La sequía de parte de nuestra costa ha devuelto el conflicto del agua a la actualidad de nuestro país. Volvemos a oir hablar de insolidaridad y de generosidad. Se insinúa de nuevo la palabra trasvase y las grandes constructoras se frotan las manos, como antaño, con sed de concurso «público» .
Sobre el trasvase del Ebro, ya se contaron muchas mentiras. Medioambientalmente habría sido un desastre. No es cierto que ese agua termine, innecesariamente, en el mar. Los cauces de nuestros ríos llevan al mar sedimentos que servirán después de alimento a los caladeros de pesca de Marruecos. Así son los delicados equilibrios de nuestro mundo.
El problema de abastecimiento en las urbanizaciones es otro. El agua no se emplea en los campos de golf, cierto, -sólo faltaría- sino en las urbanizaciones que promotores, sin escrúpulos y sin permiso, construyeron a su alrededor. Primero plantamos la urbanización, que después ya nos traeran el agua.
Se especuló con la costa, se mintió a sus habitantes y se contribuyó a la despoblación del centro del país, cada vez más pobre, con menos recursos. Se dijo que la pequeña huerta murciana necesitaba el agua. Es cierto. Lo que no se dijo es que la mayor parte de la huerta murciana y almeriense pertenece ya a latifundistas y a empresas transnacionales.
Ahora, con aquella guerra todavía no resuelta se abre un nuevo frente: el del Segre. Es verdad que este país necesita resolver el asunto del agua -una de las asignaturas mundialmente más complejas de los próximos años-. Sin embargo sería nefasto confiar la gestión del agua a los intereses de los constructores y promotores, y a los de los políticos con ambiciones urbanísticas. Abramos un debate real y sosegado sobre lo que queremos construir como país. Hablemos allí de solidaridad, generosidad y sostenibilidad. Pero no permitamos que otros monopolicen el discurso.
Zapatero tiene dos despachos. El oficial junto a la sede del Consejo de Ministros y el privado en la residencia presidencial. Una reportera de El Pais pudo fotografiar el primero y mostrar algunos detalles del mismo. Aunque como explicaban en el artículo que lo acompañabam, el presidente usa poco este despacho, ya que se encuentra más cómodo en la zona privada.
Durante su presidencia George Bush ha usado el famoso Despacho Oval de la Casa Blanca. Alli trabajan los presidente de EEUU dese 1909, aunque personalizando detalles como cuadros, cortinas, fotos… Y la alfombra. Cada presidente diseña una que se usa durante su mandato. El propio Bush ha grabado un video para Internet en el que muestra cómo es la oficina y revela que para diseñar su alfombra, su mujer Laura, se inspiró en los rayos del sol. También habla de su cuadro preferido «A charge to keep«, pese a que han revelado que hace referencia a una historia muy distinta a la que él cuenta. [VIDEO]
Durante la campaña electoral, Mariano Rajoy publicó en la web del partido una recreación virtual de su despacho. Era un gráfico interactivo que permitía consultar sus preferencias musicales, cinematográfica y literarias. Ya no se encuentra on line, pero Internet aun guarda copias. Es el mismo despacho que aparecía de fondo en el famoso vídeo de Rajoy previo al 12 de octubre en el que pedía a los españoles que honraran la bandera. [VIDEO]
Hace unos meses, la revista Time hizo un seguimiento a Al Gore y fotografió su entorno. El Premio Nobel de la Paz 2007 aceptó que le retrataran en su despacho personal… y el lugar dice mucho de el. Dispone de tres grandes pantallas LCD, para trabajar y navegar, un televisor de plasma y un escritorio sorprendentemente recargado de papeles y caótico.
El alcalde de Madrid Alberto Ruiz Gallardón cambió recientemente la sede oficial del Ayuntamiento al emblemático Palacio de Comunicaciones. Alli está su nuevo despacho, remodelado para la ocasión y que muestra amplios espacios y un diseño ultra-moderno y minimalista. La foto es anterior a la mudanza por lo que los adornos no han sido personalizados. [VIDEO]
Steve Ballmer el actual máximo responsable o CEO de Microsoft dejó que un fotografo del New York Times retratara su despacho y lugar de trabajo. Y… oh sorpresa, las imágenes muestran una sobriedad y funcionalidad chocante para un alto ejecutivo de su calibre. Su despacho incluso parece poco más que un cubículo con mobiliario barato… aunque probablemente se una decisión meditada.
Claro que su predecesor, Bill Gates, tampoco se caracterizó por tener un despacho espectacular… todo lo contrario que su casa. El tamaño era más amplio, pero el mobiliario, muy similar. Eso sí en el aspecto digital la cosa era de lo más avanzado. El fundador de Microsoft explicó en Fortune que tenía tres monitores de 21 pulgadas sincronizados para hacer un solo escritorio, un PC, un portatil, un TabletPC… Y curiosamente sin papeles por ningun lado.
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