Antoni Gurguí, miembro del Consejo de Seguridad Nuclear, concedió el pasado día 29 una entrevista a EL PAIS en la que sostenía que no vió «ni un atisbo de presiones políticas ni de división en función del partido político que propuso a cada consejero». Guirguí, en un intento de justificar la decisión afirmó:
«Incluso si hubieran puesto a alguien propuesto por Greenpeace, habría avalado la prórroga», dijo el pasado día 29 de julio
Hoy, Juan López Uralde, Presidente de Greenpeace España, contesta en una carta titulada «Falta de transparencia» en EL PAIS a Guirgí :
«…El CSN lleva en los últimos años una política de apoyo a la energía nuclear, como puede verse en las sucesivas declaraciones públicas de sus consejeros y presidentes, algo que es contrario a la propia ley y al espíritu por el que se creó este organismo. Las declaraciones de Gurguí siguen esta misma línea pronuclear. Difícilmente en este contexto podría tener siquiera cabida un consejero, no ya de Greenpeace, sino que cuestionase, o simplemente no apoyase, la energía nuclear.
«Precisamente tuvo que ser Greenpeace quien denunciara el escape radiactivo producido por Ascó I en noviembre de 2007, y que fue ocultado tanto por la central nuclear como por el propio CSN.
El CSN ha evitado poner en marcha el consejo asesor que por ley debiera estar funcionando desde septiembre de 2008. Este incumplimiento legal ha tenido por único objetivo evitar que personas u organizaciones independientes de la industria nuclear tuvieran el más mínimo acceso o influencia en la decisión del CSN sobre el futuro de Garoña
[sigue Juan López de Uralde en EL PAIS]