El secretario general del PCE y portavoz parlamentario de IU acude a nuestro estudio. Tiene una larga experiencia que le ha llevado a participar en procesos como la negociación del Acuerdo de paz con las FARC en Colombia.  En la entrevista en La Cafetera analiza la guerra en Gaza, -sobre la que lamenta la tardanza del gobierno en reconocer el Estado Palestino- y critica la «supeditación atlantista» de España. Además analiza los debates internos y la falta de unión en la izquierda o la falta de valores democráticos en la derecha española. Además alerta del del riesgo de una nueva guerra en Europa, riesgo del que cree que no es consciente la sociedad.

«Tenemos un problema grave con el riesgo de guerra -afirma Enrique Santiago-. La sociedad no está siendo consciente de cómo se están repitiendo situaciones muy parecidas a lo que ocurrió en el periodo de entreguerras; entre la I y la II Guerra Mundial. El tema de los créditos armamentísticos, la subida de la ultraderecha, el giro de la planificación económica industrial hacia la industria del armamento…Cosas muy peligrosas de las que la gente no está siendo consciente (…) Lo que ha hecho el Banco Europeo de inversiones abriendo esa línea de créditos y modificando la normativa de créditos de la industria militar -lo ha hecho Calviño nada más llegar- ya no exige que haya un porcentaje de producción militar susceptible de doble uso : militar y civil. Ahora toda la producción puede ser solamente de uso militar» -denuncia.

En el programa repasamos además la amenaza de Biden de paralizar la venta de armas a Israel si su ejército entra en Rafah, las acampadas universitarias en apoyo a Palestina o las palabras de Núñez Feijóo sobre las leyes de concordia. Además en la sección de memoria histórica, Emilio Silva, presidente de la ARMH detalla el dictamen de los tres relatores de la ONU cuestionando precisamente las «leyes de concordia» que los gobiernos autonómicos de PP y Vox quieren aprobar.

Enrique Santiago reivindica: «La derecha sólo quiere defender sus privilegios, los comunistas buscamos el bien común. Y la defensa de lo común siempre estará vigente». Y en este sentido y a cuenta de las tensiones existentes en IU, Sumar y en general en la izquierda española señala: «Toda la izquierda transformadora debe estar unida y trabajar por lo colectivo». Y apunta también: «Hay que hacer ruido hacia fuera, nuestros debates internos deberían ser más tranquilos, para solucionar los problemas de la colectividad.»

La detención de Pinochet y el Acuerdo de Paz en Colombia son logros a los que ha contribuido el portavoz de IU, de los que se siente más orgulloso. Respecto a la mediación de conflictos, entre los que cita Ucrania, señala: «Para resolver los conflictos hay que construir un proyecto que ambas parte enfrentadas identifican como un espacio común, que les puede servir a ambos. No se busca establecer lo que es o no justo, hay que buscar una solución viable. La justicia la dará un tribunal y/o la historia.»

Y sobre un conflicto como el de Israel y Palestina, Santiago apunta: «Defiendo la solución de los dos estados, pero Israel ha llegado a un extremo que ha hecho que no sea viable.» En relación a la posición de España se pregunta: «Estamos orgullosos de que nuestro gobierno sea reconocido fuera de España como uno de los gobiernos europeos que más está haciendo por el reconocimiento de Palestina. Pero hay que hacerlo ya. ¿A qué esperamos para reconocer el estado palestino? A que no quede un palestino vivo?» Y añade «Espero que no estemos esperando el permiso de Blinken». En este sentido, asegura que lamenta la «supeditación a los intereses de la OTAN y EEUU» que tiene España y revela que durante la pandemia eso impidió que llegaran a nuestro país de personal sanitario de Cuba o ayuda desde China que sí llegó a otros países europeos como Portugal, Andorra o Italia. Como experto en mediación de conflictos subraya que para encontrar soluciones entre partes deben buscarse espacios de diálogo, «no se busca establecer lo que es o no justo, hay que buscar una solución viable».

