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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

 

La semana pasada adelantamos ciertos datos en twitter que han provocado un inexplicable revuelo, -habida cuenta de que ni siquiera habíamos profundizado en ellos.

Se trataba de la encuesta elaborada por Metroscopia, cuyo extracto publicó finalmente el domingo el diario EL PAIS, y que merece ser observada detenidamente. En ella se recoge el deterioro en la valoración que hacen los ciudadanos sobre gobierno y oposición. Sin embargo, si destacado es el deterioro que sufre Mariano Rajoy, el de Alfredo Pérez Rubalcaba es simplemente demoledor.

Según los datos, un 70% de los votantes del PP aprueban la gestión de Rajoy, mientras que un 20% la desaprueban. El desencanto es creciente desde que gobierna (empezó con una desaprobación del 4% y ahora está en ese 20%) , lo cual resultaba previsible por la desorientada gestión que está haciendo el PP de la crisis y la forma en que se ha agudizado desde las elecciones.

Pero ¿cómo es posible que el líder de la oposición empeore esas valoraciones? Según Metroscopia el 47% de los votantes socialistas aprueban -en junio- la gestión de Rubalcaba como líder de la oposición, mientras que el 49% de sus votantes la desaprueban (Rubalcaba empezó con una desaprobación ¡ del 24% ! que ahora, sin gobernar ¡ha subido hasta el 49% !)

Hemeroteca: 21 oct 2010 . El Pais proclamaba la elección de Rubalcaba como salvador del proyecto socialista

El cuadro de confianza es todavía más inquietante, si cabe. Al 78% de los españoles no le inspira ninguna confianza Rajoy, frente al 20% que si le inspira confianza. De nuevo es fácil atribuirlo a la gestión sin rumbo al frente de la crisis, a la falta de resultados, a sus propias carencias, y las medidas que ha tomado contra sus promesas electorales.


(Datos metroscopia febrero-junio)

Pero, ¿cómo explicar que Rubalcaba, el líder de la oposición, empeora su valoración mes a mes cuando ni siquiera gobierna? Al 85% de los ciudadanos, Alfredo Pérez Rubalcaba le inspira poca o ninguna confianza, mientras que al 14% le inspira mucha o bastante. Y la evolución ha sido igualmente inquietante: empezó hace cinco meses con un 67% de desconfianza:

(Datos metroscopia febrero-junio)

Difícilmente podrán ya atribuirlo a Zapatero.

No es sorprendente que una crisis económica de esta naturaleza acarree el deterioro de lo institucional. Los grandes partidos están muy expuestos a la desconfianza. Sin embargo hay mucho de responsabilidad en esa clase política que ha dejado de escuchar a la calle.

Esto ha quedado bien retratado tras la intervención de Bankia. Los esfuerzos de gobierno y oposición -tanto implícitos como explícitos- por evitar la comisión de investigación no han pasado desapercibidos a la ciudadanía.

El PSOE pudo haber exigido desde el primer momento responsabilidades judiciales tanto para Rato, para Blesa, como para todos aquellos supervisores implicados, incluidos los consejeros, si así lo determinase la justicia. Pero el temor a incomodar amigos, destapar favores, intereses propios y viejos réditos ha llevado al partido a pedir con la boca pequeña una sutil comisión de investigación.

Son los males de un partido cuyos dirigentes tienen la mochila demasiado cargada por los años y la experiencia.

Según publicaba estos días Elconfidencial.com , «Rubalcaba ya ha comunicado a sus colaboradores más cercanos su absoluta determinación de ser el candidato» en las próximas elecciones generales.

Desde luego si la tendencia en las encuestas sigue siendo esta, el futuro es de lo más previsible, salvo que Rubalcaba espere llegar al poder por efecto del Síndrome de China, o en coalición con Rajoy que tampoco es muy traquilizador.

 
10-6-2012

La hemeroteca es cruel con frecuencia. La declaración de Zapatero se produjo en Nueva York, en septiembre de 2008, en un acto organizado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España. Y la frase la pronunció ante directivos de multinacionales y bancos de inversión americanos; ante los altos directivos de empresas como Pfizer, IBM, Hewlett Packard, Microsoft, Xerox, Boeing, General Dynamics, Philip Morris, Dow Chemical, Google, Merrill Lynch, Bank of America o Citigroup.

