Sitel y el PP: se puede ser irresponsable, pero no tanto.
El PP ha centrado toda su estrategia en denunciar la existencia de Sitel, tecnología comprada por ellos mismos que ahora les parece escandalosa y de la que no dudan en compartir todos los detalles, por discretos que debieran ser. Es Estadismo en primer grado.
Primero insinuaron que se grababan conversaciones sin control -para escándalo de jueces y policías- y como el argumento ha resultado falaz, insinúan ahora que su utilización debería ser declarada inconstitucional -para escándalo de juristas, fiscales y magistrados-.
La estrategia no solo tiene por objeto cuestionar al gobierno, crear desconfianza contra él y dar la impresión de que La Moncloa nos observa como un Gran Hermano, invadiendo nuestras vidas y poniendo en peligro el Estado de derecho. La estrategia, en realidad, tiene como único objeto declarar ilegales las grabaciones de Gürtel para que, como sucedió con el Caso Naseiro, la investigación quede en nada. Justicia cero, inmoralidad total.
El mensaje que el PP envía a los ciudadanos es repugnante. Por una parte persigue la impunidad total. Pero, dejando a un lado que no les importe seguir conviviendo con todos los políticos que estén salpicados por la corrupción, su estrategia es una amoralidad democrática sin precedentes.
La irresponsabilidad del PP es tal que, por el único hecho de defender su parcelita de poder, están poniendo en cuestión todas las grabaciones realizadas con Sitel en los últimos años: Terroristas, narcotraficantes, violadores, pederastas y asesinos se podrían lavar las manos gracias al jabón de la estrategia Gürtel.
Se puede ser irresponsable, pero no tanto. O sí. Quien sabe.