A pesar de que ya no son foco principal de atención de los medios, en Birmania sigue sin resolverse la crisis política desatada por las protestas de los monjes a finales de septiembre. Lo último ha sido una nueva visita del enviado especial de la ONU que sigue tratando de conseguir que la Junta Militar se reuna con la líder opositora Aung San Suu Kyi para lograr un acuedo de reconciliación nacional, aunque con escaso éxito de momento. Pero además desde el Reino Unido han lanzado una «nueva vía diplomática»: la de la música.
Un grupo de artistas británicas, entre las que destaca Annie Lennox, ha ideado una original forma de apoyo a la revolución en Myanmar: enviar un piano a la disidente birmana Aung San Suu Kyi, que permanece bajo arresto domiciliario desde hace 12 años. No puede hablar en público, pero el sonido de las teclas de su viejo piano traspasaba hasta hace poco su confinamiento y llegó a convertirse en todo un símbolo de resistencia.
Sin embargo parece que el piano de Suu Kyi está hoy inservible, asi que las artistas británicas han recaudado fondos y le han comprado un insrumento nuevo, para enviárselo a Rangun. Son conscientes de las dificultades, pero intentaran por todos los medios que la líder opositora pueda volver a tocar a Bach o Pachelbel. Su afición a la música, incluso inspiró al artista Damien Rice para componer el tema «Unplayed piano» dedicado a Aung Sang Suu Kyi.
Por otro lado aun colean las denuncias contra la Junta Militar que dirige el país, por la violenta represión de las protestas. Las autoridades admiten 10 muertos y casi 3.000 personas detenidas, de las que dicen haber puesto en libertad a la gran mayoría. La disidencia en cambio calcula que unas 200 personas murieron y más 6.000 fueron detenidas. Pero además durante al menos dos días a principios de noviembre la Junta Militar volvió a cortar el acceso a Internet, tras la segunda manifestación de monjes.
Recientemente Al Jazeera ha emitido un reportaje sobre Birmania con imágenes que muestran la represión contra los manifestantes y sobre todo con una entrevista a una activista perseguida. Ella cuenta que nunca duerme dos veces seguidas en el mismo sitio y busca refugio donde puede, aunque ahora nadie quiere acogerles. También considera que necesitan que la ONU envie tropas a su país, ya que sería la única forma de presionar y controlar a la Junta Militar.