la utilizaría más como guía para lo que no es probable que suceda.

La verdad es que nadie sabe si Barack Obama será un buen presidente, y mucho menos un gran presidente. De todo lo que cualquiera, incluyendo Obama, puede estar seguro es de que la suya será una presidencia consecuente -una certeza importante. Para mejor o peor, se necesitó de los ataques del 11 de septiembre de 2001 para ampliar el alcance y la ambición de George W. Bush. Obama asume el cargo sabiendo más allá de toda duda que no tiene otra elección que ir a por todas.

Hace dos años, mientras Obama iniciaba su campaña -a pesar de las objeciones de la dirección del Partido Demócrata, que seguía escuchando la opinión generalizada- yo le entrevisté en su oficina del Senado. Me sorprendieron su confianza y su convicción en que ésta era su ocasión, y en especial lo imperturbable que me pareció. Le vi la semana pasada, después de una campaña que nos tuvo con el corazón en un puño durante meses y meses, y temperamentalmente parecía  sin cambios.

Nuestro nuevo presidente es un hombre que sabe exactamente quién es. La nación, llena de esperanza, está a punto de descubrirlo.

Eugene Robinson.

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Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

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Richard Cohen – Washington. La mañana de ese primer día, antes incluso de que despertara, los mercados a ultramar — el Nikkei, el DAX, el FTSE 100 — se habían desplomado y el mundo había cambiado. Besó a su esposa y se dirigió a la ducha. Mientras corría el agua, la situación en Citigroup siguió siendo espantosa, y cuando hizo el cálculo mental, se dio cuenta de que uno de los bancos más grandes América estaba en quiebra.

Alcanzó una toalla.

Mientras se vestía, las tribus de la cuenca inferior de Afganistán empezaban a avanzar hacia la frontera con Pakistán. En el Valle Korengal en la provincia de Konar, un helicóptero estadounidense había sido abatido y los Talibanes reivindicaban el ataque. Dentro del propio Pakistán, un grupo terrorista afiliado a al-Qaeda reclutaba científicos que infiltrar en el programa de armas nucleares de alto secreto del país.

Sus dos hijas irrumpieron alegremente en el dormitorio.

Durante el servicio religioso de costumbre, más niños fallecían de cólera en Zimbabue y Darfur se hundía más en la miseria. Se producían disturbios en Estonia, Latvia y Bulgaria, y hay quien sospecha de la instigación rusa. Pakistán. Afganistán. Estado fallido. Estado que falla. Armas nucleares.

El sacerdote concluía su sermón.

De vuelta en Blair House, miró a la Casa Blanca al otro extremo de la calle. En Nueva York, los mercados habían abierto y nada era lo que solía ser. Mientras miraba por la ventana, 2.031 estadounidenses eran informados de que habían perdido sus empleos, se declaraban más quiebras, más hipotecas eran ejecutadas y organizaciones de caridad a montones desaparecían, y en la fría calle la cifra de indigentes crecía uno a uno.

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?l decidía cambiar de corbata.

Demasiados niños no iban a la escuela y muchos sacaban notas por debajo del nivel para pasar curso. Los chinos no compran deuda estadounidense. Los indios están a punto de seguir la tendencia. La Canciller alemana Merkel no va a reforzar su plan de estímulo y sin él, la mayor economía de Europa no pondría de su parte. Los rusos habían vuelto a abastecer Ucrania de gas, pero podrían volver a cerrar la espita de nuevo. Tropas norteamericanas seguían muriendo en Irak y los niveles de efectivos se duplicaban en Afganistán. Esta guerra ya no es la de George Bush.

Es hora del café acostumbrado con el presidente saliente y la primera dama.

Mientras pasaba el mostachón, la Portavoz Pelosi seguía fijando su propia agenda, falta probablemente de la costumbre de seguir el liderazgo de un presidente. Estaba alterando la combinación de gastos y recorte fiscal. El rescate bancario no estaba teniendo éxito pero tampoco fracasaba, y el secretario del Tesoro entrante no había pagado todos sus impuestos. El país contraía una deuda tan abultada que era la versión monetaria de un agujero negro. Se podría arrojar el sistema bancario entero dentro y éste desaparecería.

