Zapatero debe recuperar la agenda progresista
Ignacio Sánchez-Cuenca publica un interesante análisis en EL PAIS sobre el último movimiento del equipo de gobierno de Zapatero. Muy recomendable. Su tesis es que el cambio en el gobierno puede resolver el problema de comunicación y coordinación pero advierte de la pérdida de la épica que caracterizó al gobierno en la primera legislatura.
Primero el artículo:
«puede que se acaben de una vez por todas los líos de rectificaciones, contradicciones y ausencia de explicaciones, que tan habituales han sido durante esta legislatura. Hay ahora un equipo más integrado, dirigido y coordinado por gente más capaz que antes. De ahí que al Gobierno se le note más confiado y con ganas de dar la batalla, por muy mal que le estén yendo las encuestas. […] Sin embargo, no será suficiente, pues la erosión del Gobierno obedece además a otros factores. […]
Resulta chocante que en España no tengamos un Krugman local. La inmensa mayoría de los economistas serios repiten las mismas recetas y desprecian cualquier idea que no encaje en sus planteamientos liberales. El equipo económico del Gobierno no ha sido una excepción.
A diferencia de lo que sucedió en la primera legislatura, en la que Zapatero arriesgó en muchos terrenos, en esta, dominada casi absolutamente por la economía, el presidente ha ido a remolque de los acontecimientos y por detrás de otros gobernantes europeos, sin ofrecer ninguna propuesta novedosa. […]
Zapatero ha tenido la inteligencia de realizar un cambio profundo del Gobierno que mejorará su eficacia. Debería tener la misma determinación para nutrirse de algunas ideas económicas que, sin romper con el objetivo de reducción del déficit, tengan algún contenido social y de izquierdas. De lo contrario, la desmovilización de la izquierda acabará en 2012 con la etapa socialista. [sigue en EL PAIS]
En efecto, parece que Zapatero hubiera perdido la ilusión por lo transformador. Por romperse se ha roto incluso la paridad del ejecutivo. Y es que, aunque las medidas económicas que propone fueran realmente necesarias -y en esto también se echan en falta otros discursos-, ¿algo impide que se ejecuten otras medidas de órden social?
Sabemos, por ejemplo, que la Ley de Libertad Religiosa se encuentra lista en un cajón y sabemos que hay otros asuntos abandonados para debatir: Desde la eutanasia, a la memoria histórica pasando por la energía nuclear, la ecología, los toros, o las nuevas formas de entender la cultura. Hay infinidad de temas que se pueden devolver a la agenda de los progresistas y a los que parece haberse renunciado con la fé de los conversos.
Resulta muy llamativo para los votantes encontrarse con este gobierno sucumbiendo no solamente ante los mercados, sino ante los matadores de los toros, los industriales de la energía, los industriales de la cultura, los industriales de la fé y los industriales del pragmatismo. Progresista, ¿alguien recuerda el significado de esa palabra?.
No se debe renunciar a observar la economía desde una perspectiva diferente, pero incluso aceptando la situación de excepción financiera, sería un error pensar que la política social sólo puede hacerse desde los presupuestos.
Si el PSOE no defiende su espacio estará dejando una amplia y verde pradera disponible a su izquierda.