Que razón tenían aquellos grupos antiglobalización que advertían hace años de los poderes que se estaban formando: Poderes globales, nada democráticos y por tanto incontrolables, capaces de poner en jaque la economía de cualquier país con un golpe de ratón.
Hicimos oidos sordos durante muchos años pensando que se trataba, en todo caso, de problemas de otros, menos desarrollados, menos occidentales, mas pobres, y menos listos… Claro.
La bajada de calificación de Standard and Poor??s, y la crisis en general, nos han abierto los ojos a esta realidad tantas veces anunciada.
Sin embargo, no por avisado o criticable, el problema es menor. No se debería seguir insistiendo en que el problema lo tiene solo Standard and Poor??s, una agencia permanentemente cuestionada y con una capacidad de predicción financiera similar a la de Belén Esteban (unos linces: en septiembre de 2008, Standard and Poor??s daba a Lehman Brothers la más elevada calificación, justo cuando quebró). Porque aunque eso sea verdad, España importa mucho dinero desde fuera y la calificación de las agencias de riesgo determina que se nos preste o no. Si no conseguimos que Bancos y Cajas refinancien deuda, la economía española tendrá serios problemas. Así que no podemos aislarnos. Por tanto: en el mundo de hoy necesitamos una buena calificación, venga de donde venga.
Recordemos, de todas formas, que de tres agencias de calificación, dos nos siguen puntuando con la nota más alta, así que no estaremos tan mal. Es más, nunca estuvimos así, pues en tiempos de Aznar esta misma agencia no nos daba tan alta calificación.
El gobierno insiste en que las perspectivas de crecimiento para España que hacen otros analistas son positivas -el propio FMI las ha revisado al alza recientemente-. Tenemos la tasa de ahorro mas alta de la democracia, seguimos teniendo la deuda por debajo de la UE, superávit en la Seguridad Social y un anunciado plan de ajuste que debería frenar el ansia especulativa. Y sabemos que las promesas del gobierno para efectuar recortes han sido bien recibidas.
Pero los expertos contestan que a los mercados financieros hay que darles confianza y números, no promesas. Los mercados se impacientan y quieren que esos planes se pongan en marcha.
El PP, por su parte, se suma diciendo que el gobierno está inmóvil, sin capacidad de reacción. No es cierto tampoco. Algunas de las medidas aprobadas no empezarán a notarse hasta después del verano. Por ejemplo los primeros datos de reducción de gasto:
..la Subida del IVA: llegará cuando se implante en verano.
El fin de las desgravaciones hipotecarias: En 2011 las hipotecas solo desgravarán para las rentas mas bajas. Supondrá un ahorro muy importante para las arcas del Estado.
La Fusión de las Cajas (La deuda inmobiliaria está en las cajas de ahorro por eso se puso en marcha el FROB; Las cajas que no se fusionen o reestructuren el 30 de junio serán fuertemente fiscalizadas por el Banco de España)
..y la tan esperada Reforma laboral no puede tardar mucho más. Ayer Corbacho lanzó un ultimátum: tendrá que estar lista en 3 semanas, con acuerdo o sin el.
No es esto lo que yo entiendo por «estar noqueado». Pero claro, es muy fácil estar en la oposición y exigir austeridad y recorte en el gasto, aunque paralelamente 150 de tus alcaldes acudan al Congreso a pedir más dinero. Es tan fácil ser oposición.
Ahora bien, esto no quiere decir que el gobierno lo esté haciendo todo bien. La crisis va a durar mucho más tiempo de lo que parece, y no se puede confiar en el tiempo y la suerte para salir. Dicen los expertos que «se han dado pasos importantes» pero que «vamos por detrás» y que «el día que se arregle Grecia, los mercados nos van a crujir». «Que nos van a exigir más y más rápido».
Así que necesitamos mucha capacidad de reacción y resolver algunas asignaturas pendientes. A saber:
Hay que reducir el déficit y empezar a ahorrar.
Se necesita revisar el sistema de ayuda al desempleo. ¿Cuantos de los que cobran necesitan hacerlo realmente?
Hay que dinamizar el sector inmobiliario.
Hay que generar empleo. Se necesitan incentivos para convencer a los empresarios de que contraten.
Mientras todo eso ocurre la sociedad vive en una disociación entre la realidad y la percepción. No es posible que creamos que estamos tan mal. Ya le gustaría al PP. Hay 20 millones de personas trabajando, que han aumentado su poder adquisitivo (baja la inflación: gasolina, vestido, comida; las hipotecas…) , aunque el personal siga con miedo a consumir. Pero hay un dato capital: En Semana Santa la ocupación hotelera fue del 90%.
Así que ni tanto ni tan calvo.