Trump, Bolsonaro y otro líderes mundiales ganan el IG Nobel por creerse más listos que médicos y científicos
Los Premios Ig Nobel son una una parodia de los prestigiosos galardones nórdicos que buscan reconocer investigaciones científicas que «primero hacen reír a la gente, y luego la hacen pensar». Está organizado por la revista de humor científico Annals of Improbable Research (AIR), pero han adquirido tal prestigio que se entregan en la Universidad de Harvard y a la ceremonia a menudo acuden auténticos Premios Nobel. Pero en este 2020 han querido dar además un tono de ironía política a los galardones y han distinguido con el Premio a la educación médica a Trump, Bolsonaro, Putin o López Obrador y otros líderes mundiales por sus acciones durante la pandemia de Covid19.
El Ig Nobel fue entregado este 17 de septiembre en una ceremonia telemática y ha recaído en nueve mandatarios internacionales: Donald Trump (EEUU), Vladimir Putin (Rusia), Jair Bolsonario (Brasil), Boris Johnson (Reino Unido), Narendra Modi (India), Andrés Manuel López Obrador (México), Recep Tayyip Erdogan (Turquía), Gurbanguly Berdimuhamedow (Turkmenistán) y Alexander Lukashenko (Bielorrusia).
Y el motivo por el que se distingue a este nutrido grupo de jefes de gobierno, es «por creerse más listos que los científicos». O como lo expresa los propios organizadores: «por usar la Covid19 para mostrar al mundo que los políticos pueden influir de forma más inmediata sobre la vida y la muerte que los médicos y los científicos». Hay que recordar que Trump sugirió inyectarse desinfectante como remedio contra el coronavirus y ha cuestionado a los científicos en numerosas ocasiones. Bolsonaro, por su parte calificó el virus de «gripezinha» e hizo campaña contra el uso de la mascarilla y otros líderes despreciaron la enfermedad.
Pero además de a estos mandatarios internacionales, los Ig Nobel de 2020 también han reconocido a un equipo internacional que fabricó un cuchillo con heces humanas congeladas, a otro que fue capaz de lograr que un cocodrilo gruñera después de inhalar helio en una cámara o a un estudio que reveló que las personas se besan más en las zonas más difíciles y marginales de las ciudades.