 

24-9-2008

El entonces Presidente del gobierno describió a España como «un país joven, con una visión positiva de sí mismo y de su futuro»…Zapatero calificó al sistema financiero español como «el más sólido del mundo«, y aunque reconoció dos problemas: el «exceso» del sector inmobiliario y el elevado déficit exterior, aquella frase marcó su visita…

Puede que entonces el sistema financiero español fuera muy sólido…pero solo unos años más tarde Europa tuvo que ofrecer 100.000 millones de euros para rescatarlo.

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La de septiembre no fue la única declaración desafortunada

El ejército de abogados del Estado que prometía sacar a España del ostracismo de Zapatero, recuperar la cualificación y devolver la confianza a los mercados, no ha tardado ni cinco meses en colocar al país al borde del colapso. ¿Tendrá consecuencias políticas?

El corresponsal del periódico alemán Tageszeitung señalaba esta semana en radiocable.com que políticamente «Rajoy no resistiría un rescate como el de Grecia o Portugal?. Reiner Wandler afirmaba que si España requería una intervención plena sería ??el fracaso del gobierno? para el que no serviría apelar a la herencia de Zapatero.

En España también se está produciendo ese debate y sorprendentemente periodistas tan cercanos a la derecha como Pedro J Ramírez, han manifestado ya que un rescate deslegitimaría al gobierno Rajoy. Incluso Luis María Ansón lo publicó esta semana:

«Mariano Rajoy lo tiene claro. (…) Sabe sin lugar a dudas que la operación de rescate o de intervención significaría dar por amortizada la legislatura y él quedaría escabechado, sin otra opción que largarse con viento fresco o convocar nuevas elecciones generales» -escribió. (Aquí completa)

Llegados a ese punto el gobierno hará lo posible por evitar el término, por minimizar el impacto del concepto, e incluso por utilizar algún eufemismo como el que Nacho Escolar propone hoy en twitter:

«Rajoy, te regalo un eufemismo para lo del rescate: España atrae inversión extranjera».

Pero ¿será eficaz más allá de las tertulias? Una intervención es un asunto muy serio, que empujará a importantes esfuerzos a los ciudadanos y cuyas consecuencias se notarán muy pronto.

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¿Cómo atribuirlo a la herencia recibida después de la nefasta gestión de la intervención en Bankia? Hasta Bruselas criticó duramente la gestión política de la nacionalización. ¿Cómo explicar la sucesión de contradicciones e improvisaciones en los análisis? ¿Cómo recurrir al despilfarro de Zapatero después de conocer que CC.AA. del PP -entre ellas Madrid- habían ocultado y maquillado sus cuentas?

Es dificil saber si un rescate -total o parcial- puede llevarse a un gobierno por delante. Pero este país va camino de ser más pobre, mas débil y menos serio que hace un año y debería, por lo menos, servir para introducir algo de humildad en la clase gobernante.  Resulta que no era tan facil.

El 11 de septiembre del año 2003 Miguel Ángel Fernández Ordoñez publicó un artículo en el diario EL PAIS en el que alertaba de los problemas para la economía española del «legado de Rodrigo Rato». «El problema -alertó es que esta vez la salida tendrá que ser muy distinta, porque el sucesor de Rato no podrá recurrir a las devaluaciones para restablecer la competitividad y la política del PP no ha preparado a España para afrontar esa situación….»

