Estoy muy impactado con las fotografías del pueblecito indígena aislado que ha sido retratado entre Brasil y Perú.
Hay una imágen, de las tres que se han distribuido, que me provoca una inquietud especial. Dos personas cubiertas de pigmento ocre tratan de proteger su pequeño mundo tensando sus arcos contra el helicóptero que les fotografía. Junto a ellos una tercera figura, en ademán defensivo, observa al aparato. Son tres guerreros, elegidos para defender a sus familias.
La imágen que se ve es impactante, pero la que no se ve, la que se deduce, lo es todavía más: un pueblo pequeño, abrazado por el terror, agazapado tras los árboles, observa la secuencia temeroso de su destino.
Este pasaje, breve para nosotros, casi minúsculo, formará parte de sus vidas para siempre generación tras generación.
Viendo la fotografía deberíamos recapacitar sobre la enorme responsabilidad que tenemos de escapar de las viejas creencias coloniales. Hoy, algunas de las tribus que permanecen aisladas han elegido permanecer así, seguir viviendo en armonía con la naturaleza pese a que día tras día, madereros, colonos y terratenientes tratan de robarles su elección.
Porque no hay que engañarse, los seres humanos autodenominados «del mundo desarrollado» somos la esencia de la destrucción: invadimos, esquilmamos tierras y recursos, robamos posesiones, y nos otorgamos autoridad para expulsar de sus hogares a esos moradores. Creemos que nuestra vida no es un modo, sino un modelo.
«hay más de 100 pueblos indígenas aislados en el mundo, y más de la mitad de ellos se encuentran en Perú y Brasil. Todos ellos corren el grave peligro de ser expulsados de su tierra, asesinados y diezmados por enfermedades desconocidas para ellos», dice Survival.
Nosotros, que expoliamos día a día sus posesiones, tenemos la responsabilidad de proteger su mundo. De lo contrario, como señala Ana Belén en el vídeo de Survival:
«otro pueblo otra forma de ser , otra pequeña pieza de la asombrosa diversidad humana se habrá ido para siempre».
Y no, no podemos permitir que esto vuelva a ocurrir.