¿Y ahora qué?
Las fuerzas sirias abren fuego contra cientos de manifestantes en Deraa
Las fuerzas sirias abren fuego contra cientos de manifestantes en Deraa
La presentadora del Canal 24 Horas de TVE, cometió ayer un error al referirse en antena a Alfredo Pérez Rubalcaba como ??presidente? en lugar de referirse a él como ??vicepresidente?. Una anécdota sin importancia que El Mundo, y otros tantos periódicos elevaron a categoría de noticia.
Pues Nacho Escolar en su blog ha encontrado otros gazapos que no parecieron importarle tanto al PP:
«…Sería un simple gazapo más para cualquier programa de zappings de no tener una oposición como el PP, que aprovechó el chascarrillo para atacar, sin rubor alguno, a la mejor televisión pública de la historia de España.
??Los españoles no se merecen un servicio público que manipule de forma tan descarada?, aseguró el portavoz del PP en la comisión de control de RTVE en el Congreso, Ramón Moreno. […]
Sin embargo -explica Escolar-, no es la primera vez que un gazapo televisivo convierte en presidente del Gobierno a quien no lo es. Atentos a este error en un rótulo de hace unos meses. Curiosamente, el PP no vio entonces mano negra alguna.
Los ecos de la participación española en la intervención de Libia han llegado hasta Italia, pero eso sí, recogiendo las tesis y el enfoque de la prensa conservadora española. El periódico italiano La Repubblica publica un texto de Anais Ginori titulado: ??El nuevo pacifismo. Palomas en la derecha, halcones en la izquierda?; ??Políticos e intelectuales desempeñan papeles diferentes respecto al pasado, cuando juzgaron la misión en Irak?.
??Cuando se produce una guerra se reproducen la laceraciones del pueblo de la izquierda. Pero hoy todo cambia. Para algunos el apoyo a los rebeldes de Bengasi es necesario. En cambio, los Verdes alemanes critican a Merkel por no haber participado en la coalición. Para otro destacado exponente de izquierda, Cohn-Bendit, se arriesga repetir el error del 36 cuando la España democrática fue dejada sola. El ejemplo de los nuevos intervencionistas de la izquierda llega precisamente de España con Zapatero, el ex pacifista convertido a la guerra en Libia. Es ??plenamente legítima?? la participación española en la operación internacional militar en Libia. Lo ha dicho el presidente del gobierno español ante el Parlamento de Madrid. Fue precisamente él, en 2004, apenas elegido, quien ordenó la retirada de las tropas españolas de Irak?.
Cuando España anunció que participaría en la intervención, la prensa conservadora se lanzó de forma muy habilidosa y rápida contra Zapatero. No cuestionaban la intervención en sí, sino que trataban de saldar viejas vendettas de su admirado Aznar. Lo sorprendente es que la prensa italiana haya caido en ese enfoque.
Lo primero que tengo que decir es que soy contrario a toda intervención bélica por el mundo, así en genérico, y lo segundo que no. Libia no es lo mismo que Irak, aunque lo digan Pedro J, el ABC, La Razón, Intereconomía o La Gaceta.
Existen, sí, poderosas razones para oponerse a la intervención militar en Libia:
La principal es que las certezas en tiempos de guerra ocultan siempre mentiras para anestesiar a la opinión pública. La segunda es que ya ni siquiera sabemos quienes son los nuestros, si es que un día lo supimos, pues el blanco y el negro no suele ayudar a comprender el mundo. Ni siquiera sabemos si quienes encabezan la revolución armada hoy son los mismos que salieron a las calles ayer. La tercera es descubrir que ha sido el barril de Brent quien ha agitado conciencias que llevaban 42 años al servicio del sátrapa porque tampoco se nos olvida que en el mundo hay más de 30 conflictos en los que la población civil no goza de foco internacional. Así están en Zimbabwe, Camerún, en la República democrática del Congo, en Somalia, en Liberia, o en Costa de Marfil, donde sufren abusos igualmente atroces. Entonces ¿por qué allí sí y en otros lugares no?. Por último, una zona de exclusión aérea requiere bombardeos y por tanto es incompatible con el concepto quirúrjico que nos quieren colocar.
Existen poderosas razones también para apoyar una intervención militar.
Primero porque la comunidad internacional no puede llegar tan tarde como llegó a Ruanda, dejando a su suerte a la población civil, especialmente cuando las intenciones de Gadafi, de entrar a sangre y fuego, han sido anunciadas; Segundo porque la comunidad internacional no puede dejar que el ejército de Gadafi se lleve por delante a ciudadanos que solo pedían libertad, derechos y prosperidad frente a un sátrapa que les ha expoliado con nuestra complacencia. Tercero, porque el mensaje de que occidente apoya a los pueblos que piden democracia no se dirige solamente a esos ciudadanos -allí y fuera-, sino a los mandatarios de los paises que pueden venir después y que de lo contrario podrían dudar si utilizar el procedimiento Gadafi para acallarles. Por cierto, algunos, conscientes, se han sumado a la petición de intervención militar, para evitar paralelismos.
Y no, no es lo mismo que la guerra de Irak. En Irak unos tipos se inventaron una mentira, la de las armas de destrucción masiva, para justificar un expolio. Se hizo a espaldas de la legalidad internacional. Aquí tenemos a un satrapa como el anterior, sí, pero que está hoy atacando a la población civil ante los ojos impasibles del mundo.
Además, precisamente la losa de Irak pesa sobre la cabeza de los mandatarios internacionales lo que hace que sus decisiones sean diferentes per se. Por primera vez el mundo árabe apoya una intervención así y Barack Obama ya ha dicho que no habrá ocupación, que no habrá un solo soldado por tierra: «la operación será junto a nuestros aliados árabes» -dijo.
Así está la balanza pero como hay que añadirle unos gramos de pacifismo trasnochado, que diría el director de La Razón, pues lo siento mucho pero soy contrario a la intervención militar.
Sin embargo, en un alarde de creatividad y tratando de expiar sus culpas de apoyo al belicista Aznar, la prensa de derechas trata de fijar hoy semejanzas entre Zapatero, Aznar, Libia e Irak.
Pero ¿es lo mismo retratarse con Ban Ki-moon, líder de las Naciones Unidas, que hacerlo unilateralmente con Bush y con los otros de las Azores. Pues no. No es lo mismo.
Embajada de EEUU en España. Papel desvelado por wikileaks:
«el CNI realizó un informe en 2006 en el que indicó que el golpe más devastador que los yihadistas podrían asestar a España sería atacar una de las centrales nucleares».
Todo esto fue desvelado recientemente por el diario El Pais: El cable afirma que después del 11-M, España «redobló sus esfuerzos para asegurar sus instalaciones nucleares ante un ataque» y destaca que en 2004 aprobó un plan de respuesta ante un eventual incidente nuclear al que asignó 1.682 guardias civiles. Según la embajada, «el CNI realizó un informe en 2006 en el que indicó que el golpe más devastador que los yihadistas podrían asestar a España sería atacar una de las centrales nucleares».
La legación -explicaba El Pais- relata cómo en 2002 ecologistas de Greenpeace ascendieron a la cúpula de la nuclear de Zorita (Guadalajara, ya cerrada) y desplegaron una pancarta antinuclear. Después de aquello, el CSN recomendó que las eléctricas rodearan con un doble vallado las centrales. En 2007, además, Greenpeace llegó por el río hasta la nuclear de Almaraz (Cáceres) y otro la sobrevoló con un paramotor, tras lo cual pusieron alambre de espino en el tejado del edificio. Además, revela el enfado del CSN con el incidente de Juzbado. El responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, explica que tras la protesta en Almaraz el CSN les advirtió muy seriamente de que no lo repitieran: «Nos advirtieron con que peligraba nuestra seguridad».
El 28 de marzo de 1979 el reactor TMI-2, de Three Mile Island sufrió una fusión parcial del nucleo. El desencadenante, dicen los expertos, fue una concatenación de malas decisiones y reacciones humanas tomadas bajo tensión. El reactor quedó inutilizado para siempre y la planta afectada, TMI-2, tuvo que ser sometida a un largo y costoso proceso de descontaminación. No se produjo liberación de material radioactivo y sin embargo el accidente provocó el fin del programa civil nuclear norteamericano. Todas las construcciones previstas se detuvieron sine die porque el impacto para la sociedad fue enorme.
Recientemente el Presidente Bush devolvió el debate a la mesa y Obama lo retomó. Durante años, los lobbies nucleares han estado introduciendo argumentos sobre la seguridad, la invulnerabilidad, la ausencia de accidentes graves, la prosperidad…Ahora, sin embargo, los lobbies pronucleares creen que, en términos de opinión pública, -tras el accidente de la Central Nuclear de Fukushima-, el debate vuelve de nuevo a situarse en el lugar donde lo dejamos en los años 80.
Porque la realidad siempre es testaruda y que la energía nuclear puede ser devastadora es algo que la historia siempre termina recordando.
Poco se puede añadir después de la entrevista de Ana Pastor con Mahmud Ahmadineyad. Todo ya se ha dicho en Internet, donde incluso se ha convertido en Trend Topic de Twitter.
Ana Pastor devuelve la esperanza a esta profesión. Pero su imágen con el velo sobre los hombros y la cabeza descubierta se convierte, además, en todo un símbolo. La caida del velo pudo ser casual y sin embargo retrató con precisión la esencia de Europa.
[entrevista a Ana Pastor en radiocable.com tras su encuentro con Ahmadineyad]
Es difícil saber a estas horas con precisión qué es lo que ocurre en la central nuclear japonesa y cuanta radioactividad se ha liberado, si es que se ha hecho -tal y como fue anunciado-, y quizá nunca lo lleguemos a conocer completamente. Las autoridades se afanan en restar importancia al accidente. Pocos protestan pues los intereses y las complicidades son muchas y por todo el planeta.
Pero si resulta menor la información que recibimos en la televisión de España, entre Belen Esteban, Gran Hermano, etc, … mucho mas lamentable es toparse con los expertos que acuden a nuestras televisiones. Ayer escuché a un catedrático decir algo así como que «al átomo habría que darle las gracias» porque nos permite nuestro modo de vida. El átomo es tu amigo, como si el auditorio estudiase primaria.
Manuela lo explica muy bien en twitter. «Aquí los expertos se eligen por lo bien que explican lo que queremos que digan. Lo de la evidencia empírica…..»
Y no, no se trata de que en la prensa extranjera estén dando la razón desde el minuto uno a quienes defendemos que la energía nuclear debe esperar. Sino que, por lo menos, la información se da al minuto, sin carga ideológica, y contrastando con expertos la versión que da el gobierno japonés y que en España nos limitamos a dar por buena. Y a veces coinciden, y otras no.
Yo tengo una pregunta, por ejemplo. No es lo mismo la fuerza en el epicentro del terremoto, que unos kilómetros más allá. Las Centrales se diseñan con una resistencia determinada, calculando que el epicentro nunca estará exactamente debajo. Y si no está debajo, un terremoto llega con menos fuerza. ¿Cuanto debía resistir la central? ¿Cual fue le dimensión que resistió realmente?
El argumento más recurrente estas horas: no se puede prescindir de la energía nuclear, un accidente así nunca ocurre; es que es un terremoto histórico…y el mejor: no hay que poner freno al progreso:
Pues eso, no pongan freno al progreso con justificaciones pueriles.
¿El progreso? :
(la foto es del Washington Post)
Todavía no conocemos con precisión el alcance de la emergencia nuclear de Japón, pero es fácil certificar algunas cosas.
Lo sucedido en las centrales nucleares allí es muy ilustrativo sobre la naturaleza humana. Comentaba anoche con Juan López Uralde, -Equo-, la capacidad que tenemos para olvidar, para seguir retando a la naturaleza, para seguir cerrando los ojos a los peligros de una energía que no somos capaces de dominar completamente. ?jala los ecologistas se hubieran equivocado, pero no lo han hecho.
En julio del año 2007 un terremoto agitó también las entrañas de Japón. Afectó a otra Central Nuclear, la de Kashiwazaki-Kariwa que vertió una cantidad de unos 1000 litros de agua radioactiva al mar. Las autoridades primero lo minimizaron y posteriormente se vieron obligados a reconocer su importancia.
La opacidad de sus responsables siempre es parecida. Da igual que hablemos de Japón o de Alemania porque ese mismo mes se produjeron dos accidentes en centrales nucleares allí: un incendio en la central de Krümmel y un cortocircuito en la de Brunsbüttel. La gravedad de estos sucesos trató de ser minimizada desde el principio por parte de la industria nuclear y de la compañía eléctrica propietaria de estas centrales, la empresa sueca Vattenfall.
Y España no está al márgen. Ese mismo otoño la Central de Ascó no sólo liberó partículas radioactivas sino que manipuló los datos para ocultarlo, lo que provocó la multa más alta que se ha impuesto a una Nuclear española.
Puede que sobre el papel de un técnico los riesgos de la energía nuclear sean pequeños y sin embargo, las consecuencias de un accidente pueden llegar a ser catastróficas, -ójala no sea esa la situación de Japón. – Tanto es así que ninguna compañía de seguros del mundo está dispuesta a firmar una póliza con ellos. Porque si un embalse se rompe puede producirse un drama humano, pero si tiene lugar un accidente nuclear grave el daño se prolonga durante milenios. Y los accidentes ocurrirán, hoy, mañana o pasado, pero algún día tendrán lugar.
Por otra parte, los acontecimientos de Japón nos revelan las deficiencias de un modelo energético basado básicamente en lo nuclear pues tras el terremoto, y la consiguiente parada de sus centrales, se encuentran ahora con serios problemas de suministro energético por todo el país.
Son riesgos que tiene una tecnología controlada por humanos, y que coexiste en un mundo cada vez más incierto y con más problemas de violencia terrorista. Añádele a esto que tenemos que comprar el Uranio en Níger, que construir una Central es tan formidablemente caro que sólo lo abordan los Estados, que todavía no hemos resuelto que hacer con los residuos radioactivos, y ahora que venga alguien a hablarme de reabrir el debate nuclear en España.
La naturaleza es ingobernable. ?jala los ecologistas se hubieran equivocado. Pero de nuevo no lo han hecho.