Hace muchos, muchos años, escuché decir a mi madre que Dalí se mofó de las personalidades y dijo ¡si quieren verme que vengan a mi casa!. Nada de oficinas, ni camisas de color rosa con corbata azul, ni chaquetas grises, ni secretarias educadas. Y así empezó esto, hurtándole una mofa a Dalí.
La mañana fue más oscura que hoy. No es un licencia literaria, lo fue realmente. Hoy, sin embargo, es sorprendentemente luminosa. Eso no significa mucho, pero fue así. Yo la recuerdo mucho más oscura, y hoy, cuando nos hemos vuelto a encontrar, apenas nos reconocíamos. A ella los 10 años no le han sentado mal.
Casi todo está contado ya en nuestra pequeña historia, pero no todo. No todo aún, porque nos faltaba, me faltaba, dar las gracias a quienes nos han ayudado. Y creedme, las cosas no sobreviven mucho tiempo sin dar las gracias.
Radiocable.com nació sin el deseo de ser una «Empresa de Comunicación». Y eso que entonces ya se hablaba de la burbuja tecnológica y los roedores del capital salían de las piedras buscando trozos de queso. Radiocable recibió sorprendentes ofertas, algunas de ellas son conocidas e incluso fueron publicadas por la prensa. Pero habíamos hurtado un sueño diferente. Y bueno, no es que seamos gran cosa, pero somos libres.
Así que aquel día 14 de mayo de 1997 comenzaron las emisiones diarias de radiocable.com. Mi primo Gabi y mi primo Curro me habían ayudado unos días antes porque hubo cosas imposibles de resolver. Las personas cercanas son siempre quienes más ayuda prestan. Radiocable no podría haber existido sin ellos y tampoco sin Virginia o Maca, mis hermanas.
El papel de mi madre, ya lo he dicho, fue fundamental, pero no sólo en el concepto sino en el valor. Yo dejé el trabajo que tenía, -sería más apropiado decir que el trabajo me dejó a mí- y tuve que pedir un crédito de 300.000 pts para comprar un pentium 200. Nunca había navegado por Internet. Además, en una casa en la que el dinero no salía de las paredes, abandonar aquel trabajo era algo más que un riesgo. Pero mi madre jamás lo dijo. Incluso limpiamos juntos las paredes del dormitorio, con una esponja, el día que Alberto Ramos, de Antena 3 fue a grabar allí. Entonces, pintar era un lujo. Aquella fue la primera vez que radiocable apareció en televisión. Hoy, tanto ella como Virginia trabajan en el equipo de radiocable…. [sigue]