Agradeció a los Bush el café.

Durante el paseo de un kilómetro y medio desde la Casa Blanca al Capitolio, el dólar perdió terreno frente al yen, el euro lo perdió frente al yuan de China y 1,2 millones de niños abandonaban la escuela a causa de algún incidente. Corea del Norte amenazaba de nuevo a Corea del Sur. Pyongyang decía haber preparado el suficiente plutonio para fabricar cuatro o cinco bombas nucleares. Los enfurecidos israelíes podrían no haber acabado en Gaza y gran parte del mundo trataba a Hamás como si de una organización de liberación nacional de los viejos tiempos se tratara. Instintivamente se echó la mano al cinturón: la Blackberry no está. Tanta información en tan poco espacio representaba una advertencia constante de lo que podría suceder. También las armas se pueden miniaturizar. No se necesita ninguna escuadrilla. Sólo fanatismo. Sólo el implacable odio.

El atril de la investidura es más grande de lo que esperaba.

El programa nuclear iraní había avanzado esa mañana. Enseguida el mundo árabe respondería con programas propios, una bomba sunita por cada bomba chiíta — un estado inestable tras otro con armamento nuclear. Mubarak es mayor; la Hermandad Musulmana espera pacientemente. Durante la noche en Washington, dos jóvenes más han sido asesinados. La tierra se calienta, se le agota el petróleo, y no hablemos de la paciencia. Sus hijas tuvieron que adaptarse a la escuela.

?l se quedó de pie

Se podía introducir un arma nuclear en un barco con destino a Tel Aviv. Se podría meter en una mochila. Se puede meter ántrax en un frasco camuflado de aerosol matamoscas. Se podría provocar el caos en Washington con un ciberataque. Uno de los hijos mayores de Osama bin Laden, Saad, había pasado de alguna manera del arresto domiciliario en Irán a la libertad en Pakistán. ¿Qué significaba eso? ¿Qué se proponían los iraníes? ¿Qué se proponían los paquistaníes? Lo más deprimente de todo con diferencia era lo que la CIA le acababa de informar sobre?.

Era la hora.
Alzó su mano.

??Yo, Barack Hussein Obama.?

Richard Cohen.

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La ex lider del Partido Socialista francés esta en Washington para asistir a la toma de posesión de Obama. Alli ha afirmado, según publica Le Monde, que no ve porque no se asume que «ella inspiró a Obama y que sus equipos les copiaron». Fue segun Segolene Royal durante su campaña a la presidencia de la república francesa. Entonces el hoy ya presidente de EEUU estaba todavía planteándose la posibilidad de presentarse. Envió un equipo a Paris para estudiar el website de la candidata socialista «Désir d’avenir» (Deseo de futuro).

Segolene Royal
(Foto: Flickr/Parti Socialiste)

«Con nosotros, asimilaron las ideas de «ganador-ganador» y de «ciudadano-experto» ha dicho Royal «después el señor Obama adaptó su «democracia participativa» a la moda americana, muy diferente de la europea. En Estados Unidos todo es comunidad: etnica, religiosa, cultural, urbana. En Europase habla más de colectividades, de movimientos, asociaciones, pero «la idea es la misma, refundar la forma de hacer política, la relación entre las élites y el pueblo.

Segolene Royal se ha desplazado a Washington para seguir la ceremonia a título particular, ya que perdió las primarias de su partido ante Martine Aubry. Pero ella está segura de que va a asistir a un «momento esencial en el siglo y a un vuelco hacia el futuro.

Claro que ella no es la única que ha tratado de «vicularse al tren» del nuevo presidente de EEUU. El alcalde de Niza, Christian Estrosi del partido UMP aseguró que el impulso dado a Obama por Sarkozy durante las ultimas semanas de la campaña, había pesado en el pueblo americano.