«El legado de Rato es el de unos buenos resultados en el corto y problemas en el medio plazo. En el corto plazo, su política de estos años no le ha valido para ser el sucesor, pero le ha servido a Aznar para salir airoso de La Moncloa. Esta obsesión por los resultados a corto plazo también le dará una ventaja a Rajoy frente a Zapatero, y quien gane se encontrará con una primera parte de la legislatura en la que esa expansión de la demanda interna continuará e incluso se verá favorecida por la recuperación internacional. Cuando vemos el crédito hipotecario crecer al 22% y sabemos que la inyección de fondos europeos seguirá hasta el 2006, el diferencial de crecimiento, debido a la demanda interna y concentrado en la construcción, puede mantenerse algún tiempo. El problema es lo que sucederá cuando la droga de la demanda interna se agote. Entonces aflorará la parte negativa del legado de Rato

(…)

Los actuales excesos de demanda interna no son nuevos en la historia económica española. Los hemos visto surgir periódicamente durante los últimos cincuenta años y, aun siendo más graves, hemos salido de todos ellos. El problema es que esta vez la salida tendrá que ser muy distinta, porque el sucesor de Rato no podrá recurrir a las devaluaciones para restablecer la competitividad y la política del PP no ha preparado a España para afrontar esa situación. Hubiera sido necesario centrar los esfuerzos en las políticas de productividad y competitividad, y esto es lo que no ha hecho Rato, y es lo que el sucesor descubrirá a mediados de la próxima legislatura. Si Zapatero es el próximo presidente, dirán que el problema se debe a los socialistas, pero, ¿y si es Rajoy?»

El programa El Intermedio (La Sexta televisión) bucea en la hemeroteca y recopila diversos artículos de prensa sobre el trato que recibía el gobierno de Zapatero cuando se desataban crisis internacionales… Entre ellas, la primera que destaca, la crisis del Pepino, que sirvió a la oposición y a ciertos medios para poner el foco sobre la debilidad del gobierno.
El Intermedio contrapone aquellas portadas y artículos, con las que ha recibido ahora el PP durante la crisis de Repsol YPF en Argentina. De responsables a víctimas…

En el año 2003 se inició el debate público sobre el peligro de la incipiente burbuja inmobiliaria.  Políticos como Rodrigo Rato, Luis de Guindos, e incluso Cristobal Montoro  negaban su existencia.

Un entonces desconocido economista llamado Miguel Sebastián alertaba desde las páginas del diario EL PAIS del peligro que suponía para la estabilidad del sistema financiero:

«…los precios pueden caer en algún momento del futuro, provocando un «efecto riqueza» negativo. La expectativa de dicha caída podría provocar una venta de viviendas, alimentando la espiral contraria. (…) el endeudamiento hipotecario ha alcanzado tal nivel que una caída de dichos precios podría afectar negativamente a la estabilidad del sistema financiero.

¿Qué se puede hacer frente a este fenómeno en un país en el que parece que ya hay exceso de ladrillo y no se puede prometer más construcción masiva? Lo primero, hablar de ello. Mencionar la burbuja puede frenar las expectativas de revalorización y, con ellas, la demanda. En España, el Gobierno ha mostrado irritación al oír hablar de la burbuja inmobiliaria, un tic antidemocrático que recuerda al del Gobierno chino, que de entrada negó el SARS y sólo pudo empezar a atajarlo con su reconocimiento público. En segundo lugar, evitar estímulos adicionales a la demanda como «las ayudas a la compra de vivienda», frecuentes en las campañas electorales…»

Miguel Sebastián. «El ladrillo y la burbuja» El Pais 22 de junio de 2003

 

Entrevista sobre radiocable.com ayer en «Asuntos propios», el programa de RNE que dirige y presenta Toni Garrido. La entrevista tuvo lugar con motivo del 15 aniversario de radiocable.com.

«Rodrigo Rato también descartó enfatizadamente la existencia de una burbuja especulativa en el precio de la vivienda, alegando que la subida que vienen experimentando los precios es similar a la registrada en otros ciclos económicos alcistas. Dicho esto, admitió que ‘hay un problema’ con el precio de los bienes inmobiliarios, algo que se agrava por ‘la falta de dinamismo’ del mercado inmobiliario del alquiler. ‘No estamos ante una burbuja, pero estamos en una demanda muy poderosa que se mantiene, aunque se está moderando en el tiempo’,

[26-6-2003 en Cinco Días, sigue leyendo aquí]

Dos años antes, la revista británica «The Economist» había advertido de que los precios en España alcanzaban cotas «insostenibles».