Y el paro crece y crece…
La sorpresa no es que crezca el paro, pues era completamente previsible y estaba anunciado. La sorpresa habría sido que de pronto el paro hubiera disminuido de golpe y porrazo.
La sorpresa que parecen llevarse algunos políticos y algunos medios de comunicación responde a estrategias sí, pero también son el síntoma de en nuestro país el personal vive en la inopia: Estamos en crisis señores. Una de las más graves de la historia de nuestro país, y una de las más graves de la historia del capitalismo.
El ser humano se cae porque si no nunca aprendería a caminar de pie: ¿cual es por tanto la lección que hemos aprendido de esta crisis? ¿Por qué tanta gente se empeña en tratar de aplicar medicamentos sin saber con exactitud a qué enfermedad nos enfrentamos?
En este momento los datos son lo menos importante porque se pueden interpretar en tantas direcciones como queramos. El gobierno se afana por decir que la cifra podría ser peor:
El dato global del paro registrado es de 3.709.447 personas. Según los datos de los Servicios de Empleo hechos públicos hoy, el paro aumentó en agosto en 80.367 personas. Son 15.000 desempleados menos que hace un año (en septiembre del año pasado, fue de 95.367). A pesar del mal dato, lo cierto es que el incremento interanual del desempleo sigue descendiendo ininterrumpidamente desde el mes de marzo. El 77% de los desempleados está cobrando alguna prestación y hay una disminución de 66.216 afiliados a la Seguridad Social.
Así que los datos, siempre reinterpretables, no son lo más importante en este momento.
Lo importante deberían ser los diagnósticos y la solución. El diagnóstico se nos está ocultando y con la solución no tenemos mucha suerte tampoco. Hay demasiado caradura suelto que quiere aprovecharse del tumulto.
La economía española tiene retención de líquidos, pero el personal no deja de comer asados de cordero, empapados de vino y sal. Esto huele a infarto que te mueres.