Escuchamos con frecuencia que estando «subsidiada» la gente se acomoda y no busca empleo.
«Aznar destacó que cuando un parado rechaza tres veces un empleo «no se puede obligar a los demás a que sigan pagando la insolidaridad» (…) Para Aznar algunos entienden la ayuda al paro como «una especie de salario y que todo sale del aire» (abc, 25-4-2002)
Dicen, cuando argumentan eso, que hay estudios, y múltiples, que lo confirman.
1) Por cada estudio que dice eso se puede sacar otro afirmando lo contrario. Seguro que UTG o CCOO envían un monton de buena gana si se les pide.
2) Presuponer eso es aglutinar a miles de personas con problemáticas diferentes, únicas, individuales bajo la etiqueda de parados. El síndrome de la tabla de Excel. Un ejemplo: la búsqueda de trabajo no se hace con la misma energía, con la misma pasión ni fuerza con 25 años que con 55, no produce el mismo efecto en el individuo. Y el rechazo ante sucesivas visitas tampoco.
3) El foco no hay que ponerlo en el parado, sino en la oferta existente. Lo primero es que no hay oferta. Lo segundo es que las que hay son de muy mala calidad.
Apliquemos el sentido común. Imagine que es usted periodista . Imagine que en el paro le pagan una buena cantidad, de 2000 eurazos por estar en casa, que ya es imaginar. Puede que rechace la oferta de reponer en un Mercadona, pero ¿No cambiaría esa situación de parado por trabajar en la revista TIEMPO, por ejemplo, por 1500 euros, incluso perdiendo dinero?
En conclusión: la gente no se acomoda con un subsidío, pero sigue anhelando algo más que una oferta basura. Llámalos exigentes.