Este 6 de diciembre de 2008 la Carta Magna española cumple 30 años. Un aniversario redondo que ha hecho subir la temperatura de la blogosfera que en su gran mayoría refleja el cambio generacional con respecto a los protagonistas de la Transición y piden abiertamente que se abra el debate para permitir cambiar la Constitución.
Hugo Martinez Abarca reflexiona sobre la diferente visión entre quienes pudieron votar la Constitución y la generación que no: «Quienes defienden como modélica la Transición nos explican a quienes hoy ponemos en cuestión aquel proceso que muchas cosas fueron como fueron porque todo era dificilísimo. […] Es un debate agotador porque a cada parte le parece ridícula la posición de la otra parte, es como si habláramos idiomas diferentes: a los críticos, la defensa de la Transición nos resulta bastante parecida a la defensa de un dogma religioso; da la impresión de que a los transicionistas, los críticos les resultamos en parte ignorantes y en parte extremistas».
Alberto Sotillos critica en su blog el inmovilismo de la Constitución: «30 años despúes, los «Hijos e hijas de la Constitución» tienen, lógicamente, 30 años y no ven España como la veían los políticos hace 30 años. Y eso es bueno.Esa nueva visión no debería causar miedo, sino admiración. Admiración por el hecho de ver que 30 años después, se sigue teniendo interés por hablar sobre la Constitución, por debatir su forma, por criticar su contenido y por querer actualizarla. Que exista este debate no resta valor a la Constitución, sino todo lo contrario; la llena de vida.»
Manuel Rico en Trinchera digital comenta y rebate las declaraciones de Ibarra sobre las renuncias de cada bando en 1978 para favorecer el consenso: «más allá de las imprecisiones históricas de Ibarra, llama la atención que el político socialista pretenda transmitir a las generaciones futuras las supuestas renuncias del 78. ¿Dónde figura, por ejemplo, que la izquierda haya renunciado a la República para siempre? ¿Acaso los acuerdos que adoptaron unos señores en 1978, por muy buenos y sensatos que fueran entonces, son sagrados e inmutables por los siglos de los siglos, amén?»
Manolo Calleja de Geografo subjetivo considera cargante la gran cantidad de efemérides de la Transición que hay: «Muchos aniversarios todos los años, con tantos reportajes con imágenes en blanco y negro o con color desvaído […] que consagran a dos generaciones políticas que cambiaron este país y que, con la exaltación de su labor, esperan ser considerados como los norteamericanos ??padres fundadores? y que las cosas sigan haciéndose con los límites que ellos establecieron tanto explícita como tácitamente. Me encantaría que se disminuyesen el número de celebraciones y que todo se concentrase en un solo hecho (la Constitución sería el ideal)».
El autor del blog Eleklektiko, que nació el mismo año que la Constitución defiende el texto: «se reavivará el debate sobre las posibles modificaciones y reformas de un texto subscrito bajo unos mínimos que dejase a todos contentos. Obviamente unos cedieron más que otros y por eso claman por recuperar el terreno perdido durante aquellos meses de arduas negociaciones […] Sin duda años con altibajos pero que han sido los de mayor prosperidad e igualdad en toda la Historia de nuestro país, y en gran parte se lo debemos a mi ??hermana? la constitución».
David Martos, de Testigo para la acusación, ha colgado en su blog los reportajes que ha elaborado para la Cadena Ser sobre el 30 aniversario de la Carta Magna. Para ellos ha entrevistado a los «padres de la Constitución» Santiago Carrillo, Miguel Herrero de Miñón, Albert Solé, Manuel Fraga, Xabier Arzalluz, Miquel Roca, Gregorio Peces-Barba y Alfonso Guerra
Ignacio Garriga, desde su blog Reflexiones de un liberal conservador considera que la Constitución ha sido traicionada y pide cambios: » Debemos limitar las funciones del Estado, revisar el Estado del bienestar y dejar bien maniatados a los enemigos de España, de lo español y de los españoles. […] Propongo una refundación del sistema actual. De lo contrario, me temo que cada día se seguirá legislando para unos pocos y sin tener en cuenta cosas que, hasta ahora eran fundamentales y que desde mi punto de vista, lo siguen siendo.»
Ana Echarri, del blog La naranja del Azahar, ha recordado la importancia del papel de las mujeres: «Las llamadas Cortes Constituyentes, fruto de las elecciones de 1977, contaban solo con 21 diputadas, de un total de 350 escaños, y 6 senadoras, entre los 221 puestos. La redacción de la Constitución, objetivo prioritario de estas Cortes, corrió a cargo de un grupo de diputados y senadores donde no trabajó, directamente, ninguna mujer. Sin embargo la presencia de esas diputadas y senadoras inspiró fuertemente el espíritu que impregnó el texto final.»
Juan Carlos Romero en 14 de abril reconoce los méritos de quienes llevaron a cabo la transición pero cree que hay que avanzar: «Que fueron tiempos complicados lo dicen las hemerotecas y lo libros de historia pero, aquellos días no pueden hipotecar el presente. Llegará, tendrá que llegar, el día en el que se pregunte directamente, a los españoles, sobre la jefatura del Estado, por ejemplo. Nunca se hizo y, ya va siendo hora. […] Los constituyentes tenían previsto su reforma pero una sombra alargada, otra tiniebla histérica, se opone a cualquier cambio en un texto que no puede ser como la palabra revelada»
Gonzalo Sagnier en su blog Opini-hoy lamenta que mientras la economía ha ido bien, los políticos se han ocupado de cuestiones laterales: «Si la Constitución no se ha modificado y por lo tanto no se ha roto, si se ha roto el espíritu de la transición que la redactó, la búsqueda de consenso, la priorización de los temas fundamentales respecto de los laterales. Se busca con obsesión la diferencia y el enfrentamiento y eso se transmite a la sociedad.» Pero avisa que la crisis puede cambiar las cosas.