[23 marzo 2004 En este artículo se afirma, sin embargo, que la intención de las fragatas españolas era detener la intentona golpista; una explicación que se difundió al principio, en los mentideros políticos]
«El Confidencial Digital ha tenido acceso a informaciones sobre cómo se desarrollaron los hechos, y sobre los antecedentes: una historia casi novelesca, en la que no sólo participaron militares, sino también personajes de guante blanco, algunos de ellos españoles.
[…] La parte española de la trama se desarrollaba mediante las reuniones entre el gobierno de Severo Moto y un empresario español de importante apellido liberal. Los presumibles pagos a Moto, y los encuentros entre el opositor ecuatoguineano y el mencionado empresario español, se habrían producido en un despacho de la calle Bailén, que dicho empresario mantiene como segunda sede tras su oficina de la calle Serrano.
[…] El calendario previsto para el golpe era el siguiente: el 23 de enero de este año, Severo Moto partiría desde Canarias a un país africano, posiblemente Gabón o Santo Tomé y Príncipe, cercanos ambos a Guinea Ecuatorial
[…] El CNI español estaba perfectamente al día de estos planes; no en vano ya habían advertido severamente a Moto que dejara de conspirar, bajo pena de expulsión de nuestro país
Las autoridades españolas, que seguían atentamente el desarrollo de la trama, enviaron a Guinea Ecuatorial en estas fechas -finales de enero- la fragata «Canarias» y el petrolero «Patiño». Su misión era interceptar los barcos de mercenarios, aunque la versión de Exteriores afirma que ambos buques iban de «visita de cortesía» a los puertos de la antigua colonia […]
Los servicios de inteligencia españoles seguían tan de cerca la pista que, el mismo día de la compra del avión, el 29 de febrero, los barcos «Canarias» y «Patiño» recibieron orden de volver a la base de Rota, siempre según nuestras fuentes»… [sigue en ELCONFIDENCIAL de 2004]