«Una ley, por favor»
[22-9-2009] Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «España siempre ha sido un país impaciente y enamorado de los atajos. Por eso, cuando se topa con un problema no mira cómo resolverlo. Pide una ley. Esa es la razón por la que se nos acumulan los problemas no resueltos y las leyes que no los pueden resolver. Pero seguimos.
?ltimos ejemplos. ¿Déficit de autoridad en las aulas? Convertimos a los profesores en autoridades públicas, como los policías o los jueces. Una simple ley y asunto arreglado. Y, de propina, una tarima para que estén más altos que los alumnos. Ya ven qué fácil. Por el mismo precio, con otra ley, podríamos convertir en autoridades a los padres, para reforzarles durante la adolescencia de sus hijos, que es una etapa endiablada.
No se rían ustedes porque en el caso del aborto así es como se pretende dilucidar algo tan profundo como la relación de padres e hijos. Exigir consentimiento de los padres en los abortos a menores de dieciocho. Lo que no haya logrado la confianza, que lo arregle una ley. ! Qué falta de realismo! ! Qué invitación a la clandestinidad!
¿Por qué no seguimos por esta ruta de puerilidades, y exigimos que nuestros jóvenes no puedan hacer el amor por primera vez sin autorización paterna? ¿Acaso ignoramos la importancia que puede tener en sus vidas? Los padres no deben quedar relegados. Reclamamos una ley. Y los cambios de amigos, donde tan a menudo se transforman caracteres y conductas, ¿no deberían hacerse con permiso paterno?, ¿por ley? ¿Y las horas de regresar a casa? ¿Y no tendría que ser exigible consentimiento paterno para tomar drogas? Pocas cosas pueden ser tan trascendentales. En fin, es el sueño de esta sociedad de vuelo gallináceo: transferir responsabilidad, descargársela por la vía administrativa a ese limbo llamado la ley. En el fondo, nos da miedo la vida, que siempre ha sido un lío y siempre lo será. Y que no hay ley que pueda vivirla por nosotros.»