No sabía que en España hubieramos tantos catedráticos en comunicación no verbal, estética, moda, peluquería y teoría del discurso.
No es extraño. Todos lo somos un poquito. Vivimos en un país acostumbrado a gritarle al seleccionador de fútbol que no tiene ni puta idea de componer un equipo. Así es la Universidad de la vida. Como todos los ciudadanos españoles -muy diferentes de los estadounidenses, que nacieron con la sapiencia de Hollywood-, yo estoy iniciándome también en este arte del comentario de texto. Por el momento, no sé si las cejas de Zapatero estaban acentuadas o si se está mimetizando con Frodo. No sé qué corbata funciona mejor en televisión, ni si las mangas ridículas y diminutas de Rajoy fueron un acierto de la ingeniería no verbal o un simple error de fondo de armario:
-..»Querido, mira a ver si te cierra esta, que te hace más delgado»
Cuando visitamos a Zapatero en Moncloa una de las cosas que le preguntamos fue cual había sido el consejo más inisistente de su asesor. Zapatero vino a contestar algo así como : «El problema es que ahora los asesores salen de todas partes», que es una forma elegante de decir que el problema de «la opinión» es que es como el culo: que todos tenemos uno. Elevar esto a categoría de ciencia, es lo que me suscita más dudas.
Una experta en imagen decía en Cuatro tv que Zapatero mostraba una cierta inclinación hacia la izquierda en sus movimientos, lo que conduce a pensar que busca el consenso. Rajoy -añadía- se inclina sin embargo hacia la derecha, lo que significa unas ciertas dosis de autoritarismo. Y digo yo que para saber eso, tampoco hacía falta un master.
Finalmente todo esto nos conduce a una conclusión atroz: La realidad es secundaria, lo importante es la credibilidad. Si ofreces mucha, vendes mucho crecepelo, si tienes poca, te vuelves con la carreta.