El titular procede de un diario ruso, aunque es el italiano Il Sole 24 Ore el que mejor describe hoy la encrucijada ante la que se encuentra la UE: �??Una Europa que renquea, en busca de consenso�?�. «Un país europeísta como Irlanda, que de la UE ha recibido sólo beneficios a mansalva, podría rechazar el Tratado de Lisboa provocando un tsunami institucional de consecuencias políticas imprevisibles», señala…

�??Sin la UE, el hiperbólico encarecimiento del petróleo y la subsiguiente inflación habrían crucificado la economía del continente. No obstante, cuando los camioneros bloquean las carreteras de España y los pescadores franceses e italianos se manifiestan en Bruselas contra la carestía de los carburantes, en el banquillo de los acusados acaba siempre y puntualmente Europa. Un país europeísta como Irlanda, que de la UE ha recibido sólo beneficios a mansalva, podría rechazar el Tratado de Lisboa provocando un tsunami institucional de consecuencias políticas imprevisibles. Y otro país ampliamente beneficiario, además de fundador de la UE, como Italia, no lo ha ratificado aún y se prepara a hacerlo en medio de las dudas de la Liga Norte.

Sin embargo, hoy sería más necesario que nunca un mensaje de cohesión comunitaria. La legitimación de los orígenes de la UE, la pacificación continental, se han perdido en las nieblas de su arrollador éxito. Precisamente porque se da por descontada, Europa puede ser denigrada, criminalizada y santificada, y hasta repudiada. Precisamente por eso se ha perdido su verdadera razón de ser, sobre todo en las jóvenes generaciones. Hoy Europa necesita una legitimación democrática. Para salir del rincón, Europa y sus gobiernos tienen que echarse a la calle, escuchar a la gente, comprender y hacerse comprender. Porque en la era global la integración ya no es una opción, sino una necesidad vital e irrenunciable. Y para sobrevivir, Europa necesita recuperar el consenso perdido�?�.

El periódico marroquí  L´Economiste publica un artículo titulado �??Marina d�?? Or desvela sus proyectos en Marruecos�?� describiendo los planes de inversión allí del empresario Jesús Ger García. Sus colaboradores -dice la publicación- le llaman Dios y «no se desplaza jamás sin sus tres guardaespaldas, armados hasta los dientes»….

�??Una inversión de 6.300 millones de dirhams -547 millones de euros- … cuatro proyectos de los cuales tres ya se están ejecutando… El éxito del modelo del grupo de empresas español, Marina d�??Or, cuyos orígenes remontan a más de un cuarto de siglo en la región turística de Valencia, impuso a su activo presidente-director general a la diversificación internacional, desde hace más de cuatro años. Pero Jesús Ger García, que no se desplaza jamás sin sus tres guardaespaldas, armados hasta los dientes, tiene los riñones bien cubiertos. Sus colaboradores le llaman Dios. Esto muestra el poder de este magnate de la construcción, promoción inmobiliaria y del turismo, que pesa 16.000 millones de euros, en cifra de negocios�?�.

�??Las primeras operaciones inmobiliarias fuera de España se iniciaron en Marruecos, a principios del pasado año. ¿Por qué Marruecos? �??Es un mercado en plena expansión, que ofrece todas las garantías de rentabilidad económica que busca un inversor�??. Evidentemente, con una inversión de 547 millones de euros, para cuatro proyectos inmobiliarios y turísticos, no se pueden permitir fallos �??Jesús Ger García no se equivoca jamás en sus inversiones�??, nos susurra Ángel Dieguez, director general adjunto de Marina d�??Or Maroc, filial al 100% del grupo. �??Los jardines de Tamesna�?? en Rabat y �??La perla de Tánger�??, dos proyectos cuyas primeras entregas deberían hacerse antes de finales de año, lo atestiguan�?�.