Si de aquí al 2050 cambiamos el 50% de los productos animales por otros de origen vegetal se reduciría un 31 % los gases de efecto invernadero que emite el sector agrícola y ganadero, además de detenerse la degradación de bosques. Así lo revela un modelo sobre el impacto ambiental mundial de nuestras dietas publicado en Nature que incluso apunta que la destrucción neta mundial de bosques y tierras naturales se podría detener casi por completo.  .

Cada vez se promueven más alternativas vegetales frente a los productos de origen animal para lograr dietas más respetuosas con el medio ambiente. Ahora, investigadores de Austria y EE UU han utilizado un modelo económico mundial de uso de la tierra para evaluar el impacto de este cambio dietético en todo el sistema alimentario a escala global.

Los resultados, publicados en la revista Nature Communications, muestran que si antes de 2050 se sustituye el 50% del consumo de carne de cerdo, ternera, pollo y leche por productos procedentes de las plantas se podrían reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas al sector agrícola-ganadero y su uso de la tierra en un 31% respecto a 2020.

«Comprender el impacto de los cambios en la dieta amplía nuestras opciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero», afirma la autora principal, Marta Kozicka, investigadora del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA, Austria), “y el cambio de dieta también podría suponer enormes mejoras para la biodiversidad».

De hecho, los resultados indican que la destrucción neta mundial de bosques y tierras naturales se podría detener casi por completo. La superficie agrícola-ganadera mundial también disminuiría un 12 % en lugar de aumentar, el consumo de agua se reduciría un 10 % y los aportes de nitrógeno a las tierras de cultivo serían casi la mitad de los previstos.

Cambio en las emisiones procedentes de la agricultura-ganadería y uso de la tierra entre 2020 (con un escenario de referencia) y 2050 (con un escenario de sustitución global del 50 % de los productos animales). / Marta Kozicka

A pesar de representar menos del 20 % del suministro mundial de energía alimentaria, los productos de origen animal son responsables de la mayoría de los impactos negativos sobre el uso de la tierra, la utilización del agua, la biodiversidad y las emisiones de gases de efecto invernadero en los sistemas alimentarios mundiales.

Reconquistar terreno para los bosques

El beneficio medioambiental total de los cambios de dieta puede lograrse si la tierra agrícola que se ahorra a la ganadería y a la producción de piensos se recupera mediante la forestación orientada a la biodiversidad.

Según el estudio, la reforestación de las tierras liberadas de la producción ganadera cuando los productos cárnicos y lácteos se sustituyen por alternativas vegetales doblaría los beneficios climáticos y reduciría a la mitad el futuro declive de la integridad de los ecosistemas de aquí a 2050.

La superficie restaurada podría contribuir hasta en un 25 % a las necesidades mundiales estimadas de restauración de tierras que se plantean para 2030 en el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal de la Conferencia de las Partes (COP) del Convenio sobre Diversidad Biológica.

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