¿Es el conflicto de Palestina igual que el del Sahara Occidental? ¿Puede España tener una posición que sea un referente en cuestiones de geopolítica internacional, por ejemplo apoyando la denuncia de Sudáfrica en la CIJ ? ¿O cómo se gestionan las contradicciones de formar parte de un gobierno que aprueba medidas que van en contra de lo que defiendes? En este episodio de La Cafetera de Radiocable.com intentamos responder a estas cuestioness entrevistado a la diputada Tesh Sidi (Sumar) nacida en un campamento saharaui en Tinduf, ingeniera informática y cuya bandera política es la defensa de los DDHH.

Además repasamos noticias de actualidad como la últimas revelaciones sobre la «Operación Catalunya» y la guerra sucia del PP contra el independentismo, la presencia de Zelenski en Davos, el discurso de un eurodiputado estonio pidiendo que la UE repatrie a los 800.000 ucranianos que salieron del país para evitar ir a la guerra o las primeras huelgas en el espacio. Y en la Sobremesa Cafetera debatimos con la audiencia sobre si se debe prohibir el acceso de los menores de edad a contenidos para adultos y pornografía.

Nacida y criada en un campamento de refugiados saharauis en Tinduf, Argelia, Tesh Sidi es ingeniera informática, experta en Big Data financiero y desde 2023, diputada en el Congreso por Sumar desde Mas Madrid en donde destaca por su lucha en favor de los derechos humanos. Y menciona la anécdota simbólica de que su nombre no fue, por error, mencionado en el Congreso el día de que tomó posesión del escaño, algo que apunta «es como una metáfora de lo que le sucede a muchos migrantes o al pueblo saharaui. Es un pueblo olvidado, silenciado de alguna manera… pero es que los procesos burocráticos y administrativos hacen que las personas migrantes se vayan invisibilizando.»

También habla de las contradicciones que supone para ella, siendo saharaui, formar parte de un gobierno de coalición que aprobó un giro en política exterior respaldando el plan marroquí para el Sahara: «La investidura supuso para mi un conflicto moral, pero siempre he defendido entrar en la política institucional. El pueblo saharaui hace política desde que nace para ganar derechos y hay que estar dentro para cambiar las cosas. Porque si no, no se transforma nada». Y apunta que aunque la carta de Pedro Sánchez apoyando a Marruecos no tiene un carácter jurídico que cambie la naturaleza del conflicto fue «chocante» y defiende que «hay que batallar por el cambio y volver a la legalidad internacional».

La diputada de Sumar/Mas Madrid defiende además una mayor implicación de España en la guerra de Gaza: «Cuando intentas explicar que el conflicto del Sahara Occidental es lo mismo que el de Palestina, te dicen que no es igual porque en uno están muriendo miles de personas. Pero me pregunto, ¿entonces hay que poner muertos encima de la mesa para catalogar la importancia de los conflictos? Porque la naturaleza de ambos es la misma: colonial y de pueblos oprimidos». Y sostiene por ejemplo que España debería apoyar la demanda de Sudáfrica contra Israel en la CIJ:  «Unilateralmente puede que no consiga tanto como la UE frente a EEUU, pero puede dar ejemplo para que otros países se puedan adherir a la petición y apoyar a Sudáfrica. España puede ser referente en esta materia dentro de la UE y esto representaría a la ciudadanía, que lo está pidiendo en las calles».

Sobre las contradicciones a las que se puede ver enfrentada al ejercer la política, Tesh Sidi apunta: «Ser diputada novel tiene la parte positiva de traer la mirada fresca de sociedad civil a la política, pero hay que explicar lo compleja que es esta actividad. Hay una línea y no es que dejes de ser activista, pero tiene que asumir otro rol. Hay que ser muy duro y consecuente en seguir batallando y en dejar en evidencia a quien no cumple sus promesas. Yo intento hablar de rendición de cuentas y de educación política sobre lo que se vota y explicar porqué no se ha alcanzado cierto objetivo. Pero hay que ser persevarantes, porque la política es una carrera de fondo donde no hay que perder el objetivo final».

Y señala que aunque a veces hay que «tragar sapos», también se consiguen consensos y logros para contentar a tu electorado y cita la utilización de las lenguas en el Congreso, la reforma del artículo sobre discapacitados o la subida del SMI como ejemplos. Defiende asimismo la importancia de que el activismo tenga claro que sin presión en la calle no se consiguen avances en política. Y aboga por no perder nunca la esperanza aunque haya situaciones tan difíciles como las del pueblo palestino «que sufre un genocidio ante la inacción política. Pero es una batalla que hay que seguir. Buscar otras vías de resistencia y pasar a otras vías de incidencia política mucho mayor».

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