«Ahora en España hay muchísima menos corrupción que hace 30 años»
El sociólogo Jose Luis de Zárraga analiza en radiocable.com el problema de la corrupción en España desde una perspectiva sociológica. Considera que pese a la percepción generalizada, no es cierto que la corrupción en España haya aumentado. Asegura que desde la llegada de la democracia hay muchísima menos que antes y además los casos llegan a los tribunales. Admite que puede existir más que en los países de Centroeuropa, pero lo achaca a la «falta de madurez y el posterior desarrollo del sistema democrático». Y cree que hace falta una «lucha sistemática» de la administracón para erradicarla y más presión ciudadana porque «aun hay quien ve la corrupción como condenable, pero comprensible».
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Jose Luis de Zárraga es un sociólogo con más de 30 años de experiencia, experto en hacer analisis demoscópicos y colaborador del diario Público. Cree que pese a lo que pueda parecer: «hay un error de perspectiva porque ahora mismo no hay más corrupción, ni se tolera más. Lo que sucede es lo contrario. Hace década la corrupción era algo completamente integrado en la cultura de la población. Era lo normal».
Sin embargo apunta que con la democracia se ha desarrollado otra sensibilidad donde «la corrupción es ahora algo socialmente condenable». Y destaca que «antes la corrupción no llegaba a los tribunales… pero no es verdad que ahora haya más corrupción, de hecho hay muchísima menos».
Explica que hubo un momento de discontinuidad en esta cultura: «hasta los años 80, la gente pensaba que la corrupción era lo normal. Y con los primeros gobiernos socialistas la gente empieza a pensar que eso puede ser distinto. Lo que sucede es que luego hay una decepción porque resulta que sigue habiendo corrupción».
Para Jose Luis Zárraga en España puede haber más corrupción que en países centroeuropeos pero no que en países como Italia, Portugal o Grecia. Y cree que esto responde a que los paises mediterráneos tienen un «desarrollo de la administración democrática posterior». Por eso considera que el problema es sobre todo de «madurez de desarrollo de las garantías y de una justicia por encima de la política».
Subraya que «la tendencia es que haya corrupción salvo que se erradique». Por eso cree que es necesario que haya una lucha sistemática desde la administración pública y mayor presión de la población: «todavía está en la cultura que la corrupción es algo condenable, pero comprensible».
En cambio el sociólogo no considera que haya grandes diferencias en cuanto a corrupción a nivel autonómico: hay casos en todas partes, incluso en Cataluña que puede parecer más europeo… pues también hay mucha corrupción». Y a nivel de influencia electoral, sí que secunda la creencia de que la corrupción perjudica más a la izquierda que a la derecha: «quienes votan a la derecha no lo hacen tanto por motivos ideológicos. En cambio el votante de izquierda vota por razones ideológicas y la corrupción pone en quiebra esas razones. Por eso les afecta más».