Sobre el gobierno de coalición y las tensiones internas, asegura: «Merece la pena, pero cualquier avance nimio es un sufrimiento de disputa con el Partido Socialista. Con el salario mínimo tuvimos que decir que o se subía o se acababa el gobierno de coalición». Y enfatiza que entre los logros del ejecutivo también está haber desmentido algunos mitos: «Teniendo las tarifas eléctricas más bajas, las empresas han seguido teniendo beneficios extraordinarios».

Enrique Santiago termina señalando: «Debemos ser conscientes del riesgo de una nueva guerra en Europa».

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La vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica es entrevistada en el estudio y aborda cuestiones como la posición de España en el conflicto de Oriente Medio, el reconocimiento del Estado Palestino sobre el que augura «noticias pronto» o las protestas en las universidades contra Israel que considera «normales y lógicas». Teresa Ribera valora también las declaraciones de Feijoo vinculando delincuencia e inmigración -«un paso más del PP en una pendiente peligrosísima aproximándose a la extrema derecha»- y criticando la falta de desaladoras cuando fue el gobierno de Rajoy quien paralizó el programa. Y en relación a las políticas ambientales de la UE que generan rechazo en algunos ciudadanos e industrias como el campo, advierte: «La gran preocupación de los agricultores españoles es la sequía. El problema no es la agenda verde, es la falta de agenda verde. La falta de previsión y anticipación».

Además repasamos las reacciones al asalto de Rafah por parte de Israel y conversamos en directo con Beatriz, una universitaria portavoz de la Acampada por Palestina de la Complutense de Madrid en protesta por la situación de Gaza, que sigue la estela de Valencia, Cataluña y Euskadi: «Hay unas 80 0 90 tiendas» y «nos ha inspirado la oleada de solidaridad internacionalista en los campus de todo el mundo», explica. Y añade: «de momento hemos tenido muy buena acogida. Incluso hay profesores acampados que nos están dando tutorías y clases, ya que estamos en época de exámenes». Recalca además que la acampada es «totalmente abierta» y está planteada de forma indefinida.

Teresa Ribera ha calificado de «cuanto menos normal» las protestas en las universidades de todo el mundo y ahora también españolas contra las acciones de Israel en Palestina: «Quienes nos escandalizamos lógicamente con el ataque terrorista de Hamas del 7 de octubre, deberíamos igualmente escandalizarnos con la respuesta absolutamente desproporcionada, cruel y sangrante del gobierno de Netanyahu. Y no se entiende que esto no se pare ya. Así que creo que es una manifestación lógica de la juventud de distintos países occidentales que reclaman que sus gobiernos estén a la altura».

Preguntada por el retraso del gobierno en reconocer el Estado palestino y en no haber suspendido la venta de armas, la vicepresidenta asegura: «Lo que se está viendo en Gaza es un escándalo y una vergüenza. Y el compromiso del presidente del gobierno en trabajar por la solución de dos estados y por reconocer a Palestina es firme y en breve habrá noticias». Aunque en referencia al suministro de armamento, señala: «no he seguido ese asunto y no lo conozco a fondo. Pero en el comercio de armas, existen códigos. Y si se da la circunstancia de que un país viola flagrantemente el derecho a la guerra y a la autodefensa, hay que vigilarlo.»

Sobre las declaraciones de Feijóo vinculando delincuencia con inmigración, Ribera advierte: «Es un paso más en esa pendiente peligrosísima en la que se está adentrando el PP y genera preocupación en los votantes conservadores más centristas. Esa constante aproximación hacia la extrema derecha, por momentos muy populistas y poco basada en datos. No se entiende muy bien cual es la propuesta o que quiere decir Feijóo. Y nunca es bueno simplemente identificar a personas o colectivos que se pueden usar como chivos expiatorios para afrontar nuestros problemas.» Y añade: «es muy mal tono y genera agresividad y alienta la xenofobia, el racismo y a violencia en las calles. Y además es injusto».

Sobre Europa, asegura: «debe mirar más allá de sus fronteras, cómo se puede relacionar con terceros de manera más equilibrada y promover la prosperidad y gestionar las necesidades demográficas» y advierte de que el continente no está preparado para el shock económico que va a suponer el cambio climático pero rechaza que se haya perdido la batalla: «Hemos hecho una transformación muy importante del carbón en España sabiendo que era imprescindible trabajar sobre el terreno, para que nadie se sintiera abandonado».

