El confinamiento por la pandemia permitió la Universidad de las Illes Balears calcular la reducción del consumo de agua durante la fase de restricciones de la movilidad de 2020 y conocer así el volumen usado por la actividad turística. Y el resultado del estudio, del que se hace eco la Agencia Sinc, es que sin visitantes el consumo de agua fue casi una cuarta parte menor, por lo que puede atribuirse al turismo el uso de uno de cada cuatro litros.
El consumo de agua en las Illes Balears fue un 24,2 % menor durante la etapa en la cual estuvieron vigentes las medidas de confinamiento y restricción de la movilidad de 2020 respeto el mismo periodo del año anterior. Esta diferencia se correspondería con el consumo de agua asociado a la actividad turística, según concluye un estudio publicado en la revista científica Journal of Sustainable Tourism por investigadores de la Universidad de las Illes Balears.
El estudio, que por primera vez calcula el volumen de agua usado por el turismo en las Islas Baleares, destaca que en los municipios con más actividad turística la reducción fue del 58,1 % durante los meses de abril a junio de 2020. Por su parte, en los municipios con menos actividad turística, la reducción fue del 14 %. En municipios con una actividad turística mediana, la reducción en este mismo periodo fue del 39,4 %.
La pandemia causada por la covid-19 comportó la implantación del confinamiento de la población y de restricciones severas a la movilidad de pasajeros internacionales que estuvieron vigentes entre el 15 de marzo y el 21 de junio de 2020. A su vez, las restricciones de movilidad también comportaron una oportunidad única para calcular por primera vez el consumo de agua ligado a la actividad turística, y superar la inexistencia de datos oficiales sobre este fenómeno.
Confinamiento, turismo y consumo de agua
Los investigadores de la UIB han aprovechado la ausencia de llegadas de visitantes turísticos en las Islas Baleares durante estos meses de 2020 para analizar el impacto que este hecho inusual tuvo sobre el consumo en nueve municipios, con niveles diferentes de actividad turística: Alcúdia, Calvià, Muro y Palma, en Mallorca; Maó y Sant Lluís, en Menorca; Ibiza y Sant Antoni, en Ibiza; y Formentera.
Los resultados logrados muestran como la evolución del consumo de agua no es un fenómeno homogéneo, y que hay patrones espaciales importantes y diferencias significativas entre los municipios más orientados a la actividad turística y los municipios menos turísticos.
En el caso de los municipios de las islas de Ibiza, Formentera y Menorca, los cambios en el consumo de agua fueron mayoritariamente homogéneos entre todos los municipios. La mayoría de los municipios de estas islas mostraron un decrecimiento anual del consumo de agua, entre el 10 % y el 30 %, si se compara el consumo de agua de todo el año 2019 con el de 2020.
Para el periodo de vigencia de las restricciones más severas (abril a junio de 2020), el consumo de agua disminuyó un 51,1 % en Formentera; un 40,1 % Sant Antoni; un 27,1 % a Sant Lluís; un 16,5 % en Ibiza y un 9 % en Maó. En cambio, en el caso de Mallorca se observa un gran contraste. Los municipios más turísticos (ubicados en zonas costeras) muestran reducciones importantes del consumo de agua en el consumo global de todo el año 2020, mientras que en los menos turísticos (ubicados en el interior de la isla) se dieron incrementos en el consumo de agua.
Para los casos analizados con detalle en el periodo de abril a junio de 2020, el consumo de agua se redujo un 73,7 % a Muro; un 60,9 % en Alcúdia, y un 39,8 % en Calvià.
En el caso de Palma, a pesar de tener más de 50.000 camas turísticas y ser el segundo municipio con más actividad turística de las islas, la reducción en el consumo de agua fue muy menor, de solo un 16,6 % para el periodo de abril a junio de 2020. Según los investigadores, este hecho se explicaría porque el incremento del consumo de los residentes confinados (que otros estudios han confirmado por otras ciudades de todo el mundo) compensó la reducción asociada al descenso de la actividad turística.
Es por eso que, para los investigadores, un aspecto clave es la proporción entre el volumen de proporción residente y el número de pernoctaciones turísticas de un municipio. De acuerdo con esta idea, cuanto más pequeña es la proporción de residentes, más grande es el decrecimiento en el consumo de agua durante el confinamiento.
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