Los datos indician que existen diferencias en los niveles de acceso y uso de las tecnologías de la información y la comunicación entre hombres y mujeres. Es la llamada brecha digital de género. Pero ¿hasta qué punto son importantes estas diferencias? e ¿implican menores niveles de bienestar para las mujeres? Un estudio que detallan en The Conversation intenta responder a ambas preguntas y señala en particular que hay menores competencias digitales entre las mujeres y que la brecha no se está reduciendo.
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Ana Suárez Álvarez, Universidad de Oviedo; Amparo Novo Vazquez, Universidade de Santiago de Compostela y Maria R. Vicente, Universidad de Oviedo
Llamamos brecha digital de género a las diferencias en los niveles de uso de las tecnologías de la información y la comunicación entre hombres y mujeres. Y se trata de una manifestación más de las muchas desigualdades estructurales de género que hay en nuestra sociedad.
Existen diversos tipos de brechas digitales. Puede haberlas en el acceso a las tecnologías, en el uso que les damos o en las competencias digitales. Y lo preocupante es el afecto que pueden tener en el bienestar de las personas, sobre todo en las mujeres.
Recientemente hemos llevado a cabo un estudio tratando de responder a dos preguntas: ¿hasta qué punto son importantes estas diferencias? ¿Implican menores niveles de bienestar para las mujeres?
Usamos los datos de la décima ronda de la Encuesta Social Europea (ESS), que se refieren al período 2020-2022. Es la ronda más actual y contiene mucha más información sobre variables digitales que las anteriores. Con ella analizamos la frecuencia de uso de internet, la intensidad de ese uso y las competencias digitales de las personas.
Como primer paso para estudiar la brecha digital de género, exploramos las diferencias en la frecuencia (gráfico 1) e intensidad de uso (Gráfico 2) de internet entre hombres y mujeres para 25 países de la Unión Europea (UE).
Como se puede ver en el gráfico 1, en todos los países, con la excepción de Irlanda, hay un mayor porcentaje de usuarios diarios de internet hombres que mujeres. Esto indica la existencia de una brecha digital de género en la frecuencia de uso de internet.
En cuanto al tiempo de uso, el gráfico 2 muestra que, entre las personas que usan internet a diario, son los hombres los que lo utilizan de media más tiempo. No obstante, en 9 países ocurre lo contrario y son las mujeres quienes en promedio le dedican más tiempo (Bulgaria, Chipre, Dinamarca, Estonia, España, Finlandia, Francia, Hungría y Rumanía).
¿Y qué ocurre en cuanto a competencias digitales? Estudiamos si existen diferencias de género en el dominio de estas. El gráfico 3 muestra el porcentaje de hombres y mujeres que consideran que están muy familiarizados con las siguientes tareas: la configuración de preferencias, la búsqueda avanzada y el manejo de archivos PDF.
Se puede ver que, en cuanto a competencias, existen diferencias significativas entre hombres y mujeres, siendo las mujeres las que muestran menores niveles. En definitiva, hay una brecha de género.
Con el fin de ahondar en las posibles implicaciones de la existencia de estas brechas analizamos, mediante modelos econométricos, los determinantes de la felicidad de las personas.
Nuestros resultados muestran que, por un lado, las mujeres tienden a declarar mayores niveles de felicidad que los hombres.
Por otro lado, se observa que las competencias digitales tienen un impacto significativo y positivo en la felicidad, y, dado que las mujeres tienen menor nivel de competencias digitales, la brecha digital en competencias afectaría indirecta y negativamente a sus niveles de felicidad y bienestar.
Brechas muy arraigadas en países desarrollados
Nuestro análisis muestra que la brecha digital de género, lejos de reducirse, sigue presente en la sociedad. Aunque cada vez hay más conciencia de las desigualdades de género y sus efectos negativos, estas siguen estando muy arraigadas en la sociedad, incluso en países desarrollados como los europeos.
En la actualidad es especialmente preocupante la brecha de género en competencias digitales, por el papel positivo que juegan estas competencias digitales en los niveles de bienestar de las personas. Las mujeres presentan niveles de competencias digitales significativamente menores que los hombres, lo que afectaría de forma negativa a su bienestar.
Estos resultados son de gran interés para la aplicación de políticas públicas a nivel europeo o nacional destinadas a reducir las desigualdades digitales.
Ana Suárez Álvarez, Profesora de Economía Aplicada, Universidad de Oviedo; Amparo Novo Vazquez, Profesora de Sociología, Universidade de Santiago de Compostela y Maria R. Vicente, Profesora de Economía Aplicada, Universidad de Oviedo
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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