Siri y Her en La Cafetera: ¿Es posible enamorarse de una máquina a través de su voz?

Seguramente, la primera pregunta que venga a la cabeza nada más ver la película ‘Her’ sea: ¿Es posible enamorarse de una voz? Esta es la gran duda que ha surgido en el videoforum de La Cafetera de radiocable.com. Un programa que ha contado con Iratxe Gómez, la voz de la primera versión de Siri que salió al mercado: «Es posible enamorarse de la ilusión que puede crear».

A Iratxe Gómez le resulta «cada vez más posible». Ya que, «a medida que la tecnología se va desarrollando, se nos va deshumanizando nuestro lado de relaciones y hablar con las máquinas se convierte en algo presente en nuestra vida cotidiana».

La primera voz de Siri comenzó con «servicios de locución para un conversor de texto a voz y esta fue la tecnología que sirvió de plataforma para hacer Siri». Esta profesora de inglés ha sido la voz de «los primeros Tom Tom que salieron al mercado». De ahí que se llegara a encontrar con alguna alumna que le dijera ‘hablas como el coche de mi papá’.

Sin embargo, el debate no se ha quedado en Siri. El programa ha pasado a un siguiente nivel con Her, una película que rompe los moldes de una relación convencional. El protagonista se acaba enamorando de Samantha, la voz del sistema operativo que ha comprado. Samantha pasa de ser un simple sistema operativo que facilita las tareas de un humano a ser alguien realmente importante para una persona. Hasta tal punto que aprende a hablar de sentimientos, algo que parece imposible en la actualidad. Y que hasta el momento nos diferencia de las máquinas.

Pero, una vez la máquina aprenda a tener y tratar los sentimientos, ¿qué diferenciará a una relación humana de una tecnológica? Esta es la pregunta difícil de responder en el debate. Los oyentes se han dividido entre quienes no descartaban en un futuro poder tener la misma experiencia que el protagonista y quienes creían poco probable que se pudiera existir una relación sentimental entre un humano y una máquina.

A una de las oyentes del programa, Irene, le impactó que uno de los motivos por los que se terminara la relación en la película fuera la exclusividad en la pareja. Ya que, aseguraba, no es un problema para algunas relaciones entre humanos. Por su parte, Zarracuca alertaba de cómo nos vamos aislando como humanidad, del individualismo y la soledad que nos puede llevar a necesitar a las máquinas para poder tener una relación.

Sin embargo, no parecen estar tan lejos los avances en inteligencia artificial con ejemplos como el que plantea la película. Elena, otra oyente del programa, contaba que se había alojado en un hotel en Kyoto y que había sido atendida únicamente por máquinas.