El pasado 14 de agosto, la revista británica The Economist publicó un texto con ese titular: ??Bancarrota española: Un montón de viviendas por vender?. El subtítulo no era menos apocalíptico: ??La antigua estrella de la eurozona declina en toda Europa?.
Lo realmente llamativo de esta crisis es que nunca una crisis había tenido tantas sirenas de alarma. Llevábamos años advirtiendo de que este nivel de construcción de casi un millon de viviendas/año era insostenible. Muchos, y no precisamente astrólogos, ya dijimos que la burbuja estallaría en mil pedazos, que los precios se desplomarían, que la economía se vería arrastrada. Culpar a Zapatero de la situación es ridículo, mucho más cuando sabemos perfectamente quien fue la persona que dió gasolina a promotores y constructores: Aznar. The Economist, en todo caso continúa:
?? Construcciones a medio terminar y casas vacías se han convertido en monumentos del drama económico que vive España. Un importante grupo inmobiliario, Martinsa Fadesa, se declaró en quiebra el mes pasado. Miles de compradores temen ahora que es posible que nunca vean terminadas sus propiedades o, lo que es peor, que no se les reintegre su dinero?.
??Las tradicionales vacaciones estivales españoles también se han visto trastocadas. El mes de agosto, generalmente tranquilo, fue interrumpido esta semana cuando el presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, convocó un gabinete de urgencia para discutir las maneras de afrontar el declive económico. Todo esto se produjo cuando el índice del paro alcanzó el 10,4%, la inflación subió al 5,3% , cifra que no se registraba desde hacía quince años, y el crecimiento del PIB se atascó justo por encima del cero. De todas formas, no hay muchas cosas que el gobierno pueda hacer pues incluso su margen fiscal de maniobra es limitado. Pedro Solbes, ministro de Economía, declaró atribuladamente justo antes de las vacaciones que ?? no hay medidas mágicas???.
??El problema de España no es que esté sufriendo más que otros países europeos, sino que antes estaba haciendo las cosas mucho mejor que los demás. Henchida por los créditos baratos y la burbuja inmobiliaria, se convirtió en un país adecuado para hacer dinero. Empresas como Vodafone, que dependían de estos factores para su crecimiento, ya no están obteniendo lo que esperaban. Los extranjeros tampoco están comprando inmuebles en el Mediterráneo, pero tampoco lo hacen los españoles?.