El periódico francés Le Monde, entre otros diarios internacionales que también lo hacen, lleva hoy, con un gran despliegue, la Memoria Histórica española a sus páginas:
??El Vaticano -dice Lemonde- corre el riesgo de despertar los demonios de la Guerra Civil. Entre 1987 y 2001, Juan Pablo II ya reconoció como ??mártires?? a 471 víctimas, todas ellas nacionalistas y franquistas. Pero, mientras que la Iglesia española lleva ya tres años echando un pulso al gobierno socialista de José Luís Rodríguez Zapatero por sus reformas (matrimonio homosexual, entre otras) y cuando incluso el gobierno desea la adopción de una ley que rehabilite a las víctimas republicanas de la Guerra Civil y de la dictadura de Franco, esta beatificación en masa parece una provocación?.
??La iglesia se defiende. Para ella, esta manifestación religiosa no tiene nada que ver con los avatares de la política española y con las relaciones iglesia-Estado. […] La opinión pública católica no se muestra unánime ante este culto a los ??mártires??, considerado delirante por algunos sectores?.
No es el único artículo en Lemonde, Cécile Chambraud firma otro sobre el mismo tema e insiste también en la poca idoneidad de la beatificación:
«El Vaticano no podía haber elegido un momento más polémico -dice- para beatificar a 498 ??mártires?? de las persecuciones religiosas acaecidas durante la Guerra Civil…
Pero sin duda es Die Tageszeitung, el periódico aleman, el que va más lejos en su editorial:
??Los arzobispos españoles no han aprendido nada. La beatificación de 498 mártires de la Guerra Civil demuestra que la Iglesia Católica española aún se encuentra anclada en el mismo lugar en el que estaba durante la dictadura de Franco: en el ??nacional-catolicismo?. Todas las víctimas fueron asesinadas ??en actos de violencia que, aunque puedan explicarse, resultan imperdonables?? por aquellos que defendían la República. Pero aunque la Iglesia tenga miles de mártires que lamentar, esto ni mucho menos la convierte en una víctima. Aunque a los arzobispos les guste tanto perfilarse como tales. La Iglesia Católica española ha sido siempre una de las más reaccionarias de Europa?.
?Con la ceremonia del próximo domingo demuestra una vez más que 32 años después de la muerte del dictador Francisco Franco sigue sin haber llegado a la democracia. Todas las potencias de la sociedad española han dejado atrás su transición. Los arzobispos son la única excepción. A quién puede extrañar entonces que las misas en España cuenten cada vez con menos feligreses. Lo único que pueden hacer los creyentes ante una Iglesia así es salir corriendo.?