Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Cuando repasemos su vida, su enorme obra cinematográfica, teatral o literaria, cuando se hayan contado sus anécdotas más sabrosas, seguiremos estando muy lejos de lo que fue y lo que significó. Mucho nos tememos que un par de exabruptos muy notorios intentarán resumirlo. Y es muy probable que, a través de youtube, quede para los más jóvenes como el señor mayor aquél que un día se agarró un cabreo memorable.
Esperemos que, en paralelo, alguien les ayude a conocerlo como un hombre extraordinario, fuera de catálogo, un intelectual sin aureola, una pista para conocer mejor nuestro país.
Mi generación supo de él en Botón de ancla o en Balarrasa, en tiempos de racionamiento y sabañones, de caspa imperial; pelirrojo, larguirucho, desgarbado, patoso. Pero, desde entonces, este viaje a ninguna parte que es la vida lo acompañó con un talento cada día más brillante, más singular.
Hace mucho que era una referencia de pensamiento libre, de personalidad indomable. El escritor gallego Manuel Rivas nos lo presentó definitivamente. Era, sin duda, el maestro republicano de la lengua de las mariposas. El que parece que siempre pierde, pero que deja un rastro imborrable. Extranjero en este mundo, muy como el padre anarquista de las cuatro bellezas de ‘Belle Epoque’.»