La región ha destacado en la gestión e investigación de los ataques terroristas, e incluso Carles Puigdemont ha sido la figura pública dominante en la respuesta, «eclipsando» el papel del Estado central. Esa es la idea que están proyectando dos importantes medios internacionales, el estadounidense WSJ y el alemán FAZ, en el análisis de la respuesta policial y de comunicación a los ataques de Barcelona y Cambrils. Detallan sobre todo la buena actuación de los Mossos de Esquadra y algunas tensiones entre los gobiernos de Madrid y Barcelona, que recuerdan mantienen un enfrentamiento abierto por los planes catalanes de celebrar el referéndum independentista en octubre. El hecho de que dos grandes diarios globales, especialmente el WSJ, hayan alabado la gestión catalana de los ataques, está siendo interpretando por los independentistas como un refuerzo de su tesis de que están preparados para el autogobierno.

Wall Street Journal dice que Cataluña ha demostrado autonomía en la investigación de los ataques terroristas. El artículo está firmado por Marina Force, ex periodista de la Agencia Catalana de Noticias recientemente incorporada al WSJ, y Donato Paolo Mancini, desde Londres. Detalla sobre todo las «agudas tensiones» entre el gobierno central y autonómico a cuenta del referéndum y apunta que también las ha habido después de los atentados. Pero sostiene que la investigación de los ataques que mataron a 15 personas y la búsqueda de los autores ha dado la oportunidad a la Generalitat de demostrar que puede gobernar independientemente de Madrid.

 

En concreto asegura que Carles Puigdemont ha sido «la figura pública dominante que lideró la respuesta al ataque, eclipsando el papel del Estado central», recordando que fue él quien informó de que el terrorista que conducía la furgoneta había sido abatido por los Mossos. Asimismo recoge las opiniones de un profesor de la Pompeu Fabra que afirma que Cataluña ha reaccionado «como si ya fuera un estado independiente”.

Frankfurter Allgemeine Zeitung destaca la eficacia de Cataluña en la investigación y desarticulación de la célula terrorista. Señala que el de Barcelona ha sido un atentado «a la sombra del referéndum», pero el gobierno regional catalán ha protagonizado una «exitosa búsqueda» de los terroristas. Destaca sobre todo el papel de los Mossos de Esquadra, cuyo «jefe» Josep Lluis Trapero tuvo siempre «la última palabra» y fue quien dio la muerte de Younes Abouyaaqoub. Cita también a Vicente Partal, director de Vilaweb que considera que Cataluña ha actuado tras el 17A «casi como un estado independiente».

 

Y califica de «significativo» que los ministros de Exteriores alemán y francés, Sigmar Gabriel y Jean-Yves Le Drian, fueran recibidos por el conseller de Relaciones Exteriores, Raül Romeva,  al no personarse en Barcelona hasta mucho más tarde, el ministro español de exteriores Alfonso Dastis. La crónica está firmada por Hans-Christian Rössler, el nuevo corresponsal de FAZ en Madrid, que sustituyó hace unos meses a Leo Wieland, que llevaba casi 20 años en España y había tenido algunos enfrentamientos con la Generalitat.

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Una paz frágil e incluso algo fingida. Así ven varios medios internacionales la reacción de los políticos españoles y catalanes tras los ataques terroristas. En las primeras horas, Financial Times o Liberation resaltaron la unidad provocada por el 17A. Pero pasados unos días, se señala que aunque esa unidad se mantiene y nadie ha usado explícitamente la tragedia para obtener réditos políticos, la tensión que mantienen los gobiernos de Madrid y Barcelona por el referéndum del 1 de octubre y algunas «fricciones» aparecidas, hacen prever que la paz no durara mucho más. Algunos señalan incluso la gran manifestación del próximo sábado en Barcelona como fecha de caducidad a esta colaboración y advierten de que el conflicto independentista volverá ocupar la agenda política.

The Politico resalta que los atentados llevan «de momento» a la unidad entre líderes de España y Cataluña, pero ve «frágil» la paz. La crónica de Diego Torres apunta que los ataques terroristas en Barcelona han desembocado en una «inusual escena de unidad» entre el gobierno español y el catalán, pero añade: «veremos cuánto dura». Destaca que hasta ahora, ni los pro-independencia, ni los pro-unidad han usado explícitamente los atentados en beneficio político para su causa. Pero señala que ya han empezado a emerger pequeñas fricciones y diferencias, como el hecho de que ni Rajoy mencionara específicamente al pueblo catalán, ni Puigdemont, al español en sus discursos. También recoge las discrepancias entre Interior y los Mossos sobre el desmantelamiento definitivo de la célula terrorista. Pero sobre todo pone de relieve, que ambos bandos parecen estar sacando lecciones distintas de los ataques: el gobierno central considera que los atentados deberían cambiar las prioridades políticas, mientras la Generalitat cree que les ha permitido demostrar que pueden afrontar un reto como este ellos solos.

