Ha sido la noticia política del fin de semana y casi del mes. El Partido Popular ha celebrado en Valencia su XVI congreso que ha reelegido a Mariano Rajoy como presidente. El protagonismo de Aznar, el mayor porcentaje de votos en blanco recibidos nunca por un lider del partido o la ruptura «del hijo con el padre» son algunos de los aspectos más destacados por los medios y los analistas. En la blogosfera se pueden leer más reflexiones e interpretaciones de lo sucedido en Valencia.
Ignacio Escolar pone el acento en lo que llama la desfachatez de Aznar, que «sigue sin entusiasmarse con su propio error, pero jamás lo reconocerá como propio. La autocrítica no es su fuerte». Señala sin embargo que Rajoy, contra pronóstico, sale de Valencia fortalecido, con las manos libres, con más control sobre su propio partido. «Al fin ha matado al padre. Si consigue hacer creer que fue sólo cobardía, y no hipocresía, lo que antes le impidió tomar su propio camino, tal vez tenga una nueva oportunidad».
David Martos, de Testigo para la acusación, hace un analisis casi místico: «Milagroso el congreso, milagrosos los congregados, milagroso el nuevo giro al centro del Partido Popular. Mariano Rajoy ha confeccionado una Ejecutiva a su medida, se ha rodeado de afines y se dispone a dar la batalla al Gobierno en materia de economía, de inmigración, de política exterior… Se dispone a hacerlo… otra vez […] Pero entre tanta referencia bíblica, una más: el pecado original de ese nuevo equipo tiene barba. Se llama «ex mano derecha de Aznar».
Para Iñigo Saenz de Ugarte, de Guerra Eterna, pese a que corrieron ríos de sangre y hubo cacería, la presa -Rajoy- no puso el cuello en el cepo. Y cree que sus críticos «confundieron deseos con realidad. Por mucho que provoque urticaria entre los columnistas y tertulianos de la derecha, Rajoy acertó cuando vino a decir que la tormenta era sólo una borrasca situada exclusivamente sobre Madrid». De hecho avisa que si se concreta la moderación de Rajoy, la crisis sigue mermando la confianza en el PSOE y el gobierno continua con su actitud perezosa, el PP podría ganar las próximas elecciones.
Cesar Carlderón de Netoratón recurre al símil futbolístico, aprovechando la Eurocopa, destaca que Rajoy sabe ganar… cuando compite sin rivales: «¿Se imaginan ustedes que en el partido España-Italia de ayer, los italianos no hubiesen comparecido en el campo y que solo el entrenador transalpino hubiese increpado a nuestros futbolistas desde el banquillo?… Pues salvando las distancias, eso es exáctamente lo que ha pasado en el congreso del PP… con Aznar de entrenador.»
Arsenio Escolar, por su parte considera que el Congreso no ha supuesto la paz en el PP, sino sólo una tregua que durará unos meses, probablemente hasta la próxima convocatoria electoral. Y avisa que Rajoy, que ahora se ha puesto como misión convencer al electorado de que esta vez el viaje al centro va en serio, no lo va a tener fácil. El voto en blanco de castigo, (casi un 16%), los muchos cadáveres que deja en el camino y sobre todo ese sector de la prensa que tras el 9M le «ordenó» sin éxito que se fuera, no le permitirán descuidarse.
Juan Pedro Quiñonero, de Una temporada en el infierno, habla entre interrogantes de «metamófosis del PP«. En un tono irónico y escéptico asegura que «Mariano ??mata? a su ??padre? y ??padrino?. A través del taoismo gallego, Marino liquida ¿liquida? a quienes intentaron lincharlo a través del canibalismo audiovisual»
Nacho Corredor considera que Rajoy ha salido reforzado y el PP dividido. El líder se ha cargado de un hachazo a los críticos y sobre todo ha lavado la imagen del partido: «Eduardo Zaplana, defensor de las teorías conspirativas, ha sido sustituido por la joven Soraya Saez de Santamaría y Ángel Acebes, muy católico él, por una madre soltera como María Dolores de Cospedal. Ellas dan menos miedo y aquí estaba el problema que ha tenido el Partido Popular»… aunque el blogger se pregunta si ¿han cambiado las ideas?
Desde el blog El Ocho, creen que el Congreso ha acabado en empate. Hablan de dos puntos positivos: se ha abierto el debate para unas futuras primarias en el PP y los cambios en la Ejecutiva son una apuesta hacia los acuerdos generales en política y no por la discusión continua. Pero cita también dos aspectos negativos: la ausencia de María San Gil, que ha apostado por el otro bando y Aznar, tanto por su entrada en el Congreso «más propia de El Padrino» como por su discurso llamando «hacia la postura arcaica que él marcó, de oposición agresiva y sin memoria, en vez de propuestas constructivas».
Juan Carlos Escudier, de Preferiría no hacerlo, se ha centrado en analizar el «credo de Rajoy», es decir sus propuestas. Mucho se ha hablado de que ha «matado al padre», pero tres cuartas partes de su discurso se centraron en desgranar su catálogo de convicciones para prometer que no las cambiará. Su receta basicamente es «comunicar mejor, no asustar, huir del ombliguismo y evitar dar argumentos a quienes difunden que el PP desprecia a Cataluña y al País Vasco porque allí les votan más bien poco. Rajoy ha dorado la píldora a Acebes y ha castigado con el látigo de su indiferencia Zaplana y a María San Gil.»