Añade que la agricultura en España es uno de los sectores que se puede ver terriblemente amenazado por el cambio climático: «La gran amenaza para los agricultores es la falta de agua, la desertificación, la perdida de fertilidad del suelo, la falta de polinizadores, etc. El foco hay que ponerlo en que la agenda social y la agenda ambiental van de la mano, No se puede pedir a un pequeño agricultor los mismos requisitos que a una gran agroindustria.» Aboga además por usar el atractivo del mercado europeo para hacer diplomacia internacional, pero advierte: «Hay una cosa muy peligrosa y es hacer creer que las decisiones que se están tomando son ideológicas o por fastidiar a la gente. Y es al revés.»

Sobre las protestas del campo español, la ministra señala: «Hay un discurso irritante con un componente de manipulación peligroso que identifica a Europa como enemigo del campo. La experiencia muestra que es todo lo contrario. El campo ha contado con Europa y la PAC ha sido fundamental en la mejora de la calidad de vida del mundo rural.» Recuerda además que muchas competencias en este terreno las tienen las CCAA y cree que pocas se ha tomado en serio su responsabilidad de acompañar a los agricultores. Recuerda en este sentido la crisis que provocó el vicepresidente de Castilla y León con su «comportamiento absolutamente acientífico y demagógico» rechazando las vacunas veterinarias.

Y enfatiza asimismo: «La gran preocupación de los agricultores españoles es la sequía. El problema no es la agenda verde, es la falta de agenda verde. La falta de previsión y anticipación». Defiende por ello la necesidad de que desde las administraciones se haga mucha pedagogía y «mucho acompañamiento sobre el terreno», especialmente desde la CCAA que tienen «un papel clave».

La ministra de Transición Ecológica también valora las declaraciones de Feijóo con respecto a la falta de agua en Cataluña cuando se han dejado sin ejecutar miles de euros en infraestructuras de desalación: «A Feijóo se le olvida que González Pons dijo que las desaladoras eran las nucleares del mar y cuando llegó Rajoy al gobierno lo primero que hizo fue cancelar el programa de desaladoras. Así que del PP en el tema del agua, que siempre han utilizado como elemento de confrontación, lecciones las justas, por no decir ninguna». Y añade que muchas competencias en gestión de agua están transferidas a los gobiernos autonómicos, en particular en Andalucía, Cataluña y los archipiélagos. Por ello señala: «en este tema lo que importa es trabajar, sumar esfuerzos y generar un estado que permita la tranquilidad de los ciudadanos. Cero demagogia y cero confrontación en materia de agua».

Ribera se pronuncia sobre el clima político existente en España: «No me gusta. Me parece horrible. Las mentiras, la crispación, la exageración, la demagogia, el insulto, el ir a la vida personal… Es muy mala práctica, deteriora la calidad de la democracia y creo que es una estrategia de la extrema derecha para hacer implosionar nuestros sistemas democráticos.» Y en relación a las palabras de Oscar Puente sobre Milei señala: «Es una persona enormemente enérgica y expresiva, pero creo que él mismo lo ha explicado».

Sobre la importancia de las elecciones europeas y la posibilidad de ser comisaria de la UE, la vicepresidenta asegura: «Todo llegará, pero ahora es importante hacer ver que aunque los españoles vean las elecciones europeas como segundo plato, pero a la larga un buen volumen de decisiones de lo que se hace aquí depende de lo que se haga en Europa. Y la capacidad de reacción ante las crisis se ha visto que es importantísima. Además no es lo mismo que las decisiones sean impulsar a los hombres de negro que si son invertir en la siguiente generación de europeos.» Y añade: «Obviamente me gustaría ser comisaria. Soy tremendamente europeísta y creo que esta agenda ambiental, climática, energética es la agenda de modernización de la economía, de reducción de desigualdades, de diplomacia exterior y me sentiría honrada de poder participara en lo que yo creo que es una década clave para Europa».

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