EL MUNDO se mostraba escandalizado el pasado domingo en su editorial por la noticia que llevaban ellos mismos en portada:

«El Gobierno iba a pagar 1.500 euros al mes a cada etarra reinsertado».

No le escandalizaba tanto cuando era Aznar quien buscaba esas fórmulas para reinsertarlos. Era el 6 de noviembre de 1998, Diario EL MUNDO:

«El Gobierno [de Aznar] negociará con ETA su reinserción en la sociedad vasca». Carmen Gurruchaga, la misma que ahora escribe columnas contra Zapatero apelando al terrorismo desde La Razón, aseguraba entonces en EL MUNDO que Aznar iba a negociar con la banda la reinserción de etarras. […] la redactora Gurruchaga informaba de que el Ejecutivo iba a negociar el futuro de �??presos, refugiados y exiliados�?� de la banda así como �??la forma de sufragar el coste económico de la inserción�?�. 
 

Lo desvela Elplural.com

Leo Wieland, del Frankfurter Allgemeine Zeitung, escribe hoy �??Llamas autónomas�?� donde sostiene que �??el provincianismo impide en España una lucha efectiva contra los incendios�?�.

�??Casi todos los años ocurre lo mismo en la altamente inflamable Península Ibérica: llamas, estupor, tierra quemada, demandas de penas más duras e indemnizaciones, así como de una mayor conciencia medioambiental y de un �??plan político general�?? para la policía, los servicios de salvamento y, en caso necesario, también para el ejército. Pero aparte de que durante cada verano sin excepción a lo largo de la última década quedaran carbonizadas más de cien mil hectáreas de bosque, no ha ocurrido mucho más. Los políticos sólo hablan a regañadientes de la �??mentalidad�?? de los ciudadanos españoles y portugueses, mientras que los ciudadanos hablan sin pelos en la lengua de la falta de coraje y de prospectiva de los políticos.�?� [sigue]

Se le olvida, como sí recuerda el Die Zeit, que las llamas arrasan cada verano no sólo España sino Calabria y el Peloponeso, también. El clima, la falta de conciencia medioambiental, y la política de tierra quemada, más que el provincianismo, son los verdaderos amigos del fuego. Sólo la repulsa social de quienes alientan las llamas conseguirá evitarlas. Demasiado pronto hemos olvidado a quienes quemaron Galicia el pasado año, con sus obras e incluso con sus palabras. Demasiado pronto les perdonamos.

No es que sea nuevo el tono apocalíptico que utiliza el periódico EL MUNDO, sin embargo la insistencia empieza a ser cansina y previsible. Antigua. Hoy El Mundo publica un editorial [de pago] donde exige una respuesta contra el gobierno vasco por el asunto de las banderas: 

«Para sumar a su pulso la desfachatez, el Gobierno vasco reaccionó tras conocer el fallo asegurando que «cumplirá la ley», para de inmediato matizar que lo haría «como hasta ahora» […]

El abierto desafío a una decisión de los tribunales es ya un órdago demasiado serio al que el Estado de Derecho no podría dejar de responder…»

No importa que el gobierno vasco lleve 25 años con la misma política. Es conveniente sacarlo ahora para que parezca que, en efecto, España se descuartiza por la acción u omisión de Zapatero. No así en tiempos de Aznar, que sólo se modernizaba.

Pedro J. sabe lo que se hace. Pero él no ha inventado nada, lo hizo Goebbels:

Principio 4. De la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

Principio número 10. De la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

Aburre.