La Croix habla de «fingido» acuerdo y unidad entre Madrid y Barcelona tras los ataques. El texto de su corresponsal Valerie Demon explica que a pesar de la importancia de los eventos, la imagen de Rajoy y Puigdemont unidos para una declaración de unidad y solidaridad «sorprendió» porque ambos llevaban más de un año sin aparecer juntos y las relaciones son «especialmente tensas» entre ambos gobiernos a causa del referéndum del 1 de octubre. Apunta que los atentados yihadista añaden complejidad al conflicto territorial, pero considera que «todo indica» que los independentistas no modificaran su hoja de ruta y mantendrán sus planes de organizar el referéndum. Por lo que señala que la unidad mostrada por Madrid y Barcelona «durará unos días más», al menos hasta la manifestación del sábado en Barcelona, pero es previsible que la agenda política independentista vuelva a resurgir, especialmente de cara al 11 de septiembre, fiesta nacional de Cataluña.

Ouest France asegura que España llama a unidad, Cataluña piensa en la independencia. El artículo de Aurelie Chamerois menciona las nuevas tensiones surgidas entre el gobierno central español y el catalán unos cuantos días después de los atentados, con el referéndum como fondo. Entrevista a la politóloga Astrid Barrio que señala que aunque ha habido algunas declaraciones desafortunadas, en general el comportamiento de los dos gobiernos ha sido bueno y respetuoso y la cooperación en sectores como la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado ha mejorado, pero la principal cuestión política, la del referéndum, sigue sin resolverse. Y advierte de que el escenario más plausible es que siga aumentando la tensión y que los independentistas mantengan la hoja de ruta hasta el 1-O. Añade que en caso de no celebrarse finalmente el referéndum, no será a causa de los atentados, sino de otros motivos como la falta de urnas o los riesgos para los organizadores.

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El impacto que los atentados de Barcelona y Cambrils pueden tener sobre el conjunto de los musulmanes que viven en España y en concreto en Cataluña está siendo analizado por diversos medios globales. Se resalta que los ataques yihadistas han puesto a esta comunidad bajo «un duro foco» y que muchos de ellos temen que los ataques hayan puesto fin a la tolerancia y armonía que reinaba hasta ahora entre las distintas religiones en España.

NBC advierte de que los atentados han puesto a la comunidad musulmana catalana bajo un «duro foco«. Apunta que en Barcelona se han empezado a oír voces que expresan el temor de que la gran población musulmana que acoge pone a la región en particular riesgo de extremismo islámico. Y cita específicamente el artículo del «polemista» Alfonso Ussía en el «diario de derechas» La Razón que asegura que Cataluña se ha convertido en la «capital del salafismo en España» y que critica a los políticos locales por permitirlo. Se resalta que estos ejemplos evidencian como se ha puesto un «duro foco» sobre la comunidad musulmana en Cataluña, donde se encuentran el 30% de todas las mezquitas que hay en España. Recoge que muchos musulmanes se han manifestado en contra de los atentados y se están mostrando muy críticos con el radicalismo dentro de su propia comunidad. Pero recuerda que sólo en 2017, la policía llevó a cabo 11 operaciones antiterrorista en la región y existe el temor de que se creen «sociedades paralelas» en el centro de las grandes ciudades catalanas, en la que la gente no se integra.

Le Point resalta que los musulmanes de Barcelona temen perder su «España tolerante». Explica que el imán del barrio barcelonés del Raval ha notado que la importante comunidad musulmana se ha «vuelto discreta» y que se ha instalado el miedo de que la armonía entre comunidades religiosas que reinaba en España ya no exista. Resalta que muchos tenían la sensación de vivir en un «pequeño oasis de comprensión» en el país, donde los partidos de extrema derecha están aislados, se acepta bien la diferencia y apenas el 4% de la población considera que la inmigración es un problema. Pero se hace eco de que muchos musulmanes residentes en Barcelona temen que los atentados  puedan «cambiar las cosas», aunque destaca las numerosas manifestaciones de condena de los ataques a cargo de musulmanes y cómo algunas reacciones xenófobas han sido rechazadas por los propios españoles.

Washington Post pone el foco en las dificultades de Ripoll para reconciliar a locales con extremistas. Detalla cómo tras conocerse que los terroristas eran vecinos de esta localidad catalana, familiares y amigos están desgarrados entre el horror por el baño de sangre y el duelo por perder a jóvenes que creían conocer. Apunta que los 12 acusados de perpetrar los ataques no tenían historial de extremismo violento y que la policía insiste en que aunque hay un imán implicado, no tienen evidencias de que fuera en la mezquita donde los jóvenes se radicalizaron. Añade en cualquier caso que Cataluña es cada vez un mayor centro de extremismo y tensiones dentro de la comunidad musulmana. Y recuerda que un tercio de las detenciones llevadas a cabo en España en relación con el Estado Islámico fueron en esta región.

20 Minutes apunta que tras los atentados, la comunidad musulmana teme una España menos tolerante. Resalta que en los días posteriores a los ataques terroristas, numerosos musulmanes han expresado su emoción y condena resaltando que el «islam es paz». Pero señala que están expresando también su miedo a que la forma en que los musulmanes eran mirados por la sociedad española cambie «a causa de unos barbaros». Y cita al presidente de la Federación española de grupos islámicos que espera que el país «sepa hacer su parte» para no asimilar a todos los musulmanes con los culpables y evitar que el mensaje xenófobo se extienda.

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El doble atentado terrorista en Barcelona y Cambrils ha desmoronado el «discurso sobre la singularidad catalana» y acabo con la ilusión de que puede ser una «Suiza del Mediterráneo» resguardada de las sacudidas geopolíticas del mundo actual, por lo que va a suponer un punto de inflexión en el proceso independentista catalán. Es lo que sostiene una columna del historiador hispanista galo, Benoit Pellistrandi, en el diario conservador francés. Se apunta que ahora la Generalitat y su presidente Carles Puigdemont igual que las autoridades españolas, «van a tener que estar a la altura» porque la lucha contra el terrorismo «pasa por el Estado de Derecho y la Constitución». Y señala que la violencia del 17A puede servir para que las autoridades políticas recuerden que «sirven al bien común y no a quimeras nacionalistas radicales».

En Le Figaro, Benoit Pellistrandi sostiene que el análisis geopolítico de los atentados de Barcelona y Cambrils no puede ignorar la «coyuntura muy particular» en la que tienen lugar, cuando las relaciones entre las autoridades de Barcelona y Madrid están mas deterioradas que nunca por el proyecto independentista. Además menciona los cambios en el gobierno catalán por no estar suficientemente comprometidos con el referéndum o los ataques a turistas de las últimas semanas. Pero destaca que los ataques son un recordatorio del «principio de realidad» para la Generalitat que estaba centrada en un único objetivo y la imagen de unidad dada por el Rey, Rajoy, Puigdemont y Colau tras los ataques tiene mucha fuerza simbólica y marca un punto de inflexión en la crisis catalana.

La columna señala que los ataques «desmoronan» el discurso de la singularidad catalana y la «ilusión» de que podrían ser una «Suiza del Mediterráneo, neutra y resguardada de las grandes sacudidas geopolíticas actuales». En este sentido asegura que los atentados evidencia que Cataluña, «española o no» es una realidad occidental y por eso es «odiosa» para el terrorismo yihadista. Por eso advierte que tanto la Generalitat como su presidente van a tener que estar a la altura de la situación, igual que las autoridades española, aunque apunta que las primeras señales por este lado son «tranquilizadoras». Considera que la lucha contra el terrorismo pasa por el Estado de Derecho y respetar la Constitución del 78. Por eso asegura que los ataques de Barcelona y Cambrils marcan un «antes y un después» en la causa independentista y pueden provocar «un bien si las autoridades políticas recuerdan que sirven al bien común y no a quimeras nacionalistas radicales».

Le Figaro es un diario francés de ámbito nacional que se edita desde 1826. Es el más antiguo de Francia y una de sus cabeceras más Pertenece a Groupe Figaro y fue comprado en 2004 por Serge Dassault, presidente del grupo armamentístico del mismo nombre. Su difusión en 2016 segun la OJD es de 315.172 ejemplares. Su línea editorial es de derecha o centro derecha y recibe subvenciones públicas del Estado. Es también conocido como el diario de los Académicos porque en sus páginas han escrito Balzac, el Baron de Coubertin, Baudelaire, Proust o Dumas.

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