[La Transición]
He visto en Twitter que mis críticas a la sobredosis de Transición que hemos vivido en los últimos días han despertado cierta sorpresa. Quiero aclarar que no se deben a la ignorancia de lo que parece supuso para este país Adolfo Suárez o su política, ni al desconocimiento de la complejidad de los tiempos pasados. Se debe a la sospecha que me produce la falta de pluralidad en los medios sobre estos aspectos.
El Roto en EL PAIS
Muchos de los políticos que ayer le elogiaban, le despreciaron en vida como tantos ciudadanos que le consideraron entonces un traidor. Por eso me pregunto, ¿qué ha cambiado? ¿por qué se adora hoy tanto a Suárez? ¿Su apuesta por la democracia no es la misma que entonces? ¿no valoraban eso sus contrincantes entonces? ; ¿Quizá nos empatiza su dolorosa experiencia vital y la forma en que le dimos la espalda tantos años?
La segunda Transición
¿No será, más bien, que le elogian hoy porque contribuye a apuntalar el modelo que parecía estar disolviéndose a gran velocidad hace apenas un mes?
La disolución
Este fin de semana hemos aprendido muchas cosas. Aprendimos, por ejemplo, que si llenas Madrid de gente, con miles de personas llegadas de toda España, gente que pide protección social y que ha caminado cientos de kilómetros, estás llenando la ciudad con «ultraizquierdistas». Profecía autocumplida.
EL PAIS dirá que solo fueron 50.000, La Razón los llamará «indignos de izquierdas»; Y el ABC ni siquiera lo llevará en portada..como si escondiéndolos dejasen de existir. Pura CT, Cultura de la Transición.
La Transición es ese espacio en el que blindamos las palabras consenso, sosiego, cesión, centrismo, unidad nacional, como valores absolutos. También es ese espacio en el que nos olvidamos por decreto e incluso convertimos en proscritas otras palabras como extremos, pluralidad, disenso, discrepancia, e incluso asamblearismo.
Como dice en twitter Rafael Domingo, ¿no es paradójico que en un mismo día, hablemos de indignación (a veces desatada), y de ejemplos de moderación?
Viñeta de Manel en Eldiario.es
De ahí mi incomodidad ante el asedio Transicional que estamos viviendo.
Nunca me he considerado una persona de extremos pero, honestamente, si el extremo está en pedir sanidad pública y universal; si el extremo está en pedir una democracia eficaz y rigurosa; una justicia implacable ante la corrupción, y si el extremo está en darle valor al sentir de ciudadanos desesperados por la falta de protección social..entonces debo ser un fundamentalista de la democracia.
PD.
Ayer el expresidente Zapatero, el expresidente González e incluso el expresidente Aznar, participaron en el programa Al Rojo Vivo de Ferreras en La Sexta televisión. Me llamó la atención que los tres, entre incuestionables elogios, añadieron sutiles «peros» al legado de Adolfo Suárez. Producía sorpresa el recurso, a pesar de la manifiesta sutilidad. ¿Por qué ponían un «pero» a algo que ni comentaristas de la TDT, ni la mayor parte de los ciudadanos parecen dispuestos a abordar? Excusatio non petita, accusatio manifesta.
Será por rigor histórico… el que le ha faltado a todos los anteriores.