España es el destino preferido de las francesas para tratamientos de fertilidad. Y no sólo de las francesas. España concentra cerca del 40% del turismo reproductivo y la cifra sigue aumentando. Aunque no hay estudios específicos sobre el número de bebés extranjeros engendrados en las clínicas españolas, en 2013, de las más de 6.000 mujeres que recurrieron a la ovodonación del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), la mitad eran extranjeras.
Italianas, francesas, alemanas e inglesas son las que más vienen. Y el motivo principal no es tanto el coste, como la legislación: España es uno de los países más avanzados en este campo y muchas técnicas prohibidas o complejas en otros países, son habituales en la Península.
Pero en Francia, la popularidad de las clínicas españolas ha provocado varios debates en el sector sanitario. Algunos medios han profundizado en el asunto y puesto de relieve esa realidad: muchas francesas optan por la vía española para engendrar hijos mediante métodos de fertilidad asistida. El gobierno galo acaba de hecho de modificar la legislación sobre donación de óvulos por la presión interna, pero en varios artículos se destaca que España va muy por delante de Francia en este campo.
En el IVI de Valencia, quizá el centro más famoso de España, el grueso de las pacientes siguen siendo españolas, 80-85%, pero las francesas suponen ya el 5% del total y aproximadamente el 25% de las extranjeras que acuden al centro. Hasta el punto de que incluso tienen una ginecóloga francesa, la doctora Cécile Gallo para atender a las pacientes francófonas.
La revista Yagg entrevistó a la doctora Gallo para averiguar ¿por qué las francesas van a España para los tratamientos de fertiliadad? La ginecóloga explicó que la mayoría recurre a España porque ofrece técnicas que no son accesibles o son mucho más complejas en Francia, en particular la donación de ovocitos. Pero también vienen pacientes por la vitrificación ovocitaria, que no es legal en Francia, y sí en España, o porque el IVI tiene mejores resultados en tratamientos convencionales de fertilidad. «Yo descubrí una manera diferente de entender las técnicas de procreación en España y me gustó. También hay diferencias técnicas, de calidad de laboratorio y de resultados», asegura.
En el artículo también se resaltan las diferencias culturales que hacen de España, según Cécile Gallo, un país mucho más libre donde los tratamientos de fertilidad son accesibles a todo el mundo y no hay tabús al respecto mientras Francia es un país más normativo y encuadrado por el Estado. La ginecóloga incluso afirma que España se ha liberado del peso de la religión católica en temas sociales y es mucho más permisiva.
Le Monde destaca que las francesas van a España para congelar sus óvulos. Explica que en Francia la técnica de congelación de ovocitos está prohibida por lo que cada vez es más frecuente que las francesas vayan al extranjero a hacerlo. Y España es uno de los destinos principales. El texto recoge el testimonio de Valérie Vernaeve del grupo Eugin que dispone de dos clínicas en Barcelona que dan el tratamiento y que revela que cerca del 50% de las pacientes que lo solicitan son francesas. «La curva de demanda es exponencial», añade.
TFI dedicó un reportaje a una mujer francesa que hizo congelar sus embriones en España y ha tenido a su hijo. Y apunta que cada vez más francesas llevan a cabo esta práctica en España y también en Bélgica para poder convertirse en madres en el momento que ellas elijan, independientemente del reloj biológico. Señalan que Florence, la mujer del reportaje, probablemente no hubiera podido tener a su hijo de no haber recurrido a la